Varios obispos católicos de Estados Unidos ofrecieron oraciones y expresaron su solidaridad después de que un hombre armado atacara una capilla de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD) en Grand Blanc, Michigan (Estados Unidos), el 28 de septiembre, matando a cuatro personas, hiriendo a ocho e incendiando el edificio. El incidente ocurrió poco antes de las 10:30 a. m. (hora local), durante un servicio dominical con cientos de asistentes.
El sospechoso, identificado como Thomas Jacob Sanford, de 40 años, de Burton, Michigan, estrelló una camioneta contra la entrada de la capilla, ingresó con un rifle de asalto y comenzó a disparar. Testigos informaron que Sanford gritó insultos contra los SUD. Luego utilizó un acelerante para iniciar un incendio dentro del edificio. La policía del municipio de Grand Blanc llegó en menos de un minuto tras las llamadas al 911, se enfrentó a Sanford en un tiroteo y lo abatió. Los bomberos extinguieron las llamas, pero la capilla quedó destruida.
Entre las víctimas había dos adultos y un niño encontrados entre los escombros, y una persona que murió por heridas de bala en el hospital. Otras ocho personas resultaron heridas: cinco con heridas de bala y tres con lesiones por inhalación de humo.
En un comunicado, el Arzobispo de St. Paul y Minneapolis, Mons. Bernard Hebda, aseguró sus oraciones por la comunidad SUD, señalando que esa iglesia recientemente “extendió su sincero pésame y oraciones a los fieles de esta arquidiócesis”, en referencia al tiroteo de agosto en la iglesia católica de la Anunciación en Minneapolis, donde murieron dos estudiantes y más de 20 personas resultaron heridas.
“Por favor, únanse a mí para rezar por ellos y por el fin de la violencia sin sentido en todo el mundo”, dijo Hebda.
En otro comunicado, el Obispo de Lansing, Mons. Earl A. Boyea, también ofreció sus oraciones por los fallecidos en la iglesia, al tiempo que “aseguró a quienes lloran y a quienes están heridos, mi consuelo y apoyo”.
“Cualquier lugar de culto debería ser un santuario de paz”, continuó Boyea. “La violación de un refugio así, especialmente en una mañana de domingo, hace que el acto de violencia masiva de ayer sea aún más impactante. Felicito a los socorristas por su heroica ayuda en el lugar y por trabajar para proteger otros lugares de culto locales”.
“Por último, recordemos que Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida”, afirmó. “Por eso, en este momento de tragedia, acerquémonos todos a Jesús, Príncipe de la Paz”.
Mientras tanto, el Arzobispo de Detroit, Mons. Edward J. Weisenburger, dijo estar “con el corazón roto” por la violencia armada y el incendio provocado en Grand Blanc. “En este momento de inmenso dolor, pido que nos solidaricemos con las víctimas, sus familias y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, dijo Weisenburger.
“En una era marcada por hostilidades y división, unámonos todos en la fe y la compasión, defendiendo el derecho fundamental a adorar libremente y sin miedo. Que el amor y la misericordia infinitos de Dios nos abracen y sanen a todos”.
El Obispo de Grand Rapids, Mons. David J. Walkowiak, también expresó su pesar tras el trágico ataque, diciendo: “Nadie debería temer jamás por su seguridad al reunirse para adorar. La posibilidad de orar, reunirse pacíficamente y expresar la propia fe no es solo un derecho constitucional, sino una necesidad moral para una sociedad compasiva. Mis oraciones están con las víctimas, sus familias y toda la comunidad de los Santos de los Últimos Días mientras sufren y buscan sanación ante esta violencia sin sentido.”.
El Obispo de Arlington, Mons. Michael Burbidge, rezó por la sanación en otra publicación, diciendo: “Que estemos unidos en oración por aquellos que perdieron la vida en la trágica violencia en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en el municipio de Grand Blanc, Michigan. Oramos por su descanso eterno, por consuelo para sus familias y por sanación y paz para toda la comunidad”.
El ataque se produjo un día después del fallecimiento del presidente de la Iglesia SUD, Russell M. Nelson, el sábado 27 de septiembre, a los 101 años, en Salt Lake City.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abordó el incidente en una publicación en Truth Social, diciendo: “Este parece ser otro ataque dirigido contra cristianos en Estados Unidos de América. La Administración Trump mantendrá informado al público, como siempre lo hacemos. Mientras tanto, RECEN por las víctimas y sus familias. ¡ESTA EPIDEMIA DE VIOLENCIA EN NUESTRO PAÍS DEBE TERMINAR, INMEDIATAMENTE!”.
El vicepresidente estadounidense J.D. Vance también se refirió al ataque en una publicación en redes sociales: “Es una situación terrible en Michigan. El FBI está en el lugar y toda la administración está monitoreando la situación. Oremos por las víctimas y los servicios de emergencia”.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días también emitió un comunicado expresando dolor y gratitud por el apoyo: “Estamos profundamente agradecidos por la avalancha de oraciones y preocupación de tantas personas en todo el mundo. En momentos de dolor e incertidumbre, encontramos fortaleza y consuelo a través de nuestra fe en Jesucristo. Los lugares de culto están destinados a ser santuarios de pacificación, oración y conexión. Oramos por la paz y la sanación para todos los involucrados”.
La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, ordenó izar las banderas a media asta en todo el estado, describiendo el incidente como “violencia inaceptable en un santuario” y comprometiéndose a apoyar la investigación. Las escuelas del área de Grand Blanc, tanto católicas como públicas, cerraron el 29 de septiembre.
El FBI, con apoyo de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) y de la Policía Estatal de Michigan, está investigando el ataque como violencia selectiva. Se encontraron tres artefactos sin detonar en el lugar. Sanford, exinfante de Marina y conductor de camión, no tenía vínculos conocidos con la iglesia, pero expresó opiniones contrarias a los SUD, según vecinos. Sus redes sociales incluían publicaciones sobre “engaños” religiosos. El FBI está examinando sus motivos.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.