Consagraciones al Sagrado Corazón en Detroit acercan a las familias a Jesús y fortalecen sus lazos

FOTO: La familia Mona de Bloomfield Hills escucha mientras Avery Mona, el mayor de sus tres hijos, ofrece una oración de intercesión durante la consagración de su hogar el 11 de mayo, dirigida por los Men of the Sacred Hearts, un apostolado que fomenta la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María a través de oraciones de consagración dirigidas por la familia. Los Mona escucharon hablar del apostolado por medio de un amigo y decidieron consagrar su casa para acercarse más a Dios y a los demás. (Fotos de Daniel Meloy | Detroit Catholic)

Los Men of the Sacred Hearts fomentan la devoción al Sagrado Corazón, 350 años después de que Jesús se apareciera a Santa Margarita María Alacoque

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BLOOMFIELD HILLS – Saba Mona sintió como si su hogar hubiera recibido una visita muy especial la semana pasada.

Desde que los Men of the Sacred Hearts consagraran su casa en Bloomfield Hills el 11 de mayo, la estatua de 3 pies de Nuestra Señora de Fátima permanece en el centro de la sala de estar.

La presencia de la estatua es un recordatorio de que este hogar ha sido confiado al cuidado del Sagrado Corazón de Jesús, y todos los días, la madre de Dios, está presente para escuchar las oraciones de la familia.

“Ayer, encontré a mi esposo sentado en la sala de estar, rezándole”, contó Mona a Detroit Catholic. “Todavía no he visto a los niños rezar, ya que entran y salen de casa todo el tiempo, pero la ven. Está en la sala de estar, así que al entrar se ve. Si pasas por el pasillo, la ves. Su presencia protectora está por todas partes”.

La casa de Mona fue consagrada por los Men of the Sacred Hearts, un apostolado laico de hombres que recorren Metro Detroit difundiendo su devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, y animando a las familias a consagrar sus hogares.

Saba y Anthony, junto con dos de sus hijos, Eliana y Liam, rezaron el rosario durante la consagración al Sagrado Corazón el 11 de mayo. Han pasado 350 años desde que Jesús se apareció a Santa Margarita María Alacoque de Francia, a quien le reveló su deseo de que el mundo se convirtiera a su Sagrado Corazón. En las consagraciones de los hogares, una estatua de Nuestra Señora de Fátima se coloca en una casa durante dos semanas, fomentando la oración intercesora en familia.
Saba y Anthony, junto con dos de sus hijos, Eliana y Liam, rezaron el rosario durante la consagración al Sagrado Corazón el 11 de mayo. Han pasado 350 años desde que Jesús se apareció a Santa Margarita María Alacoque de Francia, a quien le reveló su deseo de que el mundo se convirtiera a su Sagrado Corazón. En las consagraciones de los hogares, una estatua de Nuestra Señora de Fátima se coloca en una casa durante dos semanas, fomentando la oración intercesora en familia.

Los Men of the Sacred Hearts llegaron a la casa de los Mona el 11 de mayo. Con la familia reunida alrededor de la estatua de Nuestra Señora de Fátima, los voluntarios comenzaron explicando el significado de la consagración, dirigiendo una oración de intercesión y animando a los miembros de la familia a elevar sus plegarias a Dios.

"Fue un día muy especial para nosotros", señaló Mona. "Al escuchar las intenciones de mis hijos, especialmente las del mayor, sentí una conexión especial. Fue conmovedor ver cómo los tres ofrecían todas sus intenciones en cada misterio del rosario. Era evidente que sentían la presencia de nuestra Madre María".

Este año se celebra el 350 aniversario de las apariciones de Jesús a Santa Margarita María Alacoque de Francia, donde Jesús pidió difundir la devoción a su Sagrado Corazón y a realizar actos de reparación o penitencia por las veces que la gente no reconoce el amor de Cristo.

La práctica de consagrar los hogares al Sagrado Corazón fue iniciada por el P. Mateo Crawley-Boevey, SSCC, de Perú, quien sentía una gran devoción por Santa Margarita María y comenzó a consagrar hogares a principios del siglo XX en su ciudad natal durante los primeros años de su sacerdocio.

David Tay, director ejecutivo de los Men of the Sacred Hearts, dirige una oración de devoción y consagración el 11 de mayo en el hogar de la familia Mona. El Padre Mateo Crawley-Boevey, SSCC, de Perú, se inspiró para difundir la devoción al Sagrado Corazón y las consagraciones de los hogares al Sagrado Corazón a principios de 1900 después de visitar el convento en Francia donde vivió Santa Margarita María Alacoque.
David Tay, director ejecutivo de los Men of the Sacred Hearts, dirige una oración de devoción y consagración el 11 de mayo en el hogar de la familia Mona. El Padre Mateo Crawley-Boevey, SSCC, de Perú, se inspiró para difundir la devoción al Sagrado Corazón y las consagraciones de los hogares al Sagrado Corazón a principios de 1900 después de visitar el convento en Francia donde vivió Santa Margarita María Alacoque.

