Tras 14 años de ministerio en Detroit, los fieles celebrarán una Misa de gratitud en honor al Obispo Cepeda

Monseñor Arturo Cepeda, obispo auxiliar de Detroit. Fuente: @USCCBEspanol

“Un pastor con olor a oveja”: la comunidad hispana se despide antes de su partida a la Arquidiócesis de San Antonio

DETROIT – La comunidad hispana de la Arquidiócesis de Detroit se prepara para homenajear al Obispo Arturo Cepeda con una Misa de gratitud el viernes 12 de septiembre a las 10.30 a.m. en el Seminario Mayor del Sagrado Corazón, tras 14 años de servicio pastoral en el sureste de Michigan.

El Obispo Cepeda, de origen mexicano, ha acompañado de cerca a miles de fieles durante más de una década y ahora asumirá un nuevo desafío como obispo auxiliar en la Arquidiócesis de San Antonio, Texas. Para muchos, su partida deja un vacío difícil de llenar, pero también representa la oportunidad de celebrar su entrega y orar por la nueva misión a la que Dios lo llama.

Un líder espiritual cercano a su pueblo

Originario de San Luis Potosí, México, y formado espiritualmente en San Antonio, el Obispo Cepeda llegó a Detroit en 2011, convirtiéndose en el obispo más joven de Estados Unidos en ese momento. Desde entonces, su ministerio se ha caracterizado por una cercanía pastoral con las comunidades migrantes, una profunda devoción mariana y un compromiso firme con la evangelización y la formación de líderes laicos, convirtiéndose en un referente para los católicos hispanos de Detroit.

“La comunidad hispana en Detroit es muy activa, está pendiente de los trabajos pastorales que hacemos y ha sido para mí una bendición personal poder acompañarlos”, expresó el Obispo Cepeda en entrevista con Detroit Catholic en español.

El P. Noel, el P. Jaime, el Arzobispo Edward Weisenburger, el Obispo Cepeda, y el Diácono Permanente Héctor Anaya posan para una foto durante la Conferencia de Hombres Hispanos 2025. (Foto cortesía el Diácono Permanente Héctor Anaya)
El P. Noel, el P. Jaime, el Arzobispo Edward Weisenburger, el Obispo Cepeda, y el Diácono Permanente Héctor Anaya posan para una foto durante la Conferencia de Hombres Hispanos 2025. (Foto cortesía el Diácono Permanente Héctor Anaya)

A lo largo de sus 14 años en Detroit, el obispo destacó como momentos especialmente significativos las conferencias de hombres, mujeres y jóvenes hispanos, así como la Misa Guadalupana arquidiocesana. Señaló que esas experiencias le permitieron acompañar de cerca a los fieles y reafirmar el papel central de las nuevas generaciones, a las que siempre se sintió muy apegado.

“Él siempre ha estado presente. Es un pastor, un líder, pero yo creo que la palabra ‘amigo’ es la que mejor lo define. Él siempre se mostró como tal y lo vamos a extrañar así”, explicó el diácono permanente Héctor Anaya a Detroit Catholic en español.

“Ha sido un baluarte para nosotros, un pilar de la comunidad hispana. Siempre nos sentimos identificados con él porque es mexicano, pero también supo abrazar a todas las nacionalidades”.

La noticia de su traslado generó sentimientos encontrados en la comunidad: tristeza por su partida, pero también alegría porque representa un nuevo reto y una oportunidad de liderazgo. Según el diácono Anaya, esta decisión refleja la universalidad de la Iglesia, en la que cada persona es llamada a responder a la misión que Dios le confía.

Otros fieles compartieron sentimientos similares. Armida Ponce, quien lo conoció en conferencias y celebraciones parroquiales, explicó:
“Humanamente, nos da un poquito de melancolía por la cercanía que él tenía para con su gente. Pero no podemos quedarnos con eso, porque sabemos que tiene esta labor tan grande y la ha aceptado con humildad. Sabemos que tenemos que compartirlo, y en Texas hay una comunidad hispana muy grande. Confiamos en los planes de Dios”.

Armida Ponce recuerda especialmente las palabras del papa Francisco para describirlo: ‘pastor con olor a oveja’. “Así puedo describir al Obispo Cepeda. Él se involucra y está al pendiente de sus ovejas”, aseguró.

El Obispo Cepeda recordó que en su ministerio encontró una comunidad que lo recibió con los brazos abiertos y con un profundo deseo de acompañamiento.

“He tenido una respuesta increíble. Nuestra gente necesita y pide ese acompañamiento. No quieren sentirse solos ni aislados de la Iglesia, y la Iglesia está respondiendo, abriendo las puertas y ayudando en lo que se pueda, especialmente en la formación de líderes que sean protagonistas en nuestras parroquias y comunidades en Detroit”.

Brenda Hascall, coordinadora del Ministerio Hispano para la arquidiócesis, coincidió en que su legado fue clave para el crecimiento espiritual de los fieles.
“Lo vamos a extrañar mucho. Es una gran pérdida para el Ministerio Hispano aquí en Detroit, pero tengo fe de que Dios va a proveer. Cada vez que se abría un nuevo ministerio o había algún cambio, íbamos a ver al Obispo Cepeda para platicar con él. Lo más hermoso es que él te daba una guía, pero no hacía las cosas por ti. Siempre te alentaba a crecer en la fe”.

Un legado de esperanza

El obispo reconoció que uno de los desafíos más importantes durante su ministerio ha sido hacer visible la presencia hispana dentro de la Iglesia local.

“Siempre ha sido un desafío poder llegar a otras comunidades, especialmente a las anglosajonas, para decirles: ‘Estamos aquí presentes, y somos parte de la Iglesia universal’. Es algo muy importante transmitirlo. En conferencias y eventos con otras comunidades culturales, siempre busco hacerles ver la riqueza de nuestra presencia y los frutos que podemos aportar para toda la Iglesia”.

El obispo también admitió que Detroit ha marcado profundamente su vida y ministerio episcopal.

“Tengo emociones encontradas porque mi ejercicio como obispo lo aprendí aquí. Detroit fue la arquidiócesis que me enseñó a trabajar y ejercer mi ministerio. Siempre la llevaré en mi corazón. Detroit es mi primer amor”.

Finalmente, dejó un mensaje de gratitud y esperanza a la comunidad que lo despide:

“Agradezco mucho a los fieles hispanos por su bienvenida, por su calor humano y por su apertura a seguir adelante con la misión. Me llevo la inspiración de su sencillez y su apertura a la Iglesia. Voy a extrañarlos, pero confío en la providencia de Dios y sigo adelante con gozo en esta nueva misión”.

La misa de gratitud será, en palabras de muchos, un signo de amor compartido: un agradecimiento colectivo a quien durante 14 años ha sido pastor, guía y amigo de la comunidad hispana de Detroit.



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