Este sábado, el Instituto OCP organiza un taller de formación para músicos hispanos, presentando una oportunidad única para perfeccionarse y para explorar la belleza de la música en el culto divino
DETROIT – El sábado 3 de febrero en la parroquia St. André Bessette, el Instituto OCP presentará una jornada de formación para músicos litúrgicos hispanos en la celebración de la Eucaristía.
La música litúrgica desempeña un papel fundamental durante la Misa, trascendiendo fronteras y conectando corazones en una expresión colectiva de fe. Además de unir a la comunidad, realza el misterio litúrgico y crea un ambiente espiritual que eleva la experiencia de la celebración.
Según el Segundo Concilio Vaticano “la tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale entre las demás expresiones artísticas”. (Sancrosanctum Concilium, 112)
En este contexto, el Instituto OCP ofrece un taller para músicos pastorales hispanos que, con recursos fundamentales como ‘Cantemos al Señor: la música en el culto divino’ y ‘Flor y Canto’, promete brindar herramientas prácticas para el desarrollo musical y espiritual de los participantes.
La jornada de capacitación esta cuidadosamente estructurada, ofreciendo sesiones especializadas que abordan tanto la técnica musical como el desarrollo personal de cada participante.
El evento, que se realizará de 8:30 am a 3:30 pm, contará con dos tipos de sesiones con el fin de que los músicos puedan mejorar su técnica: una para voz y otra para instrumento.
Los presentadores, Jaime Cortez y Anna Betancourt, aportan no solo su vasta experiencia musical sino también una pasión contagiosa por la música eclesial.
En una entrevista con Detroit Catholic en español, Rubí Martínez, la principal organizadora del taller, compartió su visión y pasión por la música litúrgica y por qué cree que puede resultar beneficioso asistir el sábado.
“Muchas veces los encargados de la música no están muy bien formados. Sería grandioso que se unieran este sábado para enriquecerse un poco más. Hay otros que están muy bien preparados y lideran grupos excelentes. Ojalá también puedan unirse y compartir sus ideas con aquellos que están dando sus primeros pasos”.
“Sin embargo, lo más importante es la participación de la comunidad. La música en la Misa no debería limitarse a que los instrumentistas y el coro toquen y canten, mientras el resto simplemente escucha o aplaude al ritmo de la melodía, que es bonito, pero no suficiente”.
Siempre se habla de vocaciones al sacerdocio o a la vida religiosa, pero para Rubí, ser un músico pastoral también es una vocación real. Los instrumentistas y cantores están en la parroquia cada domingo, ensayando durante la semana con el coro o practicando nuevos cantos en sus casas.
Se trata de una vocación porque dedican mucho tiempo. Eligen los cantos no por el simple hecho de que les agradan, sino porque quieren que la gente participe. Y, como toda vocación, se la debe nutrir. Se necesita tiempo para la reflexión, el estudio, el conocimiento de obras y de autores clásicos, el incremento de habilidades técnicas para el canto y para la ejecución instrumental.
El taller no solo proporciona conocimientos prácticos, sino que también aborda la importancia de la formación continua para los músicos pastorales. Se requiere dedicación y crecimiento constante. El encuentro no solo ofrece herramientas técnicas, sino también un espacio para la reflexión y la mejora continua de esta vocación.
La jornada está diseñada para permitir que músicos con diferentes niveles de formación aprendan y evolucionen de manera colaborativa. La variedad de recursos ofrecidos por OCP, junto con la experiencia de los presentadores, garantiza que inclusive aquellos sin experiencia académica puedan adquirir herramientas útiles y conocimientos específicos.
Rubí enfatiza que la música durante la liturgia varía según los líderes, el párroco, la comunidad y las diversas culturas presentes en la Arquidiócesis de Detroit. Es en este contexto que el taller busca fortalecer el papel del músico pastoral, animándolos a crear un ambiente que invite a la participación activa de la comunidad.
La música durante la Misa es una forma de participación activa. Al igual que la respuesta al saludo del sacerdote, el canto es una manera de expresar la fe y contribuir al diálogo litúrgico. "El que canta, reza dos veces", decía San Agustín, resaltando la conexión íntima entre la música y la oración.
Según Rubí, la Iglesia tiene la gran responsabilidad de entrenar a los jóvenes por medio de la música, ya que es necesario crear nuevos músicos.
“A lo largo de todos estos años que estuve trabajando en diferentes parroquias de Detroit, me he dado cuenta de que cuando hacemos que los niños y los jóvenes formen parte del ministerio de la música, a través de un instrumento o del canto, no se van de la Iglesia una vez que crecen”.
“La música es un medio para traer a los niños y jóvenes a participar de la Santa Misa. Y cuando ellos participan de la celebración a través de la música, vamos creando memorias. No se ponen flojos en su fe porque les estamos dando una razón para quedarse y seguir participando de la Iglesia”.
Rubí agradece a la Arquidiócesis de Detroit por su apoyo y a todos los músicos pastorales que se han unido para hacer realidad esta jornada. Con un costo simbólico de 20 dólares, que incluye el almuerzo y el cuidado de niños, el objetivo es hacer que el taller sea accesible para todos. Se ofrecen becas para grupos familiares, subrayando la intención de no recuperar costos, sino de fomentar la participación.
Este sábado, la música litúrgica resonará en la parroquia St. André Bessette, gracias al Ministerio de Música Pastoral Hispana de la Arquidiócesis de Detroit. OCP Instituto lidera el camino, invitando a todos los músicos a sumergirse en una jornada que promete transformar no solo las habilidades musicales sino también la conexión espiritual de los músicos con la liturgia.
Sin dudas, este encuentro de capacitación marca un momento histórico para la música hispana en la arquidiócesis. A pesar de que Rubí se ha dedicado a la música litúrgica por más de cuatro décadas, esta es la primera vez que la arquidiócesis respalda un taller específicamente para hispanos. Un gesto significativo que destaca la importancia de fortalecer el liderazgo musical dentro de esa comunidad.
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