Por su servicio a los demás, hispana recibe el Urban Parish Spirit Award 2021 

DETROIT Ana Isabel Hernández, de 41 años de edad, nació en Arandas, Jalisco en México; está casada, tiene dos hijos, y vive en Detroit desde hace casi dieciocho años, de los cuales diecisiete ha trabajado en favor de su comunidad. 

Perteneciente a la Parroquia de San Gabriel, Ana Isabel acaba de recibir el Premio DCPA’s 2021 Urban Parish Spirit Award, con el que se da reconocimiento a personas que son un ejemplo  viviente de la meta central de la Alianza Pastoral Católica de Detroit (DCPA por sus siglas en inglés): “La misión de la Alianza Pastoral Católica de Detroit es fortalecer la calidad de vida en sus comunidades al involucrar a los miembros en los problemas sociales, morales, políticos y económicos del área metropolitana de Detroit”.  

Le llegó por sorpresa

 Ana Isabel está sorprendida de ser una de las 18 personas a las que la Alianza Pastoral premió en este año, pertenecientes a diversas parroquias de Detroit, y así lo expresa: “El premio que recibí fue un reconocimiento  por el trabajo que hago en el catecismo, en la Armada Blanca, y ayudando a las  Misioneras de la Caridad que están cerca de mi parroquia y de mi comunidad; muchas trabajamos ahí 

Fue como un reconocimiento para seguir luchando para adelante,” comenta Ana Isabel para Detroit Catholic en español. “Trabajamos con las Misioneras de la Caridad haciendo varias labores: repartiendo comida, visitando enfermos, ayudando a los niños a aprender a rezar con ellas”. 

Su comunidad parroquial estaba sorprendida, ya que nunca antes se habían hecho estas premiaciones u honores a feligreses de St. Gabriel y están muy contentos de que se empiece a hacer esto para que el día de mañana más personas sean reconocidas. 

Ana Isabel continúa, “A mí me sorprendieron. Y les doy gracias a todos por haberme elegido a mí. ¿Cómo le hice? No sé, quizá es porque me gusta andar activa, y no nada más a mí sino a mi esposo y a mis hijos; nos gusta andar activos ante las necesidades que podemos ayudar a resolver en nuestra comunidad, y trabajar juntos con nuestra parroquia. Quizá fue eso lo que los inspiró para escogerme”. 

“Las personas que dan este reconocimiento son de la Alianza Pastoral Católica de Detroit, que es una de las organizaciones que trabaja en áreas de vivienda, desarrollo, economía y acción comunitaria”, señala Ana Isabel Hernández. 

“Las personas que me eligieron no sé en qué se basaron, pero estoy muy agradecida. Los sacerdotes y las personas de la Junta Directiva son los que se encargan de escoger a las personas, y ellos mismos se encargaron, a través de nuestro propio sacerdote, de entregarnos los premios”. 

Y aclara, “El premio consiste en un  reconocimiento; no hay dinero de por medio”.  

Servicio durante la pandemia

Ana Isabel Hernández comenta que no solo repartían comida antes de la pandemia, sino que la labor continuó y en algunos casos se acentuó para la Casa Madre Teresa de Calcuta, “Yo ya tengo buen tiempo trabajando con las Hermanas, repartiendo comida para todas las personas que necesitan”. 

Imagen que apareció en las pantallas durante la premiación.

“Con la pandemia fue un poquito  más pesado: teníamos que tener más precaución, las personas ya no se bajaban de los automóviles con sus donativos, sino que teníamos que descargar nosotras mismas. Igualmente, teníamos que poner la comida en las camionetas de las personas que necesitaban alimentos”. 

Ana Isabel destaca que nada de esto sería posible sin la ayuda de muchas otras personas. La labor de caridad fue gracias a personas voluntarias que traen comida con las religiosas, y ellas van y dan comida a más personas que necesitan alimento. 

Su parroquia tampoco se detuvo por causa del COVID-19. “Seguíamos ayudando en la parroquia con el catecismo, con precaución y con distanciamiento social, enseñando a los niños. Y, cuando ya se pudo ir  poquito a poquito a la iglesia, fomentando en las personas el  distanciamiento social, haciéndoles ver que no nos podíamos juntar”. 

 Los planes

Ana Isabel Hernández lo tiene bien claro, quiere seguir trabajando con la comunidad, con su parroquia. Ante lo que vayan necesitando, quiere que le indiquen qué puedo hacer; siempre estará a la  disponibilidad de las personas cuando y en el lugar que se requiera su ayuda. 

Ana Isabel piensa seguir trabajando en la Casa Madre Teresa de Calcuta, mientras las Hermanas le permitan trabajar con ellas. Le encanta trabajar con los niños; y ella cree que va a seguir trabajando con ellos y con las demás personas, ayudando a distribuir comida y visitando a los enfermos mientras Dios se lo permita. Y también creciendo como persona. 

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