Talleres de formación fortalecen la fe de la comunidad hispana de Detroit

Foto por Sincerely Media en Unplash.

Con el apoyo del Seminario Mayor del Sagrado Corazón, estos talleres ofrecen herramientas para enseñar y vivir el Evangelio: “Todos estamos llamados a ser catequistas en la transmisión de la fe”

DETROIT — Con el respaldo de la Arquidiócesis de Detroit y la aprobación académica del Sacred Heart Major Seminary, los Talleres de Formación para Catequistas en Español, que se desarrollan del 4 al 15 de agosto en la Parroquia del Santísimo Redentor, ofrecen una oportunidad gratuita para profundizar en la fe y, en muchos casos, obtener la certificación oficial de catequista.

El programa, que se realiza anualmente desde 2006, reúne a obispos, sacerdotes, diáconos y laicos experimentados para impartir 27 temas esenciales de formación católica. Las sesiones incluyen desde doctrina social y sacramentos hasta métodos creativos de enseñanza, todo adaptado a la realidad cultural de la comunidad hispana.

“Esta formación es intelectual y básica sobre la fe. También sirve para certificar a los catequistas; es un mínimo de lo que ellos deben tener para asegurar que transmitan la fe adecuadamente a niños, jóvenes y adultos”, explicó Marcela a Detroit Catholic en español, quien dirige la formación religiosa en la parroquia.

Los talleres cuentan con horarios matutinos, vespertinos y nocturnos para facilitar la asistencia de quienes trabajan. Además, ofrecen cuidado de niños de entre 5 y 13 años, con refrigerios incluidos, un detalle que, según la organizadora, responde a una necesidad concreta de las familias hispanas.

“En el seminario, aunque a veces ofrecían los tópicos, no daban cuidado de niños, y para nosotros eso es algo muy importante”, señaló.

Este año, la arquidiócesis ha asumido parte de los costos logísticos, incluyendo alimentación, materiales y recursos para la atención de los menores.

“Ellos nos están apoyando muchísimo, sobre todo el Seminario del Sagrado Corazón”, explicó Marcela, quien también destacó el papel de los voluntarios. “Tenemos muchos catequistas que ayudan cuidando niños. Se aceptan pequeñas donaciones, como dulces para los menores, y eso nos muestra que la comunidad valora lo que estamos haciendo”.

La organización académica de los talleres sigue las pautas del Seminario del Sagrado Corazón, que reconoce esta capacitación como el primer nivel de un plan de estudios más amplio.

“Nosotros nunca nos hemos salido de lo que ha pedido la arquidiócesis. Usamos el material que ellos mismos nos dieron, solo que, en español, y le damos una impronta cultural”, explicó.

Ese esfuerzo de inculturación no se limita a la traducción, sino que integra testimonios, dinámicas participativas y ejemplos cercanos a la vida diaria de los participantes.

“Se enseña que la Biblia está escrita para ellos también y que el Señor les habla en su propia vida, sin importar de qué país sean. Todos somos bienvenidos, y todos somos ricos en el Señor”, afirmó.

Entre los ponentes de este año se cuentan el Obispo Auxiliar Arturo Cepeda y el Obispo Donald Hanchon, quienes han acompañado a la comunidad en anteriores ediciones. La presencia de sacerdotes, según la organizadora, es un signo de apoyo tangible.

“El Obispo Cepeda vino hace dos años y vio que era importante seguir apoyando a los hispanos porque en español no hay estos tópicos. Él quiere que se nos siga escuchando”.

Aunque la certificación requiere la asistencia a las 27 sesiones, los talleres están abiertos a cualquier persona que desee aprender más sobre la fe católica, incluso si no planea ejercer como catequista.

El impacto, aseguró, se percibe en la motivación renovada de los participantes y en su sentido de pertenencia. “Se dan cuenta que no están solos en la tarea de la enseñanza, que hay muchos como ellos que tienen el mismo interés y la alegría de servir al Señor en los más pequeños o en los que necesitan aprender. Cuando conocen los documentos y de dónde vienen las cosas, les da gusto aprender y decidir qué quieren seguir aprendiendo”, comentó.

Cada año, algunos asistentes repiten módulos ya vistos para refrescar conocimientos o recibir nuevas perspectivas de distintos ponentes. “Uno se va enriqueciendo, la vida se va enriqueciendo. Hay presentadores diferentes que aportan otras ideas y eso les da mucha alegría”, dijo.

Los organizadores han observado que la asistencia tiende a aumentar en la segunda semana del curso. Este año, la primera semana cerró con más de cuarenta personas, y se espera que más se sumen en los próximos días. Durante los cursos, se trata de que la metodología de enseñanza incluya los diferentes estilos de aprendizaje, como el visual, auditivo, práctico y musical. De esta manera los futuros catequistas pueden replicar estas técnicas adaptadas a las necesidades de sus parroquias.

Más allá de la capacitación académica, Marcela considera que el objetivo final es inspirar y fortalecer la fe de los participantes para que sigan sirviendo en sus comunidades. “Espero que se vuelvan a animar, a empezar otro año y hacer lo mejor”, afirmó.

Sobre el papel esencial que desempeñan quienes anuncian y enseñan el Evangelio, el difunto Papa Francisco, en un mensaje a los catequistas, dijo: “Aunque a veces pueda ser difícil, se trabaje mucho, con mucho empeño, y no se vean los resultados deseados, educar en la fe es hermoso. Es, quizás, la mejor herencia que podemos dar: la fe. Educar en la fe para hacerla crecer”.

La iniciativa cuenta con el apoyo activo del Ministerio Hispano de la arquidiócesis, que se ha comprometido a seguir impulsando programas de formación en español.

“En inglés se ha avanzado mucho, pero en español seguimos trabajando para tener una formación más sólida. Y la realidad es que muchos vienen de sus países de origen con muy poca formación. Que no se olviden de darnos el alimento”, dijo la organizadora, haciendo eco del llamado a mantener viva la atención pastoral a los fieles hispanos.

Los talleres concluirán el 15 de agosto, pero el aprendizaje no termina allí. El 23 de agosto, la parroquia ofrecerá el taller “Protegiendo a los Niños de Dios”, requisito fundamental para todos los que sirven en ministerios parroquiales.

Con la combinación de rigor académico, acompañamiento pastoral y atención a las realidades familiares, estos talleres se han consolidado como un recurso clave para la comunidad hispana de Detroit. Como subraya su organizadora, “queremos que la gente sepa que este es su espacio para aprender y crecer en la fe. Todos estamos llamados a ser catequistas en la transmisión de la fe”.



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