Arzobispo García-Siller pide oraciones y solidaridad tras la tragedia de las inundaciones en Texas

Varias personas participaron de una vigilia en memoria de las víctimas de las inundaciones en Texas, el 7 de julio de 2025 en Travis Park, San Antonio. Las lluvias torrenciales durante el fin de semana del Día de la Independencia dejaron más de 100 muertos, entre ellos niñas que asistían a un campamento de verano, y varias personas siguen desaparecidas. (Foto de OSV News/Marco Bello, Reuters)

(OSV News) -- Mientras muchos en Kerrville, Texas, se apresuraban a encontrar noticias de seres queridos desaparecidos o luchaban por perder sus hogares tras las catastróficas inundaciones, el arzobispo de San Antonio, Gustavo García-Siller, se encontraba entre los líderes religiosos presentes para ofrecer oraciones y apoyo.

OSV News habló con el arzobispo el 5 de julio sobre sus esfuerzos para responder a la devastación dejada por las históricas inundaciones que -- según reportes el 7 de julio -- han dejado al menos 82 muertos, mientras que 10 niñas siguen desaparecidas de Camp Mystic, un campamento de verano cristiano en Hunt, Texas.

El arzobispo viajó a Kerrville el 4 de julio y habló con las familias afectadas por las inundaciones, incluida una madre cuya hija de 9 años seguía desaparecida en Camp Mystic. Visitó un lugar designado para atender a las familias que buscan a sus seres queridos, y allí se encontró con muchas personas asustadas y que agradecían las oraciones mientras buscaban respuestas sobre el paradero de sus seres queridos.

El arzobispo también visitó la iglesia católica de Notre Dame en Kerrville, "uno de los cuatro lugares que la ciudad ha seleccionado como centros de refugio, atención y ayuda", dijo.

"Caridades Católicas estuvo presente, llevando comida, ropa, artículos de higiene, agua", dijo el arzobispo García-Siller a OSV News, añadiendo que "pudieron colocar catres allí porque las familias han sido evacuadas y algunas familias también han perdido su casa o su remolque, por lo que necesitarán un lugar donde quedarse".

Conduciendo hasta la zona, el arzobispo se preguntó qué era lo que Dios "me pedía en esta situación, para que fuera útil" a los que se enfrentaban al miedo y a la pérdida, pero dijo que su enfoque cambió rápidamente cuando llegó, pasando de preguntarse cómo podría ser útil a simplemente estar presente ante los que estaban sufriendo.

Dijo que, en estas situaciones, es importante "dejarse tocar por la realidad" del momento y "simplemente estar" con la gente y atento a sus necesidades, además de ofrecer oraciones.
"En mi caso, es invocar al Espíritu Santo para que me guíe para saber cómo estar presente, no sólo con ellos en general, sino con este individuo", dijo.

"Muchos padres jóvenes estaban allí, muy jóvenes y también venían de diferentes lugares", dijo. "No es sólo algo que afecta a la Arquidiócesis de San Antonio, … había gente de Houston, de Austin, de otros estados".

Añadió que las inundaciones tendrán un impacto duradero en la comunidad.

"Estuve muy involucrado en lo que ocurrió en Uvalde, Texas, con la muerte de 19 niños y dos profesores, hace tres años, y todavía estamos lidiando con eso", dijo. Tras las inundaciones, el arzobispo dijo que a pesar de que la causa es diferente, "el hecho es el mismo: vidas perdidas" y "las familias están pasando por mucho".

El arzobispo García-Siller tenía programado celebrar una Misa el 6 de julio a las 11 de la mañana en la iglesia de Notre Dame, que considera una oportunidad para estar con la gente y acompañarles mientras siguen lidiando con el impacto de las vidas y los hogares perdidos.

En estos momentos, dijo, es importante "reconocer que Dios quiere obrar en nosotros, en este tiempo tan difícil", y debemos "abrirnos a creer, eso nos llevará con el tiempo a tener esperanza". Mientras tanto, dijo, toda persona que quiera ayudar puede "tomar la decisión de amar".

Afirmó que, aunque por el momento la zona cuenta con abundantes recursos, animó a los fieles a rezar por quienes tan rápida e inesperadamente han perdido sus hogares y familiares.

El arzobispo dijo que no hay respuestas fáciles ni soluciones rápidas para situaciones trágicas como "la familia que pierde a su hijo a una edad temprana y sobre todo así, de forma totalmente inesperada".

"Por eso estamos llamados a hacer algo, a estar presentes y descubrimos con la gracia de Dios cómo estamos contribuyendo para el bienestar de la gente", dijo, añadiendo que hay "muchos otros aspectos además de las necesidades materiales que se están abordando, y seguiremos abordando".

Monseñor García-Siller dijo que la gente "no debe ser indiferente" cuando se entera de tales tragedias. Y elogió a quienes quieren ayudar y pidió que la gente aproveche la ocasión para comprender mejor el sufrimiento de los demás, añadiendo que "es una contribución si rezan".



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