El Papa Francisco se vio obligado a ceder la lectura de la homilía de la Misa que presidió en la plaza de San Pedro por el Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de seguridad a un colaborador y se excusó ante los presentes por sufrir “dificultades en la respiración”.
“Ahora me excuso y pido al maestro que continúe con la lectura por las dificultades en la respiración”, señaló el Pontífice con la voz algo ronca tras haber leído la primera parte de la homilía que había preparado.

A continuación le entregó el texto al maestro de las celebraciones litúrgicas del Vaticano, Diego Ravelli, quien continuó por él con la lectura de la homilía.
A pesar de la bronquitis que sufre el Papa Francisco, la ceremonia solemne, a la que asistieron varias asociaciones y academias militares de todo el mundo, así como obispos castrenses y capellanes, se celebró en la plaza de San Pedro y, por tanto, al aire libre en una mañana lluviosa y fría típica del invierno de Roma.
La de este domingo es su primera salida al exterior, desde que anunció que sufría un fuerte resfriado durante la Audiencia General del pasado miércoles. Al día siguiente, fueron trasladadas todas sus citas del Palacio Apostólico a la Casa Marta, su residencia en el Vaticano, y la Oficina de Prensa del Vaticano confirmó que padecía bronquitis.
Con todo, el Santo Padre no ha cancelado sus citas previstas para esta semana.
En la Misa, aplaudió la labor de los cuerpos de seguridad que arriesgan “sus propias vidas” para luchar contra la criminalidad, pero les pidió que estén atentos a “la tentación de cultivar un espíritu de guerra”.
“Vigilen contra la tentación de cultivar un espíritu de guerra; vigilen para no ser seducidos por el mito de la fuerza y el ruido de las armas; vigilen para no contaminarse nunca por el veneno de la propaganda del odio, que divide el mundo en amigos a los que defender y enemigos a los que combatir”, señaló el Pontífice en su homilía.
Según los organizadores, más de 30.000 militares procedentes de más de cien países del se inscribieron en el acto y atravesaron la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro como parte del programa previsto para el Jubileo de las Fuerzas Armadas, que concluyó hoy domingo 9 de febrero.
El Pontífice destacó su labor siempre de parte de la “legalidad” y en favor de “los más débiles” lo que constituye “una lección” para toda la sociedad.
“A ustedes se les confía una gran misión, que abarca múltiples dimensiones de la vida social y política: la defensa de nuestros países, el compromiso por la seguridad, la custodia de la legalidad y la justicia, la presencia en las penitenciarías, la lucha contra la criminalidad y las diferentes formas de violencia que amenazan con alterar la paz social”, destacó en su homilía.
Asimismo, también ensalzó el “importante servicio” que ofrecen los cuerpos de seguridad “en las catástrofes naturales, por el cuidado de la creación, por el rescate de las vidas en el mar, por los más frágiles”, así como “por la promoción de la paz”.

Por otro lado, aseguró que su labor muestra que “el bien puede vencer a pesar de todo” y que “la justicia, la lealtad y la pasión civil hoy siguen siendo valores necesarios” a pesar de las fuerzas contrarias del mal.
El Santo Padre reflexionó sobre el pasaje del Evangelio según San Lucas que narra la decepción de los pecadores, a orillas del lago de Genesaret, que estaban lavando las redes tras haber trabajado toda la noche sin recoger nada.
Así, desgranó el significado de la respuesta de Jesús a partir de tres acciones: Jesús vio, subió y se sentó.
- Jesús vio
El Papa Francisco señaló que Jesús “tiene una mirada atenta” que le permite ver el malestar y la frustración de los pescadores.
- Jesús subió
Después subió a la barca de Simón “abriéndose paso en ese fracaso que habita su corazón”, señaló el Pontífice.
“Esto es hermoso: Jesús no se limita a observar las cosas que no van bien, como a menudo hacemos nosotros, acabando por encerrarnos en el lamento y la amargura. Él, en cambio, toma la iniciativa, sale al encuentro de Simón, se detiene con él en ese momento difícil y decide subir a la barca de su vida, que en esa noche había regresado a la orilla sin éxito”, explicó.
- Jesús se sentó
De este modo, el Santo Padre explicó que Jesús se subió a la barca “para narrar la belleza de Dios en las fatigas de la vida humana” y “para hacerles sentir que todavía hay una esperanza, aun cuando todo parece perdido”.
El milagro, aseguró, ocurre “cuando el Señor sube a la barca” y “la esperanza renace, el entusiasmo perdido regresa y podemos echar las redes al mar nuevamente”.
De esta manera, invitó a los cuerpos de seguridad presentes a tener “una mirada atenta, que sepa captar las amenazas al bien común; los peligros que se ciernen sobre la vida de los ciudadanos; los riesgos ambientales, sociales y políticos a los que estamos expuestos”.
El Santo Padre les recordó que lo importante no es sólo ver el mal “para denunciarlo, sino también subir a la barca durante la tormenta y comprometerse para que no haya un naufragio, con una misión al servicio del bien, de la libertad y de la justicia”.
Capellanes castrenses no bendicen las perversas acciones de la guerra
El Papa Francisco también se refirió a la tarea de acompañamiento moral y espiritual que desempeñan los capellanes castrenses en un regimiento o batallón.
“Ellos no prestan su servicio —como a veces ha pasado tristemente en la historia— para bendecir perversas acciones de guerra”, enfatizó.
De los 30.000 inscritos a través de la página web oficial del Jubileo de la Esperanza, 20.000 provenían de Italia. Si bien otros países también estuvieron altamente representados en el evento como España, Estados Unidos, Eslovaquia, Eslovenia, Ucrania, Francia, Brasil, Croacia, Colombia, Paraguay, Indonesia, Argentina, Suiza, Austria, Lituania, Bélgica, Países Bajos, Ecuador, Irlanda, Australia y Nueva Zelanda.
Además, a pesar de estar especialmente comprometidos con la seguridad del Papa Francisco y de la plaza de San Pedro, no faltaron delegaciones de la Guardia Suiza, la Gendarmería y el cuerpo de Bomberos del Vaticano.
- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.