Papa León XIV: Dios “no establece clasificaciones, se dona enteramente a quien le abre su corazón”

El Papa León XIV bendice a un niño en la Plaza de San Pedro, antes de iniciar su catequesis en la tercera Audiencia General de su pontificado. | Crédito: Zofia Czubak / EWTN News.

El Papa León XIV, que este 8 de junio cumplirá un mes de pontificado, aseguró que incluso en las situaciones en las que “nos sentimos inútiles, inadecuados”, Dios recuerda que todas las vidas valen y “su deseo es ayudarnos a descubrirlo”.

“Incluso cuando nos parece que podemos hacer poco en la vida, siempre vale la pena. Siempre existe la posibilidad de encontrar un sentido, porque Dios ama nuestra vida”, aseguró durante la Audiencia General de este miércoles.

El Pontífice analizó en su catequesis la parábola de los trabajadores de la viña, que aparece en Mateo 20, 1-16, y aseguró que como el dueño de la viña, protagonista de esta narración, Jesús “no establece clasificaciones, sino que se dona enteramente a quien le abre su corazón”.

“Para el dueño de la viña, es decir, para Dios, es justo que cada uno tenga lo necesario para vivir. Él ha llamado personalmente a los trabajadores, conoce su dignidad y, en función de ella, quiere pagarles. Y da a todos un denario”, recalcó.

Al reflexionar sobre esta parábola, el Papa comenzó poniendo como ejemplo a los obreros que esperan en la plaza del mercado que alguien los contrate para trabajar. Una metáfora “muy adecuada” para usar en el mundo actual, porque el mercado es “el lugar de los negocios, donde, lamentablemente, también se compran y se venden el afecto y la dignidad, tratando de ganar algo”.

El Santo Padre habló así de los momentos en los que podemos sentirnos no “reconocidos” ni “apreciados” en los que se corre el riesgo de “vendernos al mejor postor”.

Sin embargo, el Señor “nos recuerda que nuestra vida vale, y su deseo es ayudarnos a descubrirlo”. Para el Papa se trata de una parábola que “da esperanza”, porque “nos dice que este amo sale varias veces a buscar a quienes esperan dar sentido a sus vidas”.

Así cita la actitud de frustración de estos jornaleros que se habían quedado en la plaza del mercado por la tarde y “habían perdido toda esperanza” de ser valorados y contratados por alguien.

Sin embargo, el dueño de la viña, que figura en la parábola, es “incansable” porque, según León XIV, “quiere a toda costa dar valor a la vida de cada uno de nosotros” y por eso “sale también a las cinco”.

“¿Qué sentido tiene contratar trabajadores solo para la última hora de la jornada laboral? ¿Qué sentido tiene ir a trabajar solo por una hora? Sin embargo, incluso cuando nos parece que podemos hacer poco en la vida, siempre vale la pena. Siempre existe la posibilidad de encontrar un sentido, porque Dios ama nuestra vida”, explicó el Pontífice.

“Para Dios, es justo que cada uno tenga lo necesario”

Además, reflexionó sobre el sentido de justicia para Dios, que, a la hora de pagar, “les dice que les dará lo que sea justo”.

“Para el dueño de la viña, es decir, para Dios, es justo que cada uno tenga lo necesario para vivir. Él ha llamado personalmente a los trabajadores, conoce su dignidad y, en función de ella, quiere pagarles. Y da a todos un denario”, recalcó.

A continuación, analizó la respuesta de los trabajadores de la primera hora que sintieron “decepcionados” porque “no logran ver la belleza del gesto del amo, que no ha sido injusto, sino simplemente generoso; que no ha mirado sólo el mérito, sino también la necesidad”.

En todo caso, advirtió a los cristianos de la tentación de pensar: “¿Por qué empezar a trabajar enseguida? Si la remuneración es la misma, ¿por qué trabajar más?”.

Así, el Papa citó las palabras de San Agustín: “¿Por qué tardas en seguir a quien te llama, cuando estás seguro de la recompensa, pero incierto del día? Cuida de no privarte, por tu dilación, de lo que Él te dará según su promesa”.

En este sentido, realizó un llamamiento especialmente a los jóvenes para que “respondan con entusiasmo al Señor que nos llama a trabajar en su viña”.

“¡No lo pospongas, arremángate, porque el Señor es generoso y no te decepcionará! Trabajando en su viña, encontrarás una respuesta a esa pregunta profunda que llevas dentro: ¿qué sentido tiene mi vida?”, exclamó.

Y añadió finalmente: “Queridos hermanos y hermanas, ¡no nos desanimemos! Incluso en los momentos oscuros de la vida, cuando el tiempo pasa sin darnos las respuestas que buscamos, pidamos al Señor que salga de nuevo y nos alcance allí donde lo estamos esperando. ¡Él es generoso y vendrá pronto!”.

- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.



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