"Jesucristo es la razón de ser de este lugar", dijo el P. Zach Mabee a los graduados
DETROIT ─ El sábado 27 de abril, 58 estudiantes de la generación 2024 recibieron sus diplomas y títulos durante la 99ª Misa de graduación del Sacred Heart Major Seminary.
Al inicio de la ceremonia, el Arzobispo de Detroit, Allen H. Vigneron, destacó que la clase de graduados estaba compuesta por sacerdotes, seminaristas y ministros laicos, quienes se dedicaron durante el año a seguir estudiando para expandir el reino de Dios.
“Recordemos que es el Espíritu Santo mismo quien nos ha reunido aquí, porque nos prepara para una gran obra. Agradecemos y alabamos a Dios Padre por lo que Cristo ha realizado este año, especialmente por las vidas de aquellos que se están graduando”, dijo el Arzobispo Vigneron.
El P. Zach Mabee, de la Diócesis de Lansing, miembro del equipo de profesores de filosofía y del equipo de formación sacerdotal de estudios pre-teológicos en el Sacred Heart Major Seminary, pronunció la homilía. Destacó que Jesucristo continúa siendo la figura central en el seminario, motivando a los graduados a llevar su enseñanza más allá de los salones de clase.
"Nuestra esperanza, hermanos y hermanas, es que Cristo, que es Él mismo el camino, la verdad y la luz, sea el único camino al Padre, y la razón de ser no solo de nuestra escuela sino de todas nuestras instituciones católicas", dijo el P. Mabee. "Nuestra esperanza es que lugares como estos salones sagrados sean medios a través de los cuales continuemos celebrando al Señor crucificado y resucitado, quien triunfó sobre el pecado y la muerte, especialmente esta Pascua. Que estos lugares sean signos de un encuentro con el Rey del universo que da vida, que reclama el corazón, que ilumina la mente".
Los graduados abarcaron desde estudiantes laicos que obtuvieron certificados en Teología Católica para el trabajo pastoral en parroquias hasta 13 diáconos en transición que obtuvieron maestrías en Divinidad y licenciaturas en Teología Sagrada en preparación para la ordenación sacerdotal este verano. Además, cinco sacerdotes obtuvieron Licenciaturas en Teología Sagrada de la Pontifical University of St. Thomas Aquinas en Roma a través del cuerpo docente del Sacred Heart Major Seminary.
A pesar de sus diferencias y distintas áreas de estudio, el P. Mabee dijo que lo que hace que una universidad sea una universidad es un propósito de estudio común: en el Sacred Heart Major Seminary, la persona de Jesucristo es lo que une a sus estudiantes.
"A veces nos preguntamos cuál es el propósito de nuestras universidades y colegios, ya que nuestras instituciones educativas muchas veces no tienen una visión clara y unificada", explicó el P. Mabee. "Gracias a Dios, nos une la piedra angular que fue rechazada por los constructores, el Señor Jesucristo, pero que está siempre presente aquí. No solamente en nuestra misión, que puede parecer rígida. Él está presente con nosotros en la palabra y los sacramentos, todos los días dentro de nuestras instalaciones".
El P. Mabee mencionó que depende de los graduados llevar a Cristo desde el Sacred Heart Major Seminary hacia el mundo y poner en práctica lo aprendido en la escuela para ser agentes de la Nueva Evangelización.
El P. Mabee advirtió sobre la tentación de convertirse en "teólogos de torre de marfil", atrapados en cuestiones rutinarias sin estar conectados con la realidad de la comunidad de Dios. También invitó a evitar un ministerio pastoral basado en un enfoque "superficial y poco inspirador, intelectualmente insípido”.
El P. Mabee hizo referencia a las palabras del P. Jean-Jacques Olier, fundador de la Sociedad de los Sacerdotes de San Sulpicio, quien afirmó que bastarían tres hombres con virtudes apostólicas de sabiduría y conocimiento en un seminario para santificar toda la diócesis. Resaltó la importancia de la sabiduría y el conocimiento para conocer y amar a Jesucristo, como se nos recuerda en los Evangelios de ayer y hoy.
Después de que el P. Stephen Burr, rector y presidente de Sacred Heart Major Seminary, junto con el P. Timothy Laboe, decano de estudios, entregaran los diplomas y títulos a los graduados, el Arzobispo Vigneron los felicitó por sus logros y agradeció a las familias de los graduados presentes en la congregación por todas las oraciones, el apoyo y el aliento que les brindaron a lo largo de sus estudios.
"Durante más de 100 años, la arquidiócesis ha apoyado a esta escuela, esta institución, este apostolado, que forma parte integral de la vida de la Iglesia", dijo el Arzobispo Vigneron. "Estamos orgullosos de ustedes, y estoy agradecido con todos los fieles de esta arquidiócesis. Estoy convencido de que hay un futuro para esta escuela. Me siento muy agradecido por lo que han logrado, por los aprendizajes adquiridos, a fin de que sigan difundiendo la verdad de Jesucristo. ¡Felicidades!"
Casi al final de su homilía, el P. Mabee invitó a los graduados a pensar en la misión del Sacred Heart Major Seminary cuando ejerzan su ministerio.
“Nunca nos olvidemos de que Cristo nos guía y acompaña, nunca caigamos en ese estado omnipresente y contemporáneo de desgano y pasividad, erróneamente contentos por el apoyo que Él nos brinda", dijo el P. Mabee. "Creo que nuestra misión también nos llama a salir de eso. Nosotros, que servimos como sacerdotes o estamos en proceso de serlo, debemos tener el corazón de Cristo, el Buen Pastor. Todos nosotros que servimos, que somos enviados desde este lugar, debemos dedicarnos al trabajo de la Nueva Evangelización”.
La mejor manera para los graduados de recordar las enseñanzas aprendidas en el Sacred Heart es tener presente quién está en el centro de la institución.
"Hermanos y hermanas, el Señor Jesucristo es verdaderamente la razón de ser de este lugar, especialmente cuando celebramos los sagrados misterios", dijo el P. Mabee. Él es el centro y la fuerza vital de esta institución, día tras día. Él es quien anima nuestras almas con la presencia permanente del Espíritu Santo y quien revitaliza nuestros corazones con la verdadera sabiduría y conocimiento del Evangelio".