El Padre Crawley-Boevey debió dejar Perú en busca de un clima más húmedo y de mayor altitud debido a sus problemas de tuberculosis. Fue entonces cuando lo enviaron a Francia, donde se dirigió a Paray-le-Monial, hogar del convento de la Orden de la Visitación, donde Santa Margarita María era monja de clausura.

David Tay, director ejecutivo de los Men of the Sacred Hearts con sede en Detroit, explicó que mientras el Padre Crawley-Boevey estaba rezando en el convento, tuvo una experiencia espiritual profunda.

“Cuando se arrodilló para orar frente al mismo altar donde Jesús se apareció a Santa Margarita María, una fuerza poderosa lo invadió como un viento”, dijo Tay a Detroit Catholic. “Casi lo tira al suelo. En los conventos no hay viento, ya que las paredes de piedra tienen de tres a cuatro pies de grosor. Se trataba del Espíritu Santo. El Espíritu Santo le dio al P. Mateo dos mensajes: Primero, que estaba curado. Segundo, el Espíritu Santo quería que el P. Mateo fuera al Vaticano y buscara al Papa Pío X y le dijera que estaba consagrando casas, negocios y escuelas al Sagrado Corazón de Jesús”.

El P. Crawley-Boevey se reunió con el Papa, quien le pidió difundir la devoción al Sagrado Corazón mediante la consagración de hogares. El P. Crawley-Boevey decidió formar los Men of the Sacred Hearts para promover la devoción en el mundo entero.

El P. Crawley-Boevey no dominaba demasiado el inglés, por lo que pidió ayuda a un sacerdote de Montreal, el P. Francis Larkin, para promover la consagración de hogares en Norteamérica.

Un sacerdote de Montreal, el P. Francis Larkin, le encargó al empresario de St. Clair Shores John LoVasco, fundador de la agrupación de los Men of the Sacred Hearts de Detroit en 1964, que buscara una estatua de Nuestra Señora de Fátima para que permaneciera en los hogares que se consagraban.
Un sacerdote de Montreal, el P. Francis Larkin, le encargó al empresario de St. Clair Shores John LoVasco, fundador de la agrupación de los Men of the Sacred Hearts de Detroit en 1964, que buscara una estatua de Nuestra Señora de Fátima para que permaneciera en los hogares que se consagraban.

En 1964, el Padre Larkin estaba promoviendo las consagraciones en Chicago cuando conoció a John LoVasco, un hombre de negocios de St. Clair Shores. El P. Larkin le dio a LoVasco todo el material necesario para fundar una agrupación de los Men of the Sacred Hearts en Detroit.

Al principio, la devoción y las consagraciones de los hogares no tuvieron mucho éxito. Fue entonces cuando el Padre Larkin sugirió a LoVasco adquirir una estatua de Nuestra Señora de Fátima para colocar en las casas consagradas por el grupo, alentando a las familias a rezar a María por su intercesión.

"John adquirió la estatua y, efectivamente, fue un éxito rotundo", comentó Tay.

Según Tay, las décadas de los 70 y 80 fueron la época dorada para el apostolado. Cerca de 170 hombres viajaban por toda la Arquidiócesis de Detroit, visitando familias que los invitaban y consagrando sus hogares al Sagrado Corazón de Jesús. Desde su fundación, el grupo de Detroit ha continuado esta práctica hasta hoy, animando a las familias a rezar unos por otros, confiando sus casas a la protección de Jesucristo y a la intercesión de la Santísima Virgen María.

Voluntarios de los Men of the Sacred Hearts dirigen las oraciones para las consagraciones de los hogares, que se ofrecen a todas las familias que lo deseen.
Voluntarios de los Men of the Sacred Hearts dirigen las oraciones para las consagraciones de los hogares, que se ofrecen a todas las familias que lo deseen.

La consagración implica encomendar la familia a la ayuda protectora de Jesús y confiar en la intercesión de su Madre por las intenciones de la familia.

“Se trata de prometer que Jesús es cabeza de familia y, al hacerlo, se convierte en el rey del hogar, explicó Tay. “La imagen de los Sagrados Corazones (con el Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María expuestos) se coloca en un lugar visible de la casa. Alentamos a rezar diariamente, puede ser el rosario o al menos una decena del rosario para profundizar la vida de oración y la relación con el Sagrado Corazón de Jesús”.

Anthony Fanelli se unió a los Men of the Sacred Hearts en 2009, mientras atravesaba momentos difíciles. Fue un amigo quien, al conocer su situación, insistió en que se uniera al grupo.

Fanelli trabajaba en el sector inmobiliario, una industria que sufría a raíz de la crisis hipotecaria y la posterior recesión de 2008. Su hija, recién graduada de la Universidad de Loyola, no encontraba trabajo.

Fanelli invitó a los Men of the Sacred Hearts para que consagraran su hogar y enseguida encontró paz interior.

“Descubrí algo que no había sentido en mucho tiempo”, dijo Fanelli. “Estaba en paz. Seguíamos teniendo los mismos problemas: conseguirle un trabajo a mi hija y resolver nuestros problemas financieros. Sin embargo, en cuanto tuvimos a la Virgen en casa, quedé cautivado”.

Poco después, Fanelli pidió unirse a los Men of the Sacred Hearts, donde continuó como voluntario dirigiendo consagraciones de los hogares.

Saba Mona sostiene una imagen del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María mientras recita una oración durante la consagración de su hogar. Mona dijo que escuchar las intenciones de sus hijos y de su esposo, Anthony, fue muy emotivo.
Saba Mona sostiene una imagen del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María mientras recita una oración durante la consagración de su hogar. Mona dijo que escuchar las intenciones de sus hijos y de su esposo, Anthony, fue muy emotivo.

Según Fanelli, es una experiencia maravillosa entrar en la casa de un desconocido y ver cómo la misma paz que él sintió se apodera de una familia que al principio podría estar un poco nerviosa.

"Algo que todas las familias que visitamos tienen en común es que, sin importar los problemas que enfrenten, ya sean económicos, de salud o simplemente la necesidad de alguien que rece con ellos, tener a la Virgen en su hogar les da mucha paz", compartió Fanelli.

“La gente comienza a compartir sus experiencias personales”, agregó. “Siempre digo que entramos como desconocidos y nos vamos como amigos. Después de un par de horas, conocemos más sobre ellos, y ellos más sobre nosotros. Algunas personas no están seguras de lo que puede pasar cuando venimos, pero muchas veces escucho que dicen que esto es increíble. Y espero que corran la voz”.

Rezar el rosario en voz alta fue un momento muy especial para la familia Mona durante la consagración de su hogar, especialmente cuando escucharon las intenciones de sus tres hijos y su esposo, y tuvieron la oportunidad de compartir sus propias intenciones.

“Siempre rezo por mi familia, especialmente por mis tres hijos, para que todos sean felices y estén sanos, y rezo para que las intenciones de los demás sean escuchadas”, dijo Mona. “También pedí por los cuatro hombres que nos trajeron a la Madre María, para que sus intenciones sean respondidas”.

Saba Mona se mostró especialmente agradecida de que su hijo mayor, Avery, pudiera estar con la familia durante la consagración de su hogar al Sagrado Corazón tras haber jugado un partido de béisbol universitario en Lansing la noche anterior.
Saba Mona se mostró especialmente agradecida de que su hijo mayor, Avery, pudiera estar con la familia durante la consagración de su hogar al Sagrado Corazón tras haber jugado un partido de béisbol universitario en Lansing la noche anterior.

La familia Mona, que frecuenta la St. Thomas Chaldean Church en West Bloomfield y a la Holy Cross Chaldean Church en Farmington Hills, colocaron flores alrededor de la estatua de María, que permanecerá en su casa durante dos semanas, como un recordatorio del profundo momento espiritual que compartieron y del poder que experimentaron a través de la oración de intercesión.

Los Men of the Sacred Hearts animan a todos los miembros de la familia a participar en la consagración del hogar. Para Mona fue muy especial que sus tres hijos estuvieran presentes junto a ella y su esposo. Dos de ellos estudian en la Wayne State University y el más joven comenzará en Brother Rice High School este otoño.

“No puedo expresar cuánto significó para mí”, dijo Mona. “Especialmente con mi hijo, quien juega béisbol en Wayne State. La Madre María sabía que yo quería que él estuviera allí, y si era posible, sucedería. Pero ella sabía cuánto deseábamos que estuviera allí. Hizo que su entrenador consiguiera un autobús para traerlo aquí después del partido del viernes por la noche, para que pudiera estar con nosotros el sábado por la mañana”.

Mona dijo que espera que la familia encuentre más tiempo para rezar durante las dos semanas que la estatua estará en su casa. “Mi mayor deseo es que la luz de Jesús brille sobre nosotros y fortalezca nuestra fe cada día”.

Los Men of the Sacred Hearts dejan un sobre con los datos de contacto para que las familias pasen la información a otras personas que puedan estar interesadas en consagrar su hogar al Sagrado Corazón de Jesús.
Los Men of the Sacred Hearts dejan un sobre con los datos de contacto para que las familias pasen la información a otras personas que puedan estar interesadas en consagrar su hogar al Sagrado Corazón de Jesús.

“La estatua de Nuestra Señora de Fátima, junto con los materiales de consagración proporcionados por los Men of the Sacred Hearts, permanecerán en la casa de la familia Mona durante ese tiempo como un recordatorio de su compromiso con la oración, y como un incentivo para invitar a amigos y familiares a fortalecer sus propias vidas de oración”, explicó Tay.

“Muchas veces, las familias invitan a amigos y familiares a rezar en su casa, y ellos tampoco han experimentado la oración de intercesión ni rezar unos por otros en voz alta”, dijo Tay.

Cuando eso sucede, es común que los Men of the Sacred Hearts reciban otra llamada solicitando una consagración de su hogar, y así continúa la labor de apostolado.

“Cuanta más gente haya rezando, mejor”, concluyó Tay.



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