El poder del amor: ¿es posible el matrimonio para toda la vida?

Varias parejas posan junto al padre Jaime Hinojos durante el Curso Alpha para Matrimonios. Foto cortesía de Alejandra Rosales, coordinadora del Ministerio Renacer Marimonial de la parroquia San Juan Diego en Detroit.

El Curso Alpha para Matrimonios transformó la relación de Alejandra y su esposo, ofreciendo un camino hacia un amor duradero en medio de desafíos y adversidades

DETROIT - Después de atravesar varios problemas y cuando ya todo parecía perdido, Alejandra y su esposo encontraron la ayuda que necesitaban en el ministerio para matrimonios de su parroquia, a través del curso Alpha para Matrimonios.

Creado por Nicky y Sila Lee en Londres hace 27 años, el curso Alpha, que ha tenido un impacto positivo en personas de todo el mundo, brinda a las parejas la oportunidad de fortalecer sus relaciones a través de herramientas esenciales y prácticas para cultivar un amor duradero.

En una entrevista a Detroit Catholic en Español, Alejandra, quien lidera junto a su esposo el Ministerio Renacer Matrimonial en la Parroquia St. Juan Diego, explicó:

“Llevábamos 18 años juntos. Sin embargo, hace 8 años decidimos realizar el curso que ofrecía el ministerio para matrimonios porque no estábamos bien. Al principio a mi marido no le convencía la idea, ya que él es bastante introvertido, pero finalmente accedió”.

“Al finalizar los ocho encuentros, empecé a notar cambios positivos en mi relación. Tanto es así, que acepté casarme por la Iglesia, lo que implicaba un compromiso muy grande. Mi esposo me propuso matrimonio en una de las fiestas de clausura del curso en frente de toda la gente y él es muy tímido”.

El Curso Alpha para Matrimonios busca brindar las herramientas necesarias para que las parejas puedan construir relaciones fuertes y duraderas. El padre Jaime Hinojos es una pieza fundamental para que los cursos puedan llevarse a cabo todos los años.
El Curso Alpha para Matrimonios busca brindar las herramientas necesarias para que las parejas puedan construir relaciones fuertes y duraderas. El padre Jaime Hinojos es una pieza fundamental para que los cursos puedan llevarse a cabo todos los años.

Durante una Audiencia General en la Plaza de San Pedro en 2015, el Papa Francisco explicó que el matrimonio no siempre resulta un camino sencillo. “El matrimonio no es un camino llano, sin problemas. De lo contrario, no sería humano. Es un viaje comprometido, a veces difícil, a veces complicado, pero así es la vida. El matrimonio es un trabajo de todos los días, se puede decir que artesanal, un trabajo de orfebrería porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a la mujer y la mujer tiene la tarea de hacer más hombre al marido”.

En el caso de Alejandra, el curso no solo les brindó las herramientas para comunicarse de manera más efectiva, sino que también los ayudó a fortalecer su relación con Dios.

Antes de realizar el curso, Alejandra y su esposo vivían la fe con cierta tibieza, no estaban completamente entregados a Dios. Sin embargo, con el paso de los años, sintieron nuevamente el llamado a involucrarse activamente en la Iglesia y de servir como un ejemplo para otras parejas y familias, compartiendo la transformación que ellos mismos habían experimentado.

Tal es así que en la actualidad lideran el ministerio para matrimonios de la Parroquia St. Juan Diego. No solo le dedican su tiempo y esfuerzo, sino que junto con otros matrimonios colaboradores, se hacen cargo de los gastos para que el Curso Alpha pueda llevarse a cabo cada año.

Aunque esto significa hacer un sacrificio, estas parejas deciden invertir ese dinero porque saben que el curso trae beneficios y bendiciones. Lo hacen con todo el corazón, conscientes de que Dios los recompensa con su Gracia, ya que las buenas acciones nunca pasan desapercibidas ante Él.

“El curso no tiene ningún costo para las parejas. También ofrecemos cuidado de niños, tratamos de facilitarles todo para que puedan aprovechar al máximo cada encuentro sin tener que preocuparse por nada”, explicó Alejandra.

Durante los cursos se forjan lazos de amistad que perduran a los largo de los años.
Durante los cursos se forjan lazos de amistad que perduran a los largo de los años.

