‘Bienaventurados aquellos que confían en el Señor’: Conociendo al próximo líder espiritual de Detroit

El Arzobispo designado de Detroit, Edward J. Weisenburger, durante una visita a la Cathedral of the Most Blessed Sacrament de Detroit poco después de su presentación como el próximo arzobispo de Detroit el 11 de febrero. El martes 18 de marzo será instalado como el sexto arzobispo de Detroit. (Foto de Valaurian Waller | Detroit Catholic)

Recién llegado a la Motor City, el Arzobispo designado Weisenburger tiene más en común con los habitantes de Detroit de lo que muchos creen

DETROIT - El próximo arzobispo de Detroit maneja un Chevy, tiene experiencia pastoral en una diócesis multicultural en la frontera y ha trabajado en la causa de canonización de un sacerdote estadounidense beatificado.

A pesar de que el Arzobispo designado Edward J. Weisenburger nunca había estado en Michigan antes de ser nombrado sexto arzobispo de Detroit el 11 de febrero - y aunque los inviernos son bastante más fríos de lo que está acostumbrado - no es difícil imaginar que se adaptará perfectamente.

A primera vista, la decisión del papa Francisco de elegir al obispo de Tucson, Arizona —a 1,670 millas de distancia— como líder espiritual principal de la Motor City quizá no estaba en las predicciones de muchos observadores de la Iglesia.

Pero el Santo Padre tiene una forma especial de sorprender a los fieles de manera maravillosa.

En una entrevista con Detroit Catholic antes de su conferencia de prensa del 11 de febrero, el Arzobispo designado Weisenburger dijo que “nadie estaba más sorprendido que yo” cuando recibió la llamada telefónica del embajador del Papa a primera hora de la mañana.

El Arzobispo designado Edward J. Weisenburger se pone una gorra de los Detroit Lions el 11 de febrero mientras posa para las fotos junto al Arzobispo emérito de Detroit Allen H. Vigneron durante una rueda de prensa en el Sacred Heart Major Seminary donde se anunció al Arzobispo designado Weisenburger como el próximo arzobispo de Detroit. (Valaurian Waller | Detroit Catholic)
El Arzobispo designado Edward J. Weisenburger se pone una gorra de los Detroit Lions el 11 de febrero mientras posa para las fotos junto al Arzobispo emérito de Detroit Allen H. Vigneron durante una rueda de prensa en el Sacred Heart Major Seminary donde se anunció al Arzobispo designado Weisenburger como el próximo arzobispo de Detroit. (Valaurian Waller | Detroit Catholic)

“Estaba a punto de subirme a la cinta de correr cuando vi que el Cardenal Christophe Pierre (nuncio apostólico en Estados Unidos) me estaba llamando al celular”, contó el Arzobispo designado Weisenburger. “Estaba sorprendido, así que atendí la llamada. Fue muy amable y cordial, y me dijo que el Santo Padre estaba complacido con mi trabajo y me pedía que me trasladara a la Arquidiócesis de Detroit”.

El Arzobispo designado Weisenburger bromeó diciendo: “No tengo un desfibrilador externo en mi casa, pero me habría venido bien uno, porque esto no estaba en mis planes”.

Conmovido y sorprendido, el Arzobispo designado Weisenburger dijo que el Cardenal Pierre le aconsejó que “siempre es bueno decirle que sí al Santo Padre”.

Afortunadamente aceptó, y el 18 de marzo, asumirá oficialmente el liderazgo de la Iglesia católica de Detroit, sucediendo al Arzobispo Allen H. Vigneron.

No será la primera vez que el nuevo arzobispo de Detroit deba trasladarse lejos de su casa para difundir el Evangelio. De hecho, según el Arzobispo designado Weisenburger, Detroit será “mi cuarta diócesis, mi cuarta provincia, en mi cuarta región” dentro la Iglesia en Estados Unidos.

Aprender a decir ‘sí’ fue una lección fundamental que el Arzobispo designado Weisenburger recordó desde sus primeros años de formación sacerdotal. Tras graduarse del seminario, fue enviado a estudiar a la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, y recordó haber expresado sus dudas a su director espiritual.

