El Año de la Oración por las Vocaciones Sacerdotales es una "llamada de atención" para la arquidiócesis, dice el director de vocaciones

En los últimos 10 años, la arquidiócesis de Detroit ha ordenado a 42 hombres al sacerdocio, mientras que 125 sacerdotes se han jubilados o han fallecido

DETROIT — Durante la Misa Crismal celebrada en la Catedral del Santísimo Sacramento el 14 de abril, el Arzobispo Allen H. Vigneron anunció a los fieles que la Arquidiócesis de Detroit iniciará un Año de Oración por las Vocaciones Sacerdotales, que comenzará con una Hora Santa en la vigilia de Pentecostés del 4 de junio y terminará en la solemnidad de Pentecostés de 2023.

Este año de oración es una respuesta al hecho de que, por primera vez en al menos 70 años (Detroit Catholic no pudo verificar los registros antes), no habrá ordenaciones sacerdotales en la Arquidiócesis de Detroit este año.

"En menos de una década, tendremos aproximadamente menos de la mitad del número de sacerdotes que sirven a esta misión de gracia. Este hecho es subrayado por otro que esta primavera, por primera vez en generaciones, no habrá hombres ordenados al sacerdocio para la Arquidiócesis de Detroit", dijo el Arzobispo Vigneron. "Como Iglesia en misión, llamada a proclamar el misterio pascual de Jesús, no podemos ser ciegos ante este desafío".

El P. Craig Giera, director de vocaciones sacerdotales de la arquidiócesis, dijo que el año de la oración es una llamada a las armas para que la Iglesia de Detroit se una y rece para que más hombres respondan a la llamada de Dios al sacerdocio.

"Creo que mucha gente no se da cuenta de que hay una escasez de sacerdotes, y (el año de la oración) será una gran oportunidad para que la gente entienda la situación en la que nos encontramos", dijo el P. Giera a Detroit Catholic. "Ciertamente estamos en un declive cuando se compara el número de ordenaciones con el número de sacerdotes que se jubilan, y es un declive rápido. Así que este Año de Oración por las Vocaciones Sacerdotales es para que toda la arquidiócesis se involucre en la oración para que los hombres digan 'sí' a su vocación al sacerdocio."

En los últimos 10 años, la arquidiócesis de Detroit ha ordenado a 42 hombres al sacerdocio, mientras que en el mismo período han muerto 125 sacerdotes que estaban jubilados o que servían a la arquidiócesis en alguna capacidad, según un recuento no oficial de Detroit Catholic (esta última cifra incluye a los sacerdotes de órdenes religiosas).

Aunque la arquidiócesis recibe algunos sacerdotes de comunidades religiosas y de otras diócesis que sirven en sus parroquias y escuelas, no es suficiente para compensar la diferencia.

El año de oración se iniciará con una hora santa en la vigilia de Pentecostés en la Catedral del Santísimo Sacramento para pedir a Dios más vocaciones, explicó el padre Giera. Además, el arzobispo Vigneron publicará una nota pastoral para ayudar a los fieles a rezar por las vocaciones.

El P. Giera dijo que se añadirá una oración especial a las oraciones de los fieles por más vocaciones sacerdotales, y se pondrán a disposición de las parroquias, los sacerdotes y los individuos, recursos con información sobre cómo pueden participar en el año de la oración.

Si algo no cambia pronto, la Iglesia sentirá enseguida el impacto de esta escasez, explicó el P. Giera.

Se necesitan de seis a ocho años para formar a un hombre que esté listo para la ordenación sacerdotal. Actualmente, hay 22 hombres de la arquidiócesis de Detroit que se preparan para el sacerdocio en el Seminario Mayor del Sagrado Corazón de Detroit. Este año, cinco hombres se convertirán en diáconos transitorios, dijo el Padre Giera, y la expectativa es que esos cinco hombres sean ordenados al sacerdocio el próximo año.

Según un informe publicado por el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado (CARA) de la Universidad de Georgetown en Washington, D.C., de 1970 a 2020, el número de sacerdotes en los Estados Unidos ha disminuido en un 60%. En 2021, hubo 441 ordenaciones sacerdotales, una disminución del 45 por ciento desde 1970.

"No sé estadísticamente por qué está sucediendo esto (la escasez), pero creo que la cultura y la secularización de nuestro mundo están sacando a Dios de todo, y los hombres no están pensando en venir al sacerdocio", dijo el padre Giera. "En alguna parte se dice que la mayor población creciente de la religión en América ahora mismo se llama 'nones', es decir, gente que no cree en nada. Creo que han superado el número de católicos romanos en los Estados Unidos hoy en día.

"Hay generaciones enteras que no han entrado antes en una iglesia ni han creído nada", añadió el P. Giera. "Esto, por supuesto, impregna toda la cultura y hace que sea difícil para los hombres discernir una llamada aunque estén en la Iglesia".

Para que los hombres escuchen la llamada al sacerdocio, necesitan saber que tienen un Padre bueno y amoroso en el cielo y desarrollar una relación personal con Él, dijo el P. Giera.

"La vocación surge de una relación, igual que la vocación al matrimonio surge de dos personas que se enamoran y se conocen. La vocación al sacerdocio es una relación con Dios", dijo el P. Giera. "(Al) crecer en esa relación, un hombre puede escuchar la voz de Dios y decir 'sí' a su invitación a ser sacerdote".

Tener una vida de oración sana es crucial para desarrollar esta relación, explicó el P. Giera.

"Conocer la importancia de los sacramentos y tomar tiempo para leer su palabra, pero también pasar tiempo en oración silenciosa para escucharlo hablar de corazón a corazón, esos son increíblemente importantes para que los hombres escuchen un llamado al sacerdocio".

Para ayudar a animar a los hombres que podrían estar discerniendo una vocación, el P. Giera dirige grupos regulares de discernimiento - pequeños grupos de hombres católicos de entre 18 y 55 años que se reúnen para orar, discutir y compartir sin presiones. Los hombres también pueden participar en los fines de semana de discernimiento en el Seminario Mayor del Sagrado Corazón, donde los hombres que sienten una vocación pueden pasar cuatro días viviendo en el seminario para experimentar cómo es, e interactuar con otros hombres de ideas afines.

El P. Giera dijo que los hombres que ya conocen su vocación y han sido ordenados al sacerdocio deben invitar, animar y apoyar a los jóvenes que podrían ser llamados.

"Este es un llamamiento a todos para que se tomen esto en serio: necesitamos vocaciones sacerdotales para que tengan lugar los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la confesión", dijo el P. Giera. "Supliquen a nuestra Santísima Madre; nuestra madre siempre intercede por nosotros a través de su hijo, Jesús. Y animen y apoyen a los jóvenes para que digan sí".