Dos hombres serán ordenados diáconos permanentes para la Arquidiócesis de Detroit

Previo a su ordenación al diaconado permanente para la Arquidiócesis de Detroit el 7 de octubre, César E. Cruz, izquierda, y David E. Smith compartieron acerca de sus raíces, de cómo escucharon el llamado del Señor al ministerio, y cómo esperan servir a los fieles como diáconos en la Iglesia Católica. (Fotos de cortesía)

David E. Smith de Clarkston y Caesar E. Cruz de Canton serán ordenados el 7 de octubre en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament

DETROIT - El sábado 7 de octubre, dos hombres llamados al servicio y con el alma enamorada de Jesucristo serán ordenados al diaconado permanente en la Catedral del Santísimo Sacramento.

Durante una Misa a las 10 de la mañana, el Arzobispo Allen H. Vigneron ordenará a David E. Smith de Clarkston y a César E. Cruz de Canton en presencia de amigos, familiares y fieles de la Arquidiócesis de Detroit. Los dos hombres se han formado durante años en el Sacred Heart Major Seminary en Detroit, y serán ordenados después de haber pasado años dedicados al cuidado de sus familias y a sus profesiones.

Una vez finalizada la Misa de ordenación, se anunciarán las parroquias a las que han sido asignados.

Antes de ser ordenados, los dos hombres contaron detalles acerca de su vida con Detroit Catholic.

David E. Smith

David E. Smith, 57, de Clarkston, pertenece a Our Lady of the Lakes Parish en Waterford. Smith y su esposa, Shari, son padres de dos hijos: Noah, de 27 años, y la difunta Hanna.

Nacido en Flint, Smith estudió en el Flint Christian High School antes de obtener una licenciatura en Administración (2009) y una maestría en Gestión (2017) en la Central Michigan University. Smith, quien ha trabajado en ventas industriales y fabricación, terminará su maestría en estudios pastorales en el Sacred Heart Major Seminary en 2024.

La conversión de Smith y su familia al Catolicismo, lo llevó a considerar el diaconado como una segunda vocación en la vida.

"No me sentía feliz con mi vida, con la persona en la que me había convertido y con muchas de las decisiones que había tomado. Volví a Dios, a quien tuve olvidado durante la mayor parte de mi vida adulta, y le pedí ayuda para convertirme en la persona que Él quería que fuera, algo en lo que todavía sigo trabajando", explicó Smith.

Hace aproximadamente diez años, después de estudiar a los primeros Padres de la Iglesia y reafirmar su fe, Smith y su familia se unieron al Rito de Iniciación Cristiana para Adultos, conocido como RICA.

"A los pocos meses de haber sido recibido en la Iglesia, hablé con un diácono permanente después de Misa y, tras aprender sobre el ministerio del diaconado, sentí una llamada muy fuerte que persistió durante cinco años", dijo Smith. "En 2017 decidí presentar mi solicitud a la Iglesia y entré en el seminario. Todo mi camino hacia el diaconado consistió en una serie de puertas que se abrían, mostrándome siempre dispuesto a seguir la voluntad de Cristo".

Miembro del Consejo 5436 de los Caballeros de Colón y entusiasta de la lectura y el cine en casa, Smith completó su pasantía parroquial en la St. Joseph the Worker Parish en Lake Orion bajo la guía del diácono John Manera y el padre Jim Kean. Allí colaboró con el consejo pastoral de la parroquia, las clases de catecismo para jóvenes, el ministerio de hospicios y hospitales, el ministerio de atención a la memoria y el ministerio para ancianos, y también para el ministerio penitenciario.

“Durante mis años de servicio en los diversos ministerios, fui testigo de la crisis de soledad y la necesidad profunda que tienen las personas de sentirse amadas”, señaló Smith. "Más de una vez, la gente ha reaccionado de manera asombrosa al mensaje del amor de Dios".