“Aquel hombre bondadoso y amable me escuchó con paciencia y me dijo: ‘Ed, lo que decidas hacer está bien, pero en algún momento, si eres llamado al sacerdocio, tendrás que aprender a decir ‘sí’”, dijo el Arzobispo designado Weisenburger a Detroit Catholic. “La Virgen María no dijo ‘déjame pensarlo’ cuando se le pidió que hiciera algo por Nuestro Señor”.

El 19 de diciembre de 1987, el Arzobispo Charles A. Salatka ordenó sacerdote al entonces P. Edward J. Weisenburger para la Arquidiócesis de Oklahoma City. El Arzobispo Salatka fue sacerdote de la Diócesis de Grand Rapids y más tarde obispo auxiliar de Grand Rapids (1962-68) y obispo de Marquette (1968-77), lo que, según el Arzobispo designado Weisenburger, significa que tiene raíces de Michigan.
El 19 de diciembre de 1987, el Arzobispo Charles A. Salatka ordenó sacerdote al entonces P. Edward J. Weisenburger para la Arquidiócesis de Oklahoma City. El Arzobispo Salatka fue sacerdote de la Diócesis de Grand Rapids y más tarde obispo auxiliar de Grand Rapids (1962-68) y obispo de Marquette (1968-77), lo que, según el Arzobispo designado Weisenburger, significa que tiene raíces de Michigan.
El Arzobispo Joseph F. Naumann de Kansas City coloca la mitra sobre la cabeza del entonces Obispo Weisenburger durante su consagración episcopal y toma de posesión como el undécimo obispo de Salina, Kansas, el 1 de mayo de 2012, en la Cathedral of the Sacred Heart en Salina. (Fotos cortesía del Arzobispo designado Edward J. Weisenburger)
El Arzobispo Joseph F. Naumann de Kansas City coloca la mitra sobre la cabeza del entonces Obispo Weisenburger durante su consagración episcopal y toma de posesión como el undécimo obispo de Salina, Kansas, el 1 de mayo de 2012, en la Cathedral of the Sacred Heart en Salina. (Fotos cortesía del Arzobispo designado Edward J. Weisenburger)

La perspectiva de trasladarse a otro lugar del país, a un nuevo clima, una nueva ciudad y una cultura diferente no le resulta desalentadora, sino más bien intrigante.

“Cuando llegué a Tucson, recuerdo que salía por la mañana en el coche, veía montañas, palmeras y cactus, y pensaba: '¿Qué está pasando aquí?’ Pero cuando estás abierto al misterio de algo completamente nuevo, suele estar lleno de sorpresas y bendiciones”, explicó.

Será la primera vez que conozca el estado de los Great Lakes, pero el Arzobispo designado Weisenburger señaló que su linaje episcopal pasa, de hecho, por Michigan.

“Fui ordenado sacerdote por el Arzobispo Charles Salatka, que fue sacerdote en Grand Rapids, obispo auxiliar y obispo de Marquette, por lo que mi ordenación sacerdotal se remonta a Michigan”, dijo.

El nuevo arzobispo designado de Detroit fue noticia el año pasado cuando, gracias a la generosidad de un concesionario de Arizona, anunció que conduciría “el primer Chevrolet Equinox EV vendido en Tucson”, un vehículo de emisiones cero.

El Chevy, totalmente eléctrico y con una autonomía de 300 millas, le ha sido muy útil a la hora de recorrer los 42.707 kilómetros cuadrados de la diócesis de Tucson para asistir a confirmaciones, visitas pastorales y actos parroquiales.

A pesar de que los habitantes del Medio Oeste podrían imaginarse Tucson como un paisaje llano y desértico lleno de cactus, el Arzobispo designado Weisenburger dijo que la diócesis, que se extiende alrededor de la parte sur de Arizona en nueve extensos condados, también tiene muchas montañas.

