A pesar de la inflación y los desafíos comerciales, el ser humano sigue siendo lo principal, expresa el obispo

Los asistentes se ofrecen unos a otros el Signo de la Paz durante la 29ª Misa Anual por el Comercio, llevada a cabo el 26 de octubre en el Seminario Mayor Sacred Heart en Detroit. La liturgia anual está dirigida a la comunidad empresarial católica, lo que permite que los profesionales que trabajan, crezcan espiritualmente mientras se relacionan con otros católicos de ideas afines. (Fotos de Gabriella Patti | Detroit Catholic)

La 29ª Misa Anual por el Comercio, recuerda a la comunidad empresarial que debe vivir la fe en todos los aspectos de la vida, incluido el lugar de trabajo.

DETROIT — Durante la 29ª Misa Anual por el Comercio en el Seminario Mayor Sacred Heart, llevada a cabo el 26 de octubre, hombres y mujeres de negocios católicos de toda la Arquidiócesis de Detroit se reunieron para celebrar la Eucaristía como comunidad y renovar su celo para vivir su fe en todos los aspectos de sus vidas, incluido el trabajo.

El obispo auxiliar Robert J. Fisher presidió la Misa, que fue concelebrada por Mons. Charles Kosanke, párroco y rector de la Basílica de Ste. Ana, y el P. Stephen Burr, rector del seminario. El Coro de la Escuela Secundaria Regina, dirigido por la directora musical Eleonore Ellero, proporcionó la música para la Misa.

Dirigiéndose a los casi 200 asistentes, el obispo Fisher dijo que los católicos están llamados a vivir su fe en cada rincón de la vida, desde el hogar hasta la escuela y el lugar de trabajo, mostrando la sinceridad de su fe a todos.

El obispo auxiliar Robert J. Fisher espera para recibir las ofrendas en el altar durante la 29ª Misa Anual por el Comercio, el 26 de octubre en el Seminario Mayor Sacred Heart.
El obispo auxiliar Robert J. Fisher espera para recibir las ofrendas en el altar durante la 29ª Misa Anual por el Comercio, el 26 de octubre en el Seminario Mayor Sacred Heart.

“Hacer eso puede ser un verdadero desafío, especialmente cuando tenemos fuerzas culturales que trabajan en nuestra contra”, expresó el obispo Fisher. “Por eso nos unimos como comunidad, para ir juntos a defender la palabra de Dios y que su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad nos den la fuerza para salir y vivir verdaderamente con valentía”.

La Misa por el Comercio es una oportunidad anual para que aquellos que viven su fe en el ámbito público, se rejuvenezcan espiritualmente, se conecten con otros católicos de ideas afines y se sientan inspirados a vivir su fe como discípulos misioneros y gozosos.

Por el bautismo, todos los católicos están llamados a llevar el mensaje de Cristo al mundo, dijo el obispo Fisher.

“Cada persona tiene que tomar una decisión, pero la básica es la vida con Dios o la vida sin Dios”, dijo el obispo Fisher. “Elegimos la vida con Dios, y (nosotros) decimos que queremos amar como Él nos ha llamado a hacer: amar a Dios y amar a nuestro prójimo. Santo Tomás de Aquino nos enseña que amar es querer el bien de la otra persona en cada situación, incluso —especialmente— si el amor no regresa a nuestro camino”.

Profesionales católicos rezan juntos durante un almuerzo después de la Misa, en el gimnasio de Sacred Heart. A pesar de las presiones que enfrentan las empresas, desde la inflación hasta el empleo, la fe católica basa las decisiones en la dignidad de la persona humana, dijo el obispo Fisher.
Profesionales católicos rezan juntos durante un almuerzo después de la Misa, en el gimnasio de Sacred Heart. A pesar de las presiones que enfrentan las empresas, desde la inflación hasta el empleo, la fe católica basa las decisiones en la dignidad de la persona humana, dijo el obispo Fisher.

Las empresas de Michigan enfrentan desafíos únicos al tratar de mantener sus negocios a flote en un entorno económico difícil, dijo Emily Berschback, directora de relaciones con ex alumnos y eventos especiales en el Seminario Mayor Sacred Heart, quien también forma parte del comité directivo de la Misa para Comercio. Eventos como la Misa por el Comercio les recuerdan a los hombres y mujeres de fe que no están solos, dijo Bershback.

Así como otras profesiones celebran liturgias anuales, como la Misa Roja para abogados o la Misa Azul para las fuerzas del orden, la comunidad empresarial también necesita ser reforzada y celebrada como comunidad de fe, dijo Mons. Kosanke.

“Muchas de estas personas son propietarios o empleadores, por lo que son influyentes en la toma de decisiones en el comercio, y poder alentarlos a utilizar sus valores y su fe en esas decisiones realmente los ayuda a vivir la visión del Concilio Vaticano II sobre el apostolado de los laicos”, dijo Mons. Kosanke, quien también estaba celebrando su cumpleaños y su 25 aniversario de estar involucrado en la Misa por el Comercio.

Hombres y mujeres de negocios católicos rezan juntos en la capilla de Sacred Heart.
Hombres y mujeres de negocios católicos rezan juntos en la capilla de Sacred Heart.

Además de problemas como la inflación y el empleo, los empresarios también enfrentan desafíos a la hora de operar sus negocios de acuerdo con sus conciencias, añadió Mons. Kosanke.

Además él expresó que a pesar de tales desafíos, el testimonio de la fe católica es fuerte y tiene mucho que ofrecer a la comunidad empresarial.

“En todo lo que hacemos, la dignidad de la persona humana es primordial”, dijo Mons. Kosanke. “Entonces, en los negocios, ya sea que eso signifique buenas condiciones de trabajo, salarios decentes o trabajo honesto, todos deben unirse, empleadores y trabajadores, para que todos ganen”.



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