Celebración en honor a María destacó el plan de salvación de Dios a través de la historia

Una mujer lleva un estandarte de Nuestra Señora de Guadalupe al comienzo de la Misa del 9 de diciembre en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament en Detroit. Si bien la celebración estaba dedicada a la Inmaculada Concepción de María, también incluyó elementos de la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, que se celebrará el 12 de diciembre. (Fotos de Valaurian Waller | Detroit Catholic)

El Obispo Cepeda celebró una Misa en honor a la Inmaculada Concepción de María y al mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego

DETROIT — La Inmaculada Concepción de María, su "fiat" al aceptar la presencia del Señor en su vientre e incluso su aparición a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac, México, en 1531, son signos del plan de Dios para la salvación de la humanidad a lo largo de toda la historia.

El Obispo Auxiliar de Detroit, Arturo Cepeda, explicó que esta historia comenzó con la caída de Adán y Eva en el Jardín del Edén y continuó cuando María, concebida sin pecado, aceptó ser la madre de Dios encarnado, Jesucristo.

El Obispo Cepeda celebró la Solemnidad de la Inmaculada Concepción el 9 de diciembre en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament en Detroit. Aunque esta solemnidad se celebra normalmente el 8 de diciembre, este año coincidió con el segundo domingo de Adviento, por lo que se trasladó al 9 de diciembre.

Curiosamente, el 9 de diciembre es también la fiesta de San Juan Diego en el calendario litúrgico, lo que permitió celebrar la Solemnidad de la Inmaculada Concepción bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe (cuya fiesta se celebra el 12 de diciembre).

“Eso es lo que celebramos en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, al honrar a Nuestra Señora de Guadalupe”, dijo el Obispo Cepeda durante su homilía, pronunciada en inglés y español. “Nuestra Madre es quien nos enseña cómo responder a Dios”.

Un grupo de cantores honra a María antes de la Misa; parte de la tradición de celebrar a Nuestra Señora de Guadalupe es cantar Las Mañanitas, "el feliz cumpleaños" a María.
Un grupo de cantores honra a María antes de la Misa; parte de la tradición de celebrar a Nuestra Señora de Guadalupe es cantar Las Mañanitas, "el feliz cumpleaños" a María.

Antes de la Misa se entonaron cánticos a María y danzantes con trajes tradicionales aztecas recorrieron el pasillo principal de la catedral.

“La fusión del catolicismo y la antigua cultura azteca muestra cómo el mensaje que María dio a San Juan Diego es un mensaje de esperanza y amor que santifica una cultura, elevándola hacia la misión de proclamar la buena nueva al mundo”, explicó el Obispo Cepeda.

“El mensaje que escuchamos claramente de nuestra madre, Nuestra Señora de Guadalupe, es que ella realmente vino de Dios, el que nos da la vida, para que lo conozcan”, afirmó el Obispo Cepeda. “Ese mensaje sigue llevando corazones, mentes y almas al seno de nuestra Iglesia”.

“Fue un mensaje que nuestra madre transmitió a San Juan Diego en 1531, y seguimos proclamando con alegría esta buena noticia hasta el día de hoy, porque conocemos al Dios vivo. Nuestro Dios irrumpe en nuestra historia”, añadió.

Según el Obispo Cepeda, se trata de una historia de proclamación que continúa hasta nuestros días y que comienza con un encuentro con Jesucristo a través de las Escrituras y, finalmente, los sacramentos.

“Escuchamos las Escrituras, y también a través de Guadalupe, que esto es lo que Dios quiere que sepamos”, dijo el Obispo Cepeda. “Es decir, somos nosotros quienes debemos dar el primer paso. Escuchamos porque sabemos, en nuestros corazones, mentes y espíritu, lo que Dios quiere de cada uno de nosotros. Debemos hacerlo. Debemos dar el primer paso. Y a veces caemos, sí, caemos. ¿Hay momentos en los que no hacemos lo que Dios nos pide? Por su puesto. ¿Pero sabemos lo que debemos hacer? Claro que sí”.

Esa es nuestra misión: proclamar la Buenas Nueva en la Iglesia, en Detroit”, dijo el Obispo Cepeda. “Dentro de nuestra Familia de Parroquias, en nuestras parroquias y en nuestras familias, debemos proclamar esta buena nueva.”
Esa es nuestra misión: proclamar la Buenas Nueva en la Iglesia, en Detroit”, dijo el Obispo Cepeda. “Dentro de nuestra Familia de Parroquias, en nuestras parroquias y en nuestras familias, debemos proclamar esta buena nueva.”

Es preciso seguir difundiendo el mensaje de la gracia y el plan de Dios para la humanidad, prosiguió el Obispo Cepeda. Es un plan que se puso en marcha cuando María fue concebida inmaculadamente, cuando oyó la anunciación del ángel Gabriel, cuando nació Cristo y cuando Nuestro Señor fue crucificado, sepultado y resucitó.

Un mensaje que fue repetido siglos después a San Juan Diego en México.

“Ese mensaje debe proclamarse una y otra vez hoy: que Dios habita entre Su creación y quiere que Su creación lo conozca y lo ame”, dijo el Obispo Cepeda.

“Esa es nuestra misión, proclamar la Buena Nueva en la Iglesia, en Detroit”, dijo el Obispo Cepeda. “Dentro de nuestra Familia de Parroquias, en nuestras propias parroquias y familias, debemos compartir esta Buena Nueva”.

El Obispo Cepeda terