Papa Francisco anima a difundir en el mundo la fragancia de Cristo y no el mal olor del pecado

El Papa Francisco se dirige a los fieles en el Aula Pablo VI del Vaticano el 21 de agosto de 2024. | Crédito: Vatican News.

El Papa Francisco ha animado a los cristianos a difundir en el mundo la fragancia de Cristo durante la audiencia general celebrada este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano, a la que han acudido numerosas parejas de matrimonios recién casados, detalle que ha resaltado el propio Pontífice en su saludo inicial.

En la sexta catequesis del ciclo titulado El Espíritu Santo y la Esposa, iniciado el pasado 29 de mayo, el Papa Francisco se ha centrado en el pasaje de la unción espiritual de Cristo sucedida durante su bautismo en el río Jordán.

En ella, ha señalado que “Sabemos que, por desgracia, a veces los cristianos no difunden la fragancia de Cristo, sino el mal olor de su propio pecado”, sin embargo, ha enfatizado, “esto no debe distraernos de nuestro compromiso de realizar, en la medida de nuestras posibilidades y cada uno en su ambiente, esta sublime vocación de ser el buen olor de Cristo en el mundo”.

Esta fragancia, ha añadido, proviene de los frutos del Espíritu Santo, que ha citado siguiendo la carta de San Pablo a los gálatas: amor, alegría, paz, magnanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí.

En este sentido, el Pontífice ha reflexionado sobre el impacto que producen las personas que, por la gracia del Espíritu, transmiten esos dones: “Una persona con amor, gozosa, que crea la paz; una persona magnánima; una persona benévola, una persona buena… Es hermoso encontrar una persona buena, una persona fiel, una persona mansa que no sea envidiosa. Alguno sentirá un poco de esta fragancia cuando nos encontremos en medio de estas personas”.

La Trinidad a orillas del río Jordán

El Papa detalló a lo largo de la catequesis que en el pasaje del bautismo se observa cómo “toda la Trinidad se reunión en aquel momento a orillas del Jordán”, en un momento “muy importante de la Revelación y de la historia de la salvación” que se confirma poco después en la predicación de Jesús en la sinagoga de Nazaret: “El Espíritu del Señor está sobre mí”.

En el Jordán, Jesús fue ungido, explicó el Papa Francisco, como lo eran con aceite perfumado los reyes, profetas y sacerdotes: “En el caso de Cristo, en lugar del aceite físico, está el aceite espiritual que es el Espíritu Santo”.

Esta es la razón por la que Jesús es designado con los términos Mesías (en hebreo) y Cristo (en griego) que significan “ungido”. “Cristo es la cabeza, nuestro Sumo Sacerdote, el Espíritu Santo es el óleo perfumado y la Iglesia es el cuerpo de Cristo en el que se difunde”, ha detallado el Papa.

- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.



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