Durante la entrevista, Alejandra también señaló que las amistades que se forman en este servicio a Dios son invaluables. Con el tiempo, la comunidad se va ampliando, teniendo como base principal el matrimonio y la familia.

“Los matrimonios que terminan el curso a su vez invitan a otras personas. Esa es nuestra mejor propaganda. Que las parejas sean ejemplos, con su propia vida, de que cambiar es posible, de que no todo está perdido y nunca es tarde para empezar de nuevo”.

El Papa Francisco destaca la importancia de las familias en la Iglesia y en la sociedad, reconociendo su rol crucial en la transmisión de valores y la construcción de lazos intergeneracionales. El matrimonio y la familia son considerados elementos esenciales en la promoción de la "cultura del encuentro", una perspectiva que aboga por su cuidado y fortalecimiento en beneficio de la comunidad en general.

A lo largo de estos años, Alejandra ha sido testigo de innumerables cambios y acercamientos a Dios. Parejas que ya no convivían o que sentían que ya no había esperanza para ellos debido a infidelidades, problemas económicos o situaciones adversas con los hijos, hoy se encuentran sirviendo en el ministerio.

Según Alejandra, muchas veces la gente piensa que en el curso van a ser cuestionados sobre su forma de vida o actividades, y este es el principal prejuicio que se debe derribar. El ministerio, a través del curso Alpha para Matrimonios, busca ofrecer a las parejas la oportunidad de escapar de la rutina que muchas veces los consume, para que disfruten de ocho sábados consecutivos de tiempo de calidad a solas.

La parroquia proporciona el lugar para llevar a cabo los cursos. Hay suficiente espacio para que los matrimonios se sientan cómodos y puedan conversar entre ellos mientras comparten una cena romántica y se les brinda un manual con ejercicios.
La parroquia proporciona el lugar para llevar a cabo los cursos. Hay suficiente espacio para que los matrimonios se sientan cómodos y puedan conversar entre ellos mientras comparten una cena romántica y se les brinda un manual con ejercicios.

Al comienzo de cada encuentro, cada pareja se sienta en una mesa. Hay suficiente espacio para que los matrimonios se sientan cómodos y puedan conversar entre ellos, al tiempo que comparten una cena romántica y se les brinda un manual con ejercicios. A continuación, un matrimonio facilitador ofrece una charla sobre un tema específico y testimonios personales, y luego cada pareja regresa a su hogar.

Al finalizar los siete encuentros, hay una cena de clausura. En ese momento, las parejas que lo deseen pueden compartir su testimonio con el resto.

Según Alejandra, es fundamental cultivar los intereses comunes dentro del matrimonio, centrarse en esos pequeños detalles que marcan grandes diferencias, pasar tiempo de calidad, ser tolerantes y abrirse al diálogo. Porque los años pasan rápido, los hijos se van y las parejas vuelven a quedar solas.

“Es triste porque durante el noviazgo, uno no quiere despegarse de su pareja. Pero con el paso del tiempo, el aumento de las responsabilidades, nuestro trabajo, la llegada de los hijos, el celular, la misma rutina, comienzan a afectar esa relación. Ya no le damos la misma importancia. Damos por sentado que nuestra pareja siempre estará allí. Pero es fundamental no perder esa chispa, las ganas de ver y de estar con el otro, saber lo que le pasa,” reflexionó Alejandra.

“El tiempo de calidad con nuestra pareja tiene que ser una prioridad. De lo contrario llegamos a la vejez como dos extraños.”

“Gracias al curso, la relación con mis hijos también ha cambiado. Nuestra comunicación es más fluida, estamos más unidos. En la actualidad, los matrimonios están siendo muy atacados. Quiero que mis hijos comprendan que ellos deben poner su granito de arena porque nada es sencillo, y que Dios creó al hombre y la mujer para estar unidos en sagrado matrimonio y así tener una familia santa. Estos son los valores que yo le quiero transmitir a mi familia”, concluyó Alejandra.

La historia de Alejandra y su esposo es un testimonio de cómo el amor y la dedicación pueden superar los desafíos en una relación. Desde sus problemas iniciales hasta la fortaleza que encontraron a través del Curso Alpha para Matrimonios, su experiencia resalta la posibilidad de construir un amor duradero incluso en tiempos difíciles. Su trabajo en el ministerio para matrimonios en su parroquia muestra la importancia de compartir lo aprendido y brindar apoyo a otras parejas que buscan fortalecer sus lazos.



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