Católicos de Detroit dan gracias a Dios por la elección del Papa León XIV

Feligreses participaron de la vigilia del Cuarto Domingo de Pascua en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament de Detroit mientras sostienen folletos de la Misa con el sello episcopal del Papa León XIV. El Arzobispo Edward J. Weisenburger presidió la celebración, en la que la comunidad local dio gracias a Dios por la elección del nuevo Papa, ocurrida el 8 de mayo. Se trata del ex Cardenal Robert F. Prevost, agustino y primer pontífice en la historia proveniente de Estados Unidos. (Fotos: Valaurian Waller | Detroit Catholic)

El Arzobispo Weisenburger invita a la Iglesia a escuchar la voz del nuevo Papa como ‘punto de unidad'

DETROIT - Católicos de toda la Arquidiócesis de Detroit se reunieron el 10 de mayo en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament para dar gracias por la elección del Papa León XIV como nuevo pontífice de la Iglesia, en una Misa presidida por el Arzobispo Edward J. Weisenburger.

“Me alegro junto con los católicos y con los hombres y mujeres de buena voluntad en todo el mundo, porque se nos ha dado un nuevo sucesor de San Pedro”, dijo el Arzobispo Weisenburger durante su homilía.

La Misa, celebrada como vigilia del Cuarto Domingo de Pascua, fue también una ocasión para que los presentes agradecieran la elección del cardenal Robert F. Prevost —un agustino nacido en Chicago que pasó gran parte de su ministerio en Perú y tiene vínculos con Michigan— como el papa León XIV, el pontífice número 267 en la historia de la Iglesia católica.

El Arzobispo Weisenburger reflexionó sobre la importancia del ministerio petrino en la vida de la Iglesia, una parte fundamental de la tradición católica junto con las Sagradas Escrituras.

El Arzobispo Weisenburger consagra la Eucaristía durante una Misa de vigilia por el Cuarto Domingo de Pascua, celebrada el 10 de mayo en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament en Detroit. El arzobispo presidió la celebración en la que los católicos locales dieron gracias por la elección del papa León XIV, el 8 de mayo, el ex cardenal Robert F. Prevost, nacido en Estados Unidos.
El Arzobispo Weisenburger consagra la Eucaristía durante una Misa de vigilia por el Cuarto Domingo de Pascua, celebrada el 10 de mayo en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament en Detroit. El arzobispo presidió la celebración en la que los católicos locales dieron gracias por la elección del papa León XIV, el 8 de mayo, el ex cardenal Robert F. Prevost, nacido en Estados Unidos.

“Y aunque los volúmenes de la Escritura están establecidos, la tradición, correctamente entendida, continúa”, dijo el Arzobispo Weisenburger.

“La revelación de Dios no terminó cuando Jesús ascendió”, explicó. “Con Pentecostés y el derramamiento del Espíritu Santo, la revelación continua de Dios sigue desplegándose de manera única en nuestra Iglesia. Una de esas maneras fue establecida por el mismo Cristo para San Pedro y sus sucesores”.

Al tener el papado —ahora representado por el Papa León XIV— centrado en una sola persona para enseñar, gobernar y santificar la Iglesia universal, Cristo estableció el medio para lograr la unidad y la cohesión en la Iglesia, añadió el arzobispo.

“Me gusta el dicho, ‘Dios amó tanto al mundo que no envió un comité’”, dijo el Arzobispo Weisenburger. “No, tenemos un punto de unidad. Tenemos a alguien que puede discernir —generalmente, como hemos visto en los últimos años, de una manera muy sinodal— y luego, cuando es necesario o bueno para los fieles, decidir. Y aunque estamos celebrando la elección del Papa León XIV, nuestro nuevo Santo Padre, un hombre nacido en nuestra gran nación, creo que es importante recordar que también estamos celebrando la forma en que Jesucristo estableció su Iglesia”.

Al reflexionar sobre el pasaje del Evangelio de San Juan correspondiente al Cuarto Domingo de Pascua, en el que Cristo se identifica como el Buen Pastor, el Arzobispo Weisenburger invitó a los fieles a pensar en el contexto del pasaje.

“Jesús y sus apóstoles estaban en Jerusalén para la fiesta judía de la Rededicación del Templo, y San Juan, en una época en la que la tinta y el papel eran extremadamente caros, eligió incluir ese detalle por una razón particular”, explicó.

En el judaísmo, el Templo era considerado "el centro del mundo", el lugar donde brota la vida, y "el lugar donde Dios descendió del cielo y tocó la tierra", señaló el arzobispo. Al usar ese escenario, Jesús les dice a sus apóstoles que algo más grande ha llegado.

Los fieles escuchan la homilía del Arzobispo Weisenburger, quien reflexionó sobre el don del ministerio petrino de Cristo, al que llamó un "signo de unidad" para la Iglesia durante más de 2,000 años.
Los fieles escuchan la homilía del Arzobispo Weisenburger, quien reflexionó sobre el don del ministerio petrino de Cristo, al que llamó un "signo de unidad" para la Iglesia durante más de 2,000 años.

“Él les está diciendo que ya no es el Templo, que Él es el Buen Pastor”, dijo el Arzobispo Weisenburger. “No es la palabra que fluye del Templo lo que estamos celebrando; es estar unidos a mi palabra, porque a través de ella serán guiados por los caminos de la vida, la verdad y el amor. Él está revelando quién es”.

Al revelar su identidad, Jesús está pidiendo a sus discípulos que lo sigan, guiando y protegiendo a sus ovejas.

Y así como Jesús le pidió a Pedro —el primer Papa— que alimentara a sus ovejas, Cristo nuevamente llama a los fieles a mirar al sucesor de Pedro —el Papa León XIV— como el nuevo pastor, en cuya voz el rebaño de Cristo volverá a escuchar y seguir al Señor, añadió el arzobispo.

“Y si estamos unidos a la voz del Buen Pastor y respondemos, siempre seremos guiados por los caminos de la verdad”, dijo el Arzobispo Weisenburger. “Les sugiero que escuchemos esa voz, porque muy posiblemente resuene a través de la voz del Papa León XIV, que será humilde, amorosa y, en ocasiones, desafiante. Porque si escuchamos bien y estamos dispuestos a ir donde Él nos llama, seguro nos encontraremos entre los corderos que siguen los pasos de Jesús”.



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