“Tucson tiene cuatro cadenas montañosas al norte, al sur, al este y al oeste, y nosotros estamos justo en medio”, dijo. “En mi primera semana aquí, recuerdo que tenía que ir a Yuma, y todavía no había mirado el mapa. Empecé a conducir hacia el oeste y pasé las montañas Catalina. Unos 50 minutos después, pasé otra cadena montañosa, y luego otra más. Prácticamente todo el camino hasta California estuvo rodeado de montañas”.

El Arzobispo designado Weisenburger preside durante las confirmaciones en Corpus Christi Parish en Tucson en junio de 2023. (Cortesía de la Diócesis de Tucson)
El Arzobispo designado Weisenburger preside durante las confirmaciones en Corpus Christi Parish en Tucson en junio de 2023. (Cortesía de la Diócesis de Tucson)
El Arzobispo designado Weisenburger visita a los líderes escolares y religiosos de la escuela San Xavier Mission, situada en la Tohono O'odham Indian Reservation en Tucson, en julio de 2023. (Cortesía de la Diócesis de Tucson)
El Arzobispo designado Weisenburger visita a los líderes escolares y religiosos de la escuela San Xavier Mission, situada en la Tohono O'odham Indian Reservation en Tucson, en julio de 2023. (Cortesía de la Diócesis de Tucson)

Si bien no tendrá que recorrer distancias tan largas en Metro Detroit, el Arzobispo designado Weisenburger dijo que espera con entusiasmo conocer los lagos y las comunidades de Michigan, y agregó: “Será interesante ver con qué me encuentro en Michigan mientras voy manejando”.

Al ser una diócesis fronteriza, Tucson “es en gran medida una mezcla de hispanos y anglosajones”, y casi todas sus parroquias ofrecen Misa en español y en inglés, afirmó el Arzobispo designado Weisenburger. Aunque reconoce que su español no es “100% fluido”, dijo que “sin dudas ha mejorado” desde su llegada a Tucson en 2017.

En la Arquidiócesis de Detroit, encontrará una Iglesia local con una población hispana en constante crecimiento, pero también una de las diócesis más diversas del país, donde se celebra Misa diariamente en más de una docena de idiomas.

Al igual que la Arquidiócesis de Detroit, la Diócesis de Tucson tiene sus raíces en los misioneros jesuitas que trajeron la fe católica de Europa en el siglo XVII. Un misionero en particular, el Venerable Padre Eusebio Francesco Kino, fue quien evangelizó a los numerosos pueblos nativos americanos de la región fronteriza que más tarde se convirtió en el sur de Arizona y el norte de Sonora, México, superando las barreras culturales y estableciendo 21 misiones prósperas a caballo.

La causa de canonización del Padre Kino avanzó cuando, en 2020, el Papa Francisco lo declaró “venerable”, reconociendo las virtudes heroicas del jesuita.

“Creo que el Padre Kino será canonizado en algún momento”, expresó el Arzobispo designado Weisenburger.

Al igual que Detroit, fundada por misioneros franceses en 1701, el nuevo arzobispo describió Tucson como “una Iglesia muy rica cuya historia es increíble”.

“El ingenio y la creatividad de los primeros misioneros para llevar la fe católica a los pueblos nativos tuvo un impacto duradero en la región”, explicó.

“Los numerosos pueblos nativos americanos que estaban aquí fueron muy receptivos al Evangelio de Jesucristo”, dijo el Arzobispo designado Weisenburger. “Los misioneros jesuitas se esforzaban mucho por aprender las lenguas de los indígenas locales, y luego evangelizaban en su idioma y utilizando sus conceptos. Fue un enfoque muy diferente, y tuvo un éxito tremendo”.

El Arzobispo designado Weisenburger es fotografiado durante un servicio de oración ecuménica en el Redemptorist Renewal Center en Tucson, como parte de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2025, el 23 de enero de 2025. (Cortesía de la Diócesis de Tucson)
El Arzobispo designado Weisenburger es fotografiado durante un servicio de oración ecuménica en el Redemptorist Renewal Center en Tucson, como parte de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2025, el 23 de enero de 2025. (Cortesía de la Diócesis de Tucson)

Ya como sacerdote de la Arquidiócesis de Oklahoma City, el Arzobispo designado Weisenburger participó en la causa de canonización de otro misionero: el Beato Stanley Rother, un sacerdote de Oklahoma que fue martirizado en Guatemala en 1981 mientras servía en una parroquia misionera diocesana.

De 1995 a 2002, el Arzobispo designado Weisenburger fue párroco de la parroquia Holy Trinity en Okarche, Oklahoma, una comunidad agrícola muy unida donde creció el P. Rother. Durante su tiempo allí, llegó a conocer a la familia Rother, y finalmente fue promotor de justicia en la causa de canonización del sacerdote.

El 23 de septiembre de 2017, el P. Rother se convirtió en el primer hombre nacido en Estados Unidos en ser declarado “beato” durante una Misa de beatificación en el centro de Oklahoma City. La Misa tuvo lugar apenas dos meses antes de que el propio Beato Solanus Casey de Detroit se convirtiera en el segundo.

Bienaventurados los que confían

Mientras se prepara para su instalación en Detroit el 18 de marzo, el Arzobispo designado Weisenburger expresó su entusiasmo por conocer la historia y las comunidades de Detroit, al mismo tiempo que los habitantes de la ciudad esperan conocerlo a él.

Su agenda ya se está llenando de Misas, visitas y oportunidades para salir y conocer a los fieles del sureste de Michigan en las próximas semanas y meses.

“Me encanta estar con la gente, y realmente quiero estar con ellos tanto como pueda”, dijo.

En cuanto a sus pasatiempos, el Arzobispo designado Weisenburger dijo que le encanta leer, alternando entre “obras teológicas y novelas de calidad”. Le gusta mucho ‘La imitación de Cristo’, de Thomas à Kempis. “Intento leer unas pocas páginas, a veces una página al día; es muy enriquecedor”, afirmó.

También le gusta cocinar, y su pasión por la música clásica se remonta a su infancia.

“De hecho, interpreté el primer movimiento de un concierto de piano elevado con la Filarmónica de Lawton (Oklahoma) cuando estaba en noveno grado”, relató. “Así que tengo una formación en música clásica, y me encantaría conocer a la Orquesta Sinfónica de Detroit”.

El Arzobispo designado Weisenburger (izquierda) y el Arzobispo saliente de Detroit Allen H. Vigneron pasan unos momentos en oración y reflexión ante el Santísimo Sacramento en la capilla del Sacred Heart Major Seminary antes de la conferencia de prensa de presentación del Arzobispo designado Weisenburger el 11 de febrero.
El Arzobispo designado Weisenburger (izquierda) y el Arzobispo saliente de Detroit Allen H. Vigneron pasan unos momentos en oración y reflexión ante el Santísimo Sacramento en la capilla del Sacred Heart Major Seminary antes de la conferencia de prensa de presentación del Arzobispo designado Weisenburger el 11 de febrero.

Mientras se prepara para asumir su nueva misión, el Arzobispo designado Weisenburger dijo que su oración ha consistido principalmente en “escuchar” lo que el Señor quiere revelarle en los próximos días y meses. Y ese mensaje ha sido constante.

“En las últimas semanas, lo que me ha llegado una y otra vez es el mismo mensaje con el que sigo tropezando: ‘Bienaventurados los que confían en el Señor’ y ‘El amor perfecto derriba todo temor’”, dijo el Arzobispo designado Weisenburger. “Y yo digo: ‘Señor, pero estoy nervioso’. Pero el Señor parece decirme claramente: ‘Confía’”.

Mientras se prepara para liderar su tercera diócesis —tras haber sido obispo de Salina, Kansas, y de Tucson, Arizona—, el Arzobispo designado Weisenburger se muestra optimista sobre el futuro en Detroit, tanto para él como para la arquidiócesis.

“He descubierto repetidamente en la vida que cuando estamos abiertos al misterio del futuro, las cosas buenas se van revelando”, concluyó.



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