"Mi esperanza como diácono permanente es que, con la ayuda de Cristo, pueda servir a mi pastor y al pueblo de Dios de la mejor manera posible", continuó Smith. "Y dedicar mi vida a transmitir el mensaje del amor de Dios en palabras y acciones a la mayor cantidad de gente posible".

Caesar E. Cruz

César Enríquez Cruz, de 57 años, nació en Taytay, Rizal, en Filipinas, y en la actualidad vive en Canton. Él y su esposa, Anna Marie, son miembros de la Divine Child Parish en Dearborn. Son padres de Lance, de 32 años (casado con Katie), Adrienne, de 27 años (casada con Cory Passman), y Anne, de 22 años.

Cruz estudió en el Siena College de Taytay en Filipinas, y en el Emilio Aguinaldo College, obteniendo una licenciatura en Fisioterapia en 1983. En 2005 obtuvo una maestría en Educación Infantil por la Universidad de Oakland, y trabaja como fisioterapeuta en el Departamento de Educación Especial para el Taylor School District.

Cruz explicó que su camino hacia el diaconado comenzó hace más de 30 años, cuando él y su esposa, que eran católicos, se unieron a un grupo de estudio bíblico ecuménico.

“En varias ocasiones, no sabía cómo responder a las preguntas sobre nuestras creencias y prácticas como católicos, lo que me generaba una gran frustración”, dijo Cruz. "Gracias a los programas católicos de radio y televisión que fui descubriendo, empecé a profundizar en mi fe católica y a entender las razones detrás de mis creencias".

A medida que fue aprendiendo más, Cruz se involucró profundamente en su comunidad parroquial, mostrando especial entusiasmo por la Eucaristía, que le "llenaba de energía y alegría".

"Quería compartir lo que había descubierto", explicó Cruz. "Así que me ofrecí como voluntario para enseñar catequesis. Me uní al equipo de RICA y al coro. Mi mujer y yo nos unimos a un grupo de estudio bíblico católico. Participé en distintos grupos de oración y comunidades religiosas filipinas. Asistí a conferencias y seminarios católicos los fines de semana. También me inscribí en la Catholic Biblical School de Michigan".

Si bien Cruz y su esposa disfrutaban de todas estas actividades, él todavía sentía que no era suficiente.

"Me esforzaba por alcanzar algo, pero no sabía bien qué era. En ese momento le pregunté a Dios y a mí mismo: ¿Cuál es el propósito de todo esto?", dijo Cruz. "Al poco tiempo, comencé a considerar seriamente la posibilidad de convertirme en diácono. Al principio, no estaba seguro de si esto era una manifestación de la llamada de Dios".

Después de que un sacerdote amigo le dijera que sería un buen candidato para el diaconado, Cruz decidió investigar el programa y presentar su solicitud a la Arquidiócesis de Detroit para comenzar la formación "tras meses de mucha oración y espera".

Cruz completó su pasantía parroquial en la St. John Neumann Parish en Canton bajo la guía del diácono Pat Conlen y el padre Paul Ballien, ofreciéndose como voluntario en el Pope Francis Center and St. Aloysius Neighborhood Services en Detroit, así como en las Missionaries of Charity, enseñando la fe a niños hispanos en el centro de la ciudad.

Miembro del Consejo 2660 de los Caballeros de Colón, así como de varias comunidades religiosas filipinas, Cruz dijo que su vocación al diaconado responde a un llamado de Dios.

“La vocación al diaconado no surge simplemente de un deseo personal, sino de un llamado de Dios. Nadie merece ser diácono. Es un privilegio que Dios nos da", dijo Cruz. "Los diáconos están llamados a servir a la Iglesia, al pueblo de Dios. Cualquier autoridad que un diácono pueda tener, tiene como finalidad permitirle cumplir su servicio por el bien de la Iglesia".

“Al igual que un diácono lleva el amor de Cristo a la gente, también guía a la gente hacia el amor de Cristo”, continuó Cruz. “Para que un diácono pueda revelar a Cristo a los demás, primero debe descubrirlo y conocerlo profundamente él mismo”.



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