Desde 2012, este programa de 11 semanas ha renovado la fe de cientos de hispanos en Detroit. Con charlas, alabanza y un retiro espiritual, los participantes encuentran sanación y fortalecen su conexión con Dios
DETROIT - Cada martes por la noche, el sótano de la Holy Redeemer Church en Detroit se llena de vida. Niños, jóvenes y adultos latinos se reúnen para participar en Revive, un curso de 11 semanas diseñado para renovar su fe y fortalecer su relación con Dios.
Desde su inicio en 2012, este programa ha dejado una huella profunda en la comunidad hispana, atrayendo a cientos de personas cada año.
Revive, que ofrece un espacio para fortalecer lazos, profundizar en la fe católica y un retiro de tres días, tiene como objetivo principal fomentar un encuentro personal con Cristo.
Según Carmen Muñoz, miembro del comité organizador, “la misión principal es formar discípulos listos para el servicio. No se trata solo de asistir al curso y regresar a casa, sino de aplicar lo aprendido y poner los dones que Dios nos dio al servicio de la parroquia”.
Un programa con impacto duradero
El curso incluye 18 temas distribuidos a lo largo de 11 semanas. Durante este tiempo, los asistentes aprenden y reflexionan en mesas organizadas por edad y género, guiados por facilitadores que fomentan la escucha y el diálogo y acompañan a los participantes en su camino de crecimiento espiritual.
El momento cumbre llega con el retiro de tres días, que permite a las personas sumergirse en oración, reflexión y adoración eucarística.
Según Martín Solís, quien coordina Revive junto a Carmen, “el retiro vale casi la mitad del curso, ya que la gente regresa a sus hogares loca, es decir, tocada por el Espíritu Santo”.
Alejandro Rivera García, un joven que se encuentra haciendo el curso y que vivió su retiro recientemente, compartió su experiencia con Detroit Catholic en español.
Llegó de México a la edad de 15 años, cargando con heridas de la infancia que lo hicieron caer en adicciones. De la mano de Angelie Martínez, su novia, comenzó a acercarse a la Iglesia, y hoy se siente un hombre diferente gracias al amor de Dios.
"Fui al retiro con dudas, pero luego sentí tanta paz y tranquilidad que algo dentro de mí cambió. Antes no creía que el Espíritu Santo pudiera hablarme, pero esa experiencia me demostró que Dios existe y estaba obrando en mi vida".
Por su parte, Angelie también vivió una transformación notable. A pesar de ser catequista, recién ahora pudo llenar un vacío profundo que sentía en su corazón y tener una relación cercana con Dios.
Durante el retiro, las charlas, la alabanza y la confesión preparan a los participantes para un encuentro único con el Espíritu Santo.
“Cuando el Santísimo se acercó, sentí una paz tan bonita, como si Dios mismo me abrazara con todo su amor. Esa noche, Él sanó mi corazón y llenó el vacío que llevaba dentro. Es un sentimiento tan hermoso e incomparable que solo deja ganas más”, explicó.
Evangelización desde la infancia
Para que los padres puedan asistir al curso, Revive ofrece Revivito, un programa paralelo que cuida a niños desde bebés hasta los 14 años.
"Muchas personas que necesitaban tomar el curso no podían venir porque no tenían quién les cuidara a sus hijos. Así nació Revivito, y hoy es una parte esencial del programa”, explicó Marcela Solís, encargada de este programa, a Detroit Catholic en español.
Los niños no solo reciben cuidado; también tienen una formación ligera adaptada a su edad. "Se trata de que los niños estén en la misma página que sus papás," dijo Marcela. Las actividades están relacionadas con los temas que los adultos abordan ese día, y el grupo de alabanza canta con ellos, haciendo que la experiencia sea integral y emotiva.
El equipo detrás de Revivito incluye catequistas y voluntarios comprometidos. "Tenemos una persona por cada bebé y entre 7 y 9 personas para los niños más grandes. Todo esto es gratuito para los padres," comentó Marcela.
El impacto del programa es evidente. “Al final del curso, los niños ya hicieron amiguitos, participan en las alabanzas y aplauden. Incluso les pedimos que nos cuenten qué fue lo que más les gustó, y muchos expresan un interés genuino por conocer más sobre su fe”.
Marcela destacó que algunos de los niños que participaron en Revivito hace años ahora ayudan como voluntarios. “Ver cómo crecen en su relación con Dios y cómo quieren compartir eso con otros es lo más bonito de este trabajo”, reflexionó.
La fuerza detrás del éxito
Organizar Revive no es tarea sencilla. Carmen y Martín explicaron que cada año se forman equipos encargados de la logística, la cocina, la música, el cuidado de niños y la seguridad del estacionamiento. Además, los facilitadores se preparan con antelación a través de un retiro especial para garantizar que estén listos para acompañar a los participantes.
El impacto de Revive va más allá de las 11 semanas del curso. Muchos de los que vivieron la experiencia regresan como facilitadores, ofreciendo su tiempo y talento de manera voluntaria para que cada detalle, desde el cuidado de niños hasta la organización, salga bien.
Martín explicó que “Revive es un semillero de personas, ya que después del curso muchos regresan con ganas de participar en la parroquia. Los aviva, es precisamente por eso que se llama Revive, porque revive la fe en las personas. Los anima a continuar e involucrase más en la vida parroquial”.
Desafíos y lecciones aprendidas
A lo largo de los años, Revive ha enfrentado retos como mantener la asistencia hasta el final del curso y reunir fondos para cubrir los costos del retiro. Sin embargo, el apoyo de la comunidad y el compromiso de los organizadores han permitido superar estos obstáculos.
"El costo del retiro puede ser un desafío para varios de los asistentes," explicó Carmen. "Pero sabemos que la inversión vale la pena. Al final, todos los que van salen beneficiados espiritual y emocionalmente."
Una invitación abierta
Revive no es solo para católicos practicantes. Uno de los objetivos del curso es justamente llegar a personas alejadas de la Iglesia, incluso a aquellos de otras religiones.
El equipo, inspirado por el Padre Tony, sale a buscar a quienes están alejados de la fe en parques y restaurantes, para ofrecerles un encuentro transformador con Dios que renueve sus vidas y les devuelva la felicidad.
La comunidad SOLT de Holy Redeemer ofrece Revive como una verdadera bendición para los hispanos de la zona. Este retiro no solo los ayuda a salir de la apatía, sino que también les permite encontrar sanación y el amor de Dios en medio de sus dolores y tristezas.
Según Martín, quienes participan salen transformados, con ganas de ayudar y ser parte activa de la Iglesia, convirtiéndose en mejores personas, mejores parejas y mejores padres.
"Hay un dicho que usamos aquí", agregó Carmen. “Si no quedas satisfecho, te devolvemos tu dinero. Pero hasta ahora, nadie lo ha reclamado”.
Martín finalizó la entrevista con una reflexión y un llamado a la comunidad:
“Las Escrituras dicen ‘Prueben y vean qué bueno es el señor’. Y yo les digo que hagan la prueba, que vengan a Revive y vean qué bueno es el Señor”.
