Papa Francisco: Sólo el amor, y no las cosas materiales, pueden llenar la vida

Papa Francisco desde el Palacio Apostólico este mediodía, para el rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro. | Crédito: Vatican Media.

El Papa Francisco reflexionó hoy antes del rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro en el Vaticano sobre la relación que tenemos con los bienes materiales, y aseguró que “las cosas materiales no llenan la vida, nos ayudan a avanzar y son importantes, pero no llenan la vida: sólo el amor puede hacerlo”.

Al reflexionar sobre el Evangelio de hoy, tomado de Juan 6, 24-35, el Santo Padre señaló que “nos habla de Jesús que, después del milagro de los panes y de los peces, invita a la multitud, que lo busca, a reflexionar sobre lo que ha sucedido, para comprender su significado”.

“Habían comido aquel alimento compartido y habían podido ver cómo, incluso con pocos recursos, con la generosidad y el coraje de un niño, que había puesto lo que tenía a disposición de los demás, todos se habían alimentado hasta saciarse”, recordó.

El Papa aseguró que “la señal era clara: si cada uno da a los demás lo que tiene, con la ayuda de Dios, aunque sea con poco cada uno podrá tener algo. No olviden esto”.

“Y ellos no entendieron: confundieron a Jesús con una especie de mago, y volvieron a buscarlo, esperando que repitiera el milagro como si fuera magia”, lamentó.

“Su atención se centró sólo en los panes y los peces, en el alimento material, que terminó inmediatamente. No se dieron cuenta de que aquello era sólo un instrumento a través del cual el Padre, mientras saciaba su hambre, les revelaba algo mucho más importante”, precisó.

“¿Y qué reveló el Padre? La forma de vida que dura para siempre y el sabor del pan que satisface sin medida. El verdadero pan, en definitiva, fue y es Jesús, su Hijo amado hecho hombre, que vino a compartir nuestra pobreza para guiarnos, a través de ella, al gozo de la plena comunión con Dios y con los hermanos”, explicó.

El Papa Francisco subrayó que “el camino a seguir es el de la caridad, que no guarda nada para sí, sino que lo comparte todo”.

A continuación recordó cómo eso pasa al interior de las familias. “Pensemos en esos padres que luchan toda su vida por criar bien a sus hijos y dejarles algo para el futuro. ¡Qué hermoso cuando se entiende este mensaje y los niños están agradecidos y a su vez se apoyan unos a otros como hermanos!”.

“Es triste, sin embargo, cuando se pelean por la herencia —he visto muchos casos, es triste— y están peleando unos contra otros, y tal vez no se hablan por dinero, no se hablan por años! El mensaje del papá y de la mamá, su legado más preciado, no es el dinero: es el amor, es el amor con el que dan a sus hijos todo lo que tienen, así como Dios lo hace con nosotros, y así nos enseñan a amar”.

Al finalizar su mensaje, el Papa Francisco alentó a los fieles a preguntarse: “¿qué relación tengo con las cosas materiales? ¿Soy esclavo de ellas o las uso libremente, como herramientas para dar y recibir amor? ¿Sé decir ‘gracias’, ‘gracias’, a Dios y a mis hermanos por los dones recibidos, y sé compartir con los demás?”.

“Que María, que entregó toda su vida a Jesús, nos enseñe a hacer de todo un instrumento de amor”, concluyó.

- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.



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