El Papa Francisco dedicó su catequesis de la primera Audiencia General de 2025 a reflexionar sobre los niños y la “plaga del trabajo infantil”.
Ante los fieles reunidos en el aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre lamentó que actualmente “fatigamos a ver en los ojos de un niño que ha sido dejado al margen y que es explotado y abusado”.
l siglo que crea inteligencia artificial, continuó el Pontífice, “no tiene en cuenta aun la llaga de la infancia humillada, explotada, herida mortalmente”, añadió.
A continuación, remarcó que la palabra que más aparece en el Antiguo Testamento después del nombre Yahweh, es ben, que significa “hijo”.
En este contexto, precisó que “los niños son un regalo de Dios”, que lamentablemente “no siempre es tratado con respeto”.
Recordó en este sentido “la tormenta de violencia de Herodes” que estalló sobre Jesús recién nacido, masacrando a los niños de Belén. “Un drama oscuro que se repite de otras formas en la historia”.
También señaló que Jesús y sus padres vivieron entonces “la pesadilla de convertirse en refugiados en un país extranjero, como les sucede a muchas personas y tantos niños hoy”.
En su vida pública, Jesús rompió la tradición “que consideraba al niño sólo como un objeto pasivo”, al decir a sus discípulos: “Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis; De hecho, el reino de Dios pertenece a aquellos que son como ellos”.
Asimismo, el Papa Francisco recordó cuando Jesús llama a un niño, lo coloca entre los discípulos y dice: “Si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”.
El Santo Padre denunció que hoy en día “hay demasiados niños obligados a trabajar” y destacó que “un niño que no sonríe y no sueña no podrá conocer ni dejar florecer sus talentos”.
“En todas partes de la tierra hay niños explotados por una economía que no respeta la vida; una economía que, al hacerlo, quema nuestro mayor depósito de esperanza y amor”, subrayó.
Instó a no permanecer indiferentes ante esta situación y a no aceptar “que los hermanitos, en lugar de ser amados y protegidos, sean despojados de su infancia, de sus sueños, víctimas de la explotación y la marginación”.
Por último, pidió al Señor “que abra nuestra mente y nuestro corazón al cuidado y la ternura, y que cada niño y niña del mundo pueda crecer en edad, sabiduría y gracia, recibiendo y dando amor”.
Un espectáculo circense en el Vaticano
Al finalizar su catequesis, los 60 miembros de la compañía circense CirCAfrica, de diferentes naciones africanas, protagonizaron un espectáculo preparado especialmente para el Papa Francisco.
“Los circenses tienen la misión de hacernos reír y hacer cosas buenas. Les agradezco mucho”, dijo el Pontífice tras disfrutar de la actuación.
Más tarde, el Pontífice recordó que una vez finalizada la Navidad, “la Iglesia invita a cada bautizado a reflexionar sobre la luz” en su vida.
Al concluir la audiencia, como es habitual, pidió a los fieles no olvidarse de rezar por la paz, especialmente “por Ucrania, Nazaret e Israel” y por todos los países en guerra. “No olvidemos que la guerra siempre, siempre, es una derrota”, concluyó.
- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.