La arquidiócesis honra con una misa especial a su patrona Santa Ana en el día de su fiesta

Una estatua de Santa Ana entra en procesión durante su misa el 26 de julio en la Basílica de Ste. Anne en el suroeste de Detroit. En honor al primer día de fiesta en la nueva basílica, un himno tradicional bretón a Ste. Anne, "O Anna Mamm Mari", fue traducida al inglés para su uso en toda la Arquidiócesis de Detroit. (Fotos de Valaurian Waller | Detroit Catholic)

Los fieles celebran a los "abuelos de la Iglesia" con una misa especial y un himno tradicional bretón en la basílica más nueva de Detroit, la cual es la parroquia más antigua

DETROIT - El domingo 26 de julio los fieles de la Arquidiócesis de Detroit celebraron la fiesta de Santa Ana, patrona de la ciudad, y de su esposo, Joaquín.

Aunque la presencia de Santa Ana en la ciudad se remonta a su fundación en 1701, la devoción a la abuela de Cristo ha aumentado en los últimos años, gracias en parte a que el
Papa Francisco nombró a Ste. Anne como una basílica menor a principios de este año, y a numerosas oraciones respondidas por embarazos y otras intenciones durante la novena anual a Ste. Anne antes de su fiesta.

“Le damos gracias a Dios y alabamos a Ste. Anne por su poder como defensora, intercesora”, dijo el Arzobispo Allen H. Vigneron en su homilía durante la misa del primer día de fiesta en la recién nombrada Basílica de Ste. Ana. “La amplia experiencia en la vida de los fieles es mirar a Ste. Anne como una intercesora confiable.”

El Arzobispo Allen H. Vigneron celebró la misa en la fiesta de Santa Ana y San Joquí el 26 de julio, en la Basílica de Ste. Anne en el suroeste de Detroit. En su homilía, honró su papel en el establecimiento de la Iglesia y la reconoció como "nuestra abuela".

El arzobispo recordó la primera vez que celebró la fiesta de Santa Ana y San Joaquín en la parroquia al suroeste de Detroit; se le pidió que diera una bendición a una mujer que no podía concebir. Al año siguiente, ella regresó al día de la fiesta con gemelos. Esto, dijo el arzobispo, “es solo uno de los muchos testimonios del hecho de que la intercesión de Santa Ana es poderosa y aún funciona: ella es nuestra abuela".

"Ellos son de quienes se habló en el Eclesiástico: esos hombres y mujeres piadosos que debido a su alianza con Dios tienen una posteridad que perdura para siempre", dijo el arzobispo Vigneron. “En cierto sentido, somos tú y yo. Somos hermanas y hermanos de Jesucristo. María es nuestra madre. Entonces, en un sentido real, Santa Ana es nuestra abuela en la fe y Joaquín nuestro abuelo.”

“Cuán bendecidos somos de ser de su progenie; cuán bendecidos son de haber tenido millones y millones de descendientes”, dijo el arzobispo.

Como parte de la celebración de 2020, Joe Balistreri, director de música de arquidiócesis así como de la Catedral del Santísimo Sacramento, y Susan Lindquist, directora de la Academia del Coro de la Catedral, transcribieron un himno del siglo XIX en honor a Santa Ana y tradujeron del idioma bretón al inglés para poderlo cantar durante la misa del día de fiesta en la Basílica de Ste. Anne y en las parroquias de la arquidiócesis.

Joe Balistreri, director de música de la Catedral del Santísimo Sacramento, dirige un cuarteto para interpretar el himno "O Anna Mamm Mari", que recientemente ayudó a traducir del bretón original en honor a Santa Ana.

El bretón es el idioma que se se habla en Bretaña, una región cultural en el oeste de Francia, donde existe una fuerte devoción por Santa Ana. El himno "O Anna Mamm Mari” fue escrito hace más de cien años por un sacerdote o monje del Santuario de Santa Ana de Auray en Bretaña.

"Parte de esta devoción ha llegado a Canadá; piense en el santuario de Santa Ana de Beaupre en Quebec", una de las iglesias católicas más antiguas de América del Norte, dijo Balistreri. A partir de ahí, dijo, la devoción transminó hasta llegara un Detroit fundado por franceses.

Balistreri trabajó junto a un lingüista para traducir una versión francesa del himno al inglés, y desde allí Balistreri hizo su propia traducción poética mientras mantenía la línea de melodía original del himno. Finalmente, optó por mantener una línea del bretón original en la canción, el título: 
"O Anna Mamm Mari".

Balistreri dijo que cada año antes de la fiesta de Ste. Anne, un nuevo tesoro musical en honor a Ste. Anne es descubierta o compuesta.

"Estas pequeñas tradiciones aparecen de cualquier lado", dijo Balistreri. “Lo encuentras en muchas vidas de santos; cada cultura y cada comunidad tienen su propia tradición particular, las cuales eventualmente se mezclan y se extienden y ayudan a formar una mayor cultura de devoción".

Para Balistreri, la música como una forma de devoción y oración es una parte importante de la fe y la tradición católica.

"La música expresa los sentimientos de nuestros corazones de una manera que le da una dimensión completamente diferente al texto de proclamación", dijo Balistreri. "Por ejemplo, puedo rezar el Ave María o puedo cantar el Avé Maria, ya que ambas son la misma oración, pero hay una profundidad de fervor completamente diferente cuando ponemos esas palabras en la canción".

Fieles asisten a misa en la fiesta de Santa Ana y San Juan en la basílica de Ste. Anne en el suroeste de Detroit el 26 de julio de 2020.

La devoción a los santos es una expresión de la necesidad humana de una emoción sincera, dijo Balistreri. A veces, dijo, la gente no puede expresar su oración en palabras, que es donde entran los santos.

"En una letanía o una serie de exhortaciones, invocamos a los santos, llamamos a los santos y les suplicamos su intercesión, porque saben cómo orar por lo que nuestros corazones necesitan mejor que nosotros", dijo Balistreri.

Balistreri espera que el nuevo himno contribuya al creciente amor y devoción a Ste. Anne en todo el sureste de Michigan.

“Mi oración y mi esperanza es que continúe aumentando nuestra devoción a Santa Ana, quien realmente es el eje de la fundación de nuestra ciudad", dijo.



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