El Papa, en el Jubileo de los Pobres: Donde el mundo ve “amenazas”, la Iglesia ve hijos

El Papa pronuncia la homilía en la basílica de San Pedro | Crédito: Daniel Ibañez/ EWTN News

El Papa León XIV llamó a los cristianos a no vivir una vida “replegada” sobre sí mismos ni en un “intimismo religioso” que se traduzca “en desentenderse de los demás y de la historia” al tiempo que subrayó que donde el mundo ve “amenazas”, la Iglesia “ve hijos”.

Durante la homilía que pronunció en la Misa que celebró con motivo del Jubileo de los Pobres, el Santo Padre aseguró que buscar el Reino de Dios implica el deseo de “transformar la convivencia humana en un espacio de fraternidad y de dignidad para todos, sin excluir a nadie”.

De este modo alertó del “peligro” de vivir como “viajeros distraídos”, “desatentos al destino final e indiferentes hacia quienes comparten el camino con nosotros”.

“Ustedes saben bien que la cuestión de los pobres reconduce a lo esencial de nuestra fe, que para nosotros son la misma carne de Cristo y no sólo una categoría sociológica”, subrayó citando su exhortación apostólica Dilexit te.

Es por esto que, continuó, “la Iglesia, como madre, camina con los que caminan. Donde el mundo ve una amenaza, ella ve hijos; donde se levantan muros, ella construye puentes”.

A la celebración han asistido también algunas personas en situación de pobreza y exclusión acompañados por organizaciones católicas. Muchos han seguido la Misa desde la Plaza de San Pedro a través de las pantallas gigantes allí instaladas. El Papa sabía que estaban allí y, antes de la celebración, ha querido pasear con el papá móvil para saludarlos. Entre ellos estaban 1.500 personas de Francia, que han experimentado la vida en la calle, la prostitución, la prisión o diversas formas de marginalidad, y que han llegado a Roma para el Jubileo de los Pobres, acompañados por voluntarios y agentes pastorales.

“No podrá haber paz sin justicia”

En la homilía, el Papa dejó claro que no podrá “haber paz sin justicia”. Además, lamentó que “cuántas pobrezas oprimen nuestro mundo”, desde las materiales hasta las morales y espirituales, que “a menudo afectan sobre todo a los más jóvenes”. Pero señaló un elemento común que hiere de modo especial: “El drama que las atraviesa a todas de manera transversal es la soledad”.

El Papa León XIV sonríe mientras comparte almuerzo con personas asistidas por organizaciones benéficas eclesiásticas en el Salón de Audiencias Pablo VI del Vaticano el 16 de noviembre de 2025. (Foto CNS/Lola Gomez)
El Papa León XIV sonríe mientras comparte almuerzo con personas asistidas por organizaciones benéficas eclesiásticas en el Salón de Audiencias Pablo VI del Vaticano el 16 de noviembre de 2025. (Foto CNS/Lola Gomez)

Frente a esta realidad, propuso una respuesta que no se limite a la asistencia inmediata. La soledad, manifestó, desafía a “mirar la pobreza de modo integral, porque ciertamente a veces es necesario responder a las necesidades urgentes”.

Por ello, instó a desarrollar “una cultura de la atención” que logre “romper el muro de la soledad” para que los cristianos puedan convertirse en “testigos de la ternura de Dios”.

La sensación de “impotencia” nace de una mentira

El Pontífice evocó también los actuales escenarios de guerra: “Hoy, sobre todo los escenarios de guerra, presentes lamentablemente en diversas regiones del mundo, parece confirmarnos en un estado de impotencia”. Sin embargo, advirtió que esta sensación de impotencia nace de una falsa resignación: “La globalización de la impotencia nace de una mentira, de creer que esta historia siempre ha sido así y no podrá cambiar”. El Evangelio, en cambio, consideró, “nos dice que precisamente en las agitaciones de la historia, el Señor viene a salvarnos”.

Por ello, exhortó a la comunidad cristiana a ser “en medio de los pobres, signo vivo de esta salvación”. E hizo un llamamiento directo a quienes ejercen responsabilidades públicas: “La pobreza interpela a los cristianos, pero interpela también a todos aquellos que en la sociedad tienen roles de responsabilidad. Exhorto por ello a los Jefes de Estado y a los Responsables de las Naciones a escuchar el grito de los más pobres”.

San Benito José Labre, modelo para el Jubileo de los Pobres

León XIV invitó además a mirar el ejemplo de los santos que han servido a Cristo en los pobres, en particular el de san Benito José Labre, “que con su vida de ‘vagabundo de Dios’ podría ser considerado como patrono de todos los pobres sin hogar”.

San Benito José Labre (1748–1783) fue un peregrino francés conocido como el “vagabundo de Dios” por su vida de extrema pobreza, oración constante y espíritu penitencial. Su fama de santidad creció pronto entre la gente sencilla, que veía en su vida de absoluta confianza en la Providencia un testimonio radical del Evangelio. Murió el 16 de abril de 1783, agotado y enfermo, a los 35 años. Fue canonizado en 1881 por León XIII.

- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.



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