El siguiente es un mensaje del Arzobispo Allen H. Vigneron a los fieles de la Arquidiócesis de Detroit:

"Somos testigos de todo lo que hizo”

En la lectura del Evangelio de este alegre Domingo de Pascua escuchamos el relato de los primeros testigos de la Resurrección que hoy celebramos. María Magdalena descubre que la roca ya no está tapando la entrada del sepulcro y, sin dudarlo, comparte esta noticia con los demás. Llegan Simón Pedro y otro discípulo, ven que las sábanas en las que estaba envuelto el cuerpo están sin nada más en la tumba y creen.

En la primera lectura, Pedro afirma que los apóstoles fueron testigos “de todo lo que [Cristo] hizo”, incluyendo su muerte y resurrección. Para los apóstoles, ser un “testigo” no era simplemente un papel que cumplían, era una identidad que abrazaban. Eran "los testigos que fueron elegidos por Dios con anterioridad" que fueron "comisionados ... para predicar al pueblo y testificar" sobre la muerte y resurrección de Cristo. Desde el principio, Dios tuvo la intención de que su Evangelio, la Buena Nueva de la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, fuera transmitida por las palabras, las acciones y el gozo de sus testigos.

Nuestra Iglesia local en el sureste de Michigan está comprometida con la misión evangelizadora que hemos heredado de los apóstoles. Todos los fieles, como miembros del Cuerpo de Cristo, comparten el llamado de dar testimonio de lo que sabemos a los demás para que ellos también puedan recibir el perdón de sus pecados, reconciliarse con el Padre y recibir la plenitud de vida, la cual solo se encuentra y se nos es dada en Cristo.

Nuestra misión de hacer llegar el Evangelio representa nuestra cooperación activa con el plan de Dios; es la respuesta que espera de cada uno de nosotros, el clero, los religiosos y los laicos: ser testigos de la Resurrección. ¿Cómo no compartir el gran don de la salvación con nuestra familia, amigos y vecinos? Jesús sufrió, murió y resucitó de entre los muertos para que todos se reconcilien con el Padre y tengan la vida eterna.

La intención de la Pascua no es la de ser solo una celebración privada. De lo que se trata este día es de dar testimonio al mundo de la victoria que Cristo obtuvo para nosotros. La palabra griega para evangelio es evangelion, que se usaba en el mundo antiguo para señalar una gran victoria militar. Hoy, asumimos nuestra herencia como testigos de Cristo que no dudan en declarar gozosamente el evangelion a todos los que nos rodean: ¡Cristo ha resucitado! En verdad ha resucitado. ¡Aleluya!

Sinceramente suyo en Cristo,

Reverendísimo Allen H. Vigneron

Arzobispo de Detroit