La Orion Township parish se moviliza para ayudar a los vecinos tras la explosión de un condominio

La explosión del 19 de noviembre frente a la Christ the Redeemer Parish dejó a dos personas gravemente heridas y a decenas sin hogar justo antes de las fiestas

ORION TOWNSHIP – El martes 19 de noviembre, el P. Bill Promesso vio un gran incendio mientras llegaba a la Christ the Redeemer Parish alrededor de las 6:30 p.m. antes de la Misa de las 7 p.m. en la parroquia de Orion Township.

“Al salir de mi coche, vi el fuego”, contó el P. Promesso a Detroit Catholic. “Esa noche había ocho personas en misa; el acceso a nuestro complejo estaba limitado ya que había muchos vehículos de emergencia”.

Unos minutos antes, una explosión había sacudido el complejo de condominios Keatington New Town Association, ubicado justo al otro lado de Waldon Road, frente a la parroquia. La explosión destruyó dos edificios y causó graves daños en varias unidades.

Dos personas resultaron heridas, y docenas se quedaron temporalmente sin hogar. Las autoridades creen que la explosión fue causada por una fuga de gas.

El P. Promesso y el personal de Christ the Redeemer se pusieron manos a la obra de inmediato. Apenas terminó la Misa, el personal y los feligreses se pusieron en contacto con los equipos de rescate y las autoridades a cargo de la emergencia para ofrecer su ayuda.

“Estamos justo enfrente, y preguntamos si podíamos hacer algo para ayudar”, explicó el P. Promesso. “Nos dijeron que no necesitaban nada, pero les propusimos abrir las puertas para que las personas pudieron usar nuestros baños, ya que había mucha gente en el estacionamiento que no podía ir a sus casas por el tráfico causado por los vehículos de emergencia”.

Cuando se abrieron las puertas, las personas desalojadas empezaron a entrar en la iglesia, convirtiendo la parroquia en un punto de encuentro tanto para ellos como para los socorristas, mientras los bomberos combatían el incendio, buscaban posibles víctimas y evacuaban las viviendas vecinas. Un miembro del personal de Christ the Redeemer comenzó a preparar café y, a medida que la noticia se difundía, restaurantes locales empezaron a enviar comida.

“Si bien muchos de los residentes evacuados tenían amigos o familiares con quienes podían quedarse temporalmente, al menos dos personas no tenían adónde ir esa noche”, dijo el P. Promesso.

“Dos personas pasaron la noche aquí; algunos miembros del personal se turnaron para quedarse despiertos y estar en la parroquia”, explicó el P. Promesso. “Nuestro equipo se movilizó muy rápido; nos comunicábamos mediante mensajes de texto. Así que ni bien supimos que íbamos a abrir el edificio, ya había miembros del personal aquí”.

La parroquia proporcionó almohadas y mantas, y el personal estuvo disponible durante toda la noche para atender cualquier necesidad.

“Dividimos la noche en turnos; yo estuve aquí hasta la medianoche, otros se quedaron hasta las 3 de la mañana, y otros llegaron a las 3 y permanecieron hasta las 7 u 8”, dijo el P. Promesso. “Restaurantes locales trajeron comida para el desayuno y el almuerzo del día siguiente. Todo esto sucedía al mismo tiempo; fue increíble”.

Desde que ocurrió la explosión, Christ the Redeemer y las iglesias vecinas han servido como centros comunitarios, mientras organizaciones sin fines de lucro locales y socorristas continúan ayudando de diferentes maneres.

Muchas de las unidades de Keatington que siguen en pie tienen ventanas rotas, marcos dañados y posibles problemas estructurales como consecuencia de la explosión, y las autoridades siguen evaluando la seguridad de la zona.

“Durante el resto de la semana, la Cruz Roja utilizó nuestras instalaciones para reunirse con los residentes evacuados, y el municipio trató de organizarse con las iglesias y negocios locales”, explicó el P. Promesso.

El P. Promesso elogió la rápida respuesta del personal y los voluntarios de la parroquia, y pronunció unas palabras de aliento durante su homilía el domingo siguiente.

“Estaba muy orgulloso de todos, pero no me sorprendió”, dijo el P. Promesso. “Tenemos un equipo increíblemente generoso, muy comprometido y compasivo. Bastó con un par de mensajes de texto para que esto sucediera. Nuestras coordinadoras del servicio cristiano (Karen Swietlik y Therese Mahoney) se pusieron manos a la obra de inmediato y coordinaron todo de manera excelente. Fue impresionante verlo en acción”.

Milagrosamente, nadie murió en la explosión, y las dos personas que fueron hospitalizadas ya recibieron el alta médica. Funcionarios del Orion Township están organizando colectas para ayudar los afectados, incluyendo refugio temporal, alimentos, ropa y donaciones monetarias.

El P. Promesso recorrió los restos del complejo, que las autoridades municipales han declarado inhabitable. Los residentes siguen buscando entre los escombros, tratando de recuperar lo que puedan, incluidas muchas mascotas desaparecidas.

“A diferencia de la mayoría de los proyectos de servicio cristiano o de ayuda comunitaria, la respuesta de Christ the Redeemer no fue algo planificado u organizado a través de un comité; fue simplemente una respuesta espontánea para ayudar a vecinos necesitados”, explicó el P. Promesso.

Una semana después de la explosión, las cosas han vuelto a la normalidad en Christ the Redeemer, pero los miembros de la parroquia saben que la vida no será igual para sus vecinos por un buen tiempo.

Mientras tanto, la parroquia sigue siendo un lugar de encuentro para la comunidad, y todos están dispuestos a servir a sus hermanos y hermanas con el corazón de Jesucristo.

“Es una confirmación de lo rápido que la gente respondió a la emergencia”, dijo el P. Promesso. “Demuestra que las personas han comprendido que el amor a Dios y al prójimo siempre van de la mano”.