El Papa León XIV dio las claves para superar la “invasiva y generalizada” tristeza que “acompaña los días de muchas personas” a través de la fe en Jesús resucitado.
“Es el Resucitado quien cambia radicalmente la perspectiva, infundiendo la esperanza que llena el vacío de la tristeza. En los senderos del corazón, el Resucitado camina con nosotros y por nosotros. Testimonia la derrota de la muerte, afirma la victoria de la vida, a pesar de las tinieblas del Calvario”, señaló el Pontífice durante la Audiencia General de este miércoles.
El Pontífice continuó este miércoles con las reflexiones sobre la resurrección de Cristo que definió como una “explosión de vida y alegría que cambió el sentido de toda la realidad, de negativo a positivo”.
En su catequesis comparó la tristeza que le quita “sentido y vigor a la vida” al convertirla “en un viaje sin dirección y sin significado” con los sentimientos que probaron los discípulos de Emaús tras la muerte de Jesús.
“Desilusionados y desanimados, se alejan de Jerusalén, dejando atrás las esperanzas puestas en Jesús, que ha sido crucificado y sepultado”, señaló el Santo Padre.
Para el Papa, el relato del Evangelio de Lucas (24,13-29) sobre los dos discípulos de Emaús muestra como un paradigma de la tristeza humana. Aseguró que exhibe “el fin de la meta en la que se han invertido tantas energías, la destrucción de lo que parecía esencial en la propia vida”.
Sin embargo, dijo que la paradoja de ese momento es emblemática porque el “triste viaje de derrota y retorno a la normalidad” se realiza “el mismo día de la victoria de la luz, de la Pascua que se ha consumado plenamente”.
Es un momento, señaló el Pontífice, en el que “todo parece perdido” y se hace necesario “volver a la vida anterior, manteniendo un perfil bajo, esperando no ser reconocidos”.
Entonces, tal y como narra el Evangelio, un viandante se une a los dos discípulos que acaban de bajar del Gólgota entristecidos.
“Es Jesús resucitado —continuó León XIV—, pero no lo reconocen. La tristeza les nubla la mirada, borra la promesa que el Maestro había hecho varias veces: que sería asesinado y que al tercer día resucitaría”.
A continuación, Jesús los escucha, “les deja desahogar su desilusión”, comentó el Papa, pero después “con gran franqueza, los reprende por ser duros de entendimiento para creer en todo lo que han dicho los profetas”.
Las Escrituras demuestran que Cristo debía sufrir, morir y resucitar
“A través de las Escrituras les demuestra que Cristo debía sufrir, morir y resucitar. En los corazones de los dos discípulos se reaviva el calor de la esperanza, y entonces, cuando ya cae la tarde y llegan a su destino, invitan al misterioso compañero de viaje a quedarse con ellos”, explicó el Pontífice.
Así, describió cómo Jesús aceptó y se sentó a la mesa con ellos. Fue precisamente el momento en el que “toma el pan, lo parte y lo ofrece”, explicó el Papa, cuando “los dos discípulos lo reconocen”, si bien Él desaparece inmediatamente de su vista.
El gesto del pan partido reabre los ojos del corazón
“El gesto del pan partido reabre los ojos del corazón, ilumina de nuevo la vista nublada por la desesperación. Y entonces todo se aclara: el camino compartido, la palabra tierna y fuerte, la luz de la verdad... De inmediato se reaviva la alegría, la energía vuelve a fluir en los miembros cansados, la memoria vuelve a ser agradecida”, agregó.
El Santo Padre aseguró de este modo que Jesús no resucitó con palabras, “sino con hechos, con su cuerpo que conserva las marcas de la pasión, sello perenne de su amor por nosotros”.
Finalmente, señaló que “la victoria de la vida no es una palabra vana, sino un hecho real, concreto”. “La alegría inesperada de los discípulos de Emaús sea para nosotros un dulce recordatorio cuando el camino se hace difícil”, concluyó.

Invitación a los jóvenes y a los matrimonios a ser “misioneros del Evangelio”
Al concluir la Audiencia General de este miércoles, el Papa León XIV invitó a los jóvenes y a los matrimonios a ser “misioneros del Evangelio”.
El Pontífice recordó que octubre es tradicionalmente el mes dedicado a las misiones por lo que instó a “renovar nuestra activa cooperación con las misiones de la Iglesia”.
“Con la fuerza de la oración, con el potencial de la vida conyugal y con las frescas energías de la juventud, sabed ser misioneros del Evangelio, ofreciendo vuestro apoyo concreto a quienes dedican su existencia a la evangelización de los pueblos”, afirmó.
El Papa también se dirigió a diversos grupos de peregrinos presentes en la audiencia, entre ellos los frailes menores conventuales de Asís, los fieles de la diócesis de Faenza acompañados por su obispo, Mons. Ovidio Vezzoli, así como a las parroquias de San Salvo, Praia a Mare y Bancali. “A todos les deseo que crezcan siempre en el amor de Cristo para dar testimonio de él en todos los ámbitos de la sociedad”, añadió.
El Santo Padre concluyó sus palabras impartiendo su bendición apostólica a todos los fieles.
- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.