El Papa: La fuerza de Cristo resucitado nos libra del “veneno de la enemistad”

El Papa saluda a un bebé durante la Audiencia General | Crédito: Daniel Ibañez/ EWTN News

El Papa León XIV reivindicó este miércoles la fraternidad que nos brinda Cristo muerto y resucitado como el antídoto a “las lógicas negativas de los egoísmos” y “de las divisiones” que también previene del “veneno de la enemistad” presente en el mundo.

“Para superar las sombras que la amenazan hay que ir a las fuentes y sobre todo, obtener luz y fuerza de Aquel que sólo nos libra del veneno de la enemistad”, indicó el Santo Padre durante la Audiencia General..

El Pontífice continuó con el ciclo de catequesis sobre la muerte y Resurrección de Cristo y aseguró que “vivir la espiritualidad pascual infunde esperanza en la vida y anima a invertir en el bien”.

León XIV constató que la fraternidad “no es algo ni inmediato ni que se pueda dar por descontado”. “Es sin duda uno de los grandes desafíos para la humanidad contemporánea, como vio claramente el Papa Francisco”, señaló tras lamentar que los “muchos conflictos” y las “guerras esparcidas por el mundo”, así como las “tensiones sociales y sentimientos de odio” lo demuestran.

“Sabemos bien que los desacuerdos, las fracturas y a veces el odio pueden devastar también las relaciones entre parientes, no solo entre extraños”, manifestó.

Sin embargo, subrayó que la fraternidad no es sólo el “deseo de unos pocos ilusos”, sino algo que se puede hacer realidad gracias a la Resurrección. Cuando los discípulos lo “reconocen como el Resucitado”, comienza una “historia nueva”, explicó, porque a partir de entonces “se convierten plenamente en hermanos”.

Los hermanos “lloran y se alegran juntos en la perspectiva laboriosa de la unidad”

“Los hermanos y las hermanas que se apoyan mutuamente en las pruebas no dan la espalda a quienes están necesitados: lloran y se alegran juntos en la perspectiva laboriosa de la unidad, de la confianza, de la entrega mutua”, aseguró durante la catequesis.

Ante miles de peregrinos en la plaza de San Pedro, el Santo Padre previno del “narcisismo” que “reduce” al otro en “alguien de quien tomar, sin que estemos nunca dispuestos verdaderamente a dar, a entregarnos”.

“La fraternidad que nos brindó Cristo muerto y resucitado nos libra de las lógicas negativas de los egoísmos, de las divisiones, de las prepotencias, y nos devuelve a nuestra vocación original, en el nombre de un amor y de una esperanza que se renuevan cada día”, subrayó.

- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.



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