Catholic Relief Services solicita donaciones ante la proximidad del huracán Melissa en Jamaica
(OSV News) -- Los fieles católicos de Jamaica están respondiendo con "muchas oraciones" mientras la nación insular se ve azotada por lo que, según los analistas, podría ser el peor huracán de su historia.
"Ninguna precaución es suficiente para este tipo de catástrofe", declaró Tanecia Shaw, secretaria de la administración apostólica de la Diócesis de Montego Bay, a OSV News por teléfono el 27 de octubre.
El huracán Melissa, ahora de categoría 5, estaba previsto a tocar tierra en Jamaica durante la tarde del 28 de octubre, tras haber causado al menos siete muertos en Haití y la República Dominicana, según CNN.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, según sus siglas en inglés) ha emitido una actualización del huracán Melissa en la mañana del 28 de octubre, advirtiendo que el huracán se estaba fortaleciendo antes de tocar tierra y que ahora mantiene vientos máximos sostenidos de 290 kilómetros por hora, lo que lo hace uno de los huracanes del Atlántico más fuertes de la historia.
La tormenta amenaza con traer por lo menos 101 centímetros de lluvia e inundaciones de hasta 4 metros por marejada ciclónica en la isla. El último huracán importante que tocó tierra en Jamaica fue el huracán Gilbert, de categoría 4, en 1988, que causó la muerte de 45 personas y devastó sectores enteros de la economía de la isla.
Aunque la tormenta se produce en plena temporada de huracanes en el Atlántico, que oficialmente abarca del 1 de junio al 30 de noviembre, la velocidad con la que se ha intensificado ha sido alarmante, ya que sus vientos aumentaron 70 millas por hora (112 kilómetros por hora) en un período de 24 horas. Si bien la tormenta se enmarca dentro de la temporada de huracanes del Atlántico, que oficialmente abarca del 1 de junio al 30 de noviembre, la velocidad con la que se ha intensificado ha sido alarmante, ya que sus vientos habían aumentado a 112 kilómetros por hora en un período de 24 horas y ahora mantiene vientos de 290 kilómetros por hora (o 180 mph).
Catholic Relief Services (CRS), la organización humanitaria y de desarrollo oficial de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, ha creado un fondo de ayuda para las víctimas de Haití y Jamaica.
CRS señaló en su página de donaciones que la "triple amenaza" de inundaciones, daños por el viento y marejadas ciclónicas está a punto de azotar con fuerza a las comunidades de Jamaica y Haití.
Según CRS, en ambos países "Muchas familias en la trayectoria de la tormenta viven en refugios frágiles o asentamientos informales, donde las inundaciones pueden ser devastadoras y mortales", provocando deslizamientos de tierra, desplazamientos y daños en las infraestructuras.
Con Haití debilitado por múltiples crisis sostenidas --entre ellas la inestabilidad política, la violencia de las bandas armadas, los desastres naturales, la inseguridad alimentaria, la intervención extranjera y la deuda internacional--, los efectos de la tormenta son aún más graves, según CRS.
"En Haití, la disponibilidad limitada de instalaciones de salud en funcionamiento, combinada con brotes de cólera en curso, genera preocupación sobre cualquier interrupción en los servicios de agua y saneamiento", afirma CRS. "La inseguridad generalizada y la mala infraestructura logística probablemente empeoren significativamente los impactos de la tormenta. Las necesidades urgentes serán refugio seguro, agua potable, alimentos y suministros esenciales de higiene".
CRS afirma que cuenta con "amplia experiencia apoyando esfuerzos de respuesta a emergencias en toda la región durante décadas, con un equipo de 100 personas en Haití y socios locales en Jamaica y la región".
"Nuestros equipos de emergencia están asegurando oficinas y almacenes, preparando suministros preposicionados de refugio y agua potable, y ayudando a las personas a proteger sus negocios, hogares y campos", afirma la agencia.
La organización Cross Catholic Outreach, con sede en Florida, también anunció una campaña de ayuda el 27 de octubre, señalando que estaba trabajando con colaboradores católicos de confianza sobre el terreno, incluyendo la Diócesis de Mandeville, así como con múltiples colaboradores en la República Dominicana, para brindar ayuda crucial, incluyendo alimentos, medicamentos y suministros de vivienda.
"Nuestros corazones y oraciones están con todos los afectados por el huracán Melissa", declaró Michele Sagarino, presidenta de Cross Catholic Outreach, en un comunicado de prensa del 27 de octubre. "En tiempos de desastres, la Iglesia tiene un papel único que desempeñar: ser las manos y los pies de Cristo para quienes sufren".
Además, se ha lanzado una campaña GiveSendGo para la Diócesis de Montego Bay, que junto con la Diócesis de Mandeville y la Arquidiócesis de Kingston sirve a los fieles de la isla.
Los fondos donados a la campaña cubrirán necesidades inmediatas como alimentos, agua y suministros de emergencia, así como asistencia para la reconstrucción, atención pastoral a largo plazo y programas de recuperación comunitaria, según informaron los organizadores de la campaña. Los esfuerzos diocesanos están "liderados por nuestro clero, religiosos y voluntarios que están sobre el terreno entregando ayuda donde más se necesita", decía la descripción de la campaña.
Mientras Jamaica se prepara para la tormenta, Shaw reiteró su llamado a orar para que los residentes "tomen las precauciones necesarias".
"Eso es todo lo que podemos hacer en este momento: eso y tratar de mantenernos seguros", dijo.
Y "en medio de la tormenta, nuestra fe permanece inquebrantable", dijeron los organizadores de la campaña diocesana de ayuda para el huracán. "Creemos en el poder de la esperanza, la solidaridad y el amor en acción".


