El Papa León XIV invitó a los fieles a contemplar la muerte como una “esperanza futura”

Papa León XIV en desde el Cementerio del Verano en Roma. | Crédito: Daniel Ibáñez / EWTN

Durante la Misa de conmemoración de todos los fieles difuntos, celebrada este domingo 2 de noviembre, el Papa León XIV invitó a los católicos a contemplar la muerte, “más que como un recuerdo del pasado, como una esperanza futura”.

En su homilía, desde el Cementerio del Verano en Roma (Italia), el Pontífice pidió no quedarse en “el dolor por la ausencia de quien no está”. En cambio, pidió “mirar hacia adelante, hacia la meta de nuestro camino, hacia el puerto seguro que Dios nos ha prometido, hacia la fiesta sin fin que nos aguarda”.

“No estamos aquí sólo para conmemorar a los que han pasado de este mundo al otro. La fe cristiana, fundada sobre la Pascua de Cristo, nos ayuda a vivir la memoria más que como un recuerdo del pasado, como una esperanza futura”, aseguró.

El Santo Padre explicó que esta “esperanza futura” debe alimentar “nuestro recuerdo y nuestra oración en este día”; pero aclaró que no se trata de “una ilusión que sirve para aplacar el dolor por la separación de las personas amadas, ni un simple optimismo humano”.

“Es la esperanza fundada en la resurrección de Jesús, que ha vencido la muerte y ha abierto también para nosotros el paso hacia la plenitud de la vida”, señaló.

El Papa recordó que Dios ha creado a los hombres y mujeres y que, en el amor de su Hijo, los salva de la muerte. “En la alegría del amor junto a Él y a nuestros seres queridos, quiere hacernos vivir para siempre”, afirmó.

Fieles en la Misa del Papa León XIV en el Cementerio del Verano en Roma. Crédito: Crédito: Daniel Ibáñez / EWTN
Fieles en la Misa del Papa León XIV en el Cementerio del Verano en Roma. Crédito: Crédito: Daniel Ibáñez / EWTN

Por esta razón, León XIV invitó a anticiparse y la forma para hacerlo, dijo, es practicando “el amor los unos con los otros, en particular con los más frágiles y los más pobres”.

“La caridad vence la muerte”, aseguró el Pontífice, al explicar que en ella “Dios nos reunirá junto a nuestros seres queridos. Y, si caminamos en la caridad, nuestra vida será una oración que se eleva y nos une a los difuntos, nos acerca a ellos, en la espera de encontrarlos nuevamente en la alegría eterna”.

Finalmente, el Santo Padre animó a quienes tienen “dolor por la ausencia de quien no está” a confiar que “en la esperanza que no defrauda; miremos a Cristo resucitado y pensemos en nuestros seres queridos difuntos como envueltos por su luz”.

Asimismo, recordó que Dios “nos espera y, cuando lo encontremos, al final de esta vida terrena, gozaremos con Él y con nuestros seres queridos que nos han precedido”. También expresó su deseo de que esa promesa “nos sostenga, enjugue nuestras lágrimas, dirija nuestra mirada hacia adelante, hacia la esperanza futura que no declina”.

Papa León XIV en desde el Cementerio del Verano en Roma. Crédito: Crédito: Daniel Ibáñez / EWTN
Papa León XIV en desde el Cementerio del Verano en Roma. Crédito: Crédito: Daniel Ibáñez / EWTN

Papa León XIV afirma que la preocupación de Dios es “que nadie se pierda para siempre”

Durante el rezo del Ángelus, el Papa León XIV aseguró que el centro de las preocupaciones de Dios es que “nadie se pierda para siempre, que cada uno tenga su lugar y resplandezca en su unicidad”.

Desde la Plaza de San Pedro, y en el marco de la celebración de los Fieles Difuntos, el Pontífice señaló que “la resurrección de entre los muertos de Jesús, el Crucificado, ilumina en estos primeros días de noviembre el destino de cada uno de nosotros”.

Citó el Evangelio de San Juan para recordar la promesa de Cristo: “La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que Él me dio, sino que lo resucite en el último día”.

El Papa subrayó que esta certeza expresa “el núcleo de la preocupación de Dios: que nadie se pierda para siempre, que cada uno tenga su lugar y resplandezca en su unicidad”.

El Santo Padre relacionó este mensaje con la solemnidad de Todos los Santos, celebrada ayer sábado, a la que definió como “una comunión de las diferencias que, por así decirlo, extiende la vida de Dios a todos los hijos e hijas que desearon formar parte de ella”.

Asimismo, recordó las palabras del Papa Benedicto XVI, quien escribió que la vida eterna “no es un continuo sucederse de días sin fin, sino el sumergirse en el océano infinito del amor, en el que el tiempo, el antes y el después ya no existen más”.

El Papa invitó a los fieles a que la conmemoración de los difuntos sea un acto de esperanza: “Cada persona es un mundo entero”, dijo, y advirtió que “sin la memoria de Jesús —de su vida, muerte y resurrección— el inmenso tesoro que es cada vida se expone al olvido”.

Sin embargo, añadió, “la memoria viva de Jesús, en cambio, incluso quien nadie recuerda o quien hasta la historia parece haber borrado, aparece en su infinita dignidad. Jesús, la piedra que los constructores ha rechazado, es ahora la piedra angular. Este es el anuncio pascual”.

Finalmente, León XIV exhortó a los cristianos a vivir estos días con esperanza activa: “Conmemoramos, por tanto, el futuro. No estamos encerrados en el pasado, en las lágrimas de la nostalgia; tampoco estamos confinados en el presente, como en un sepulcro”.

- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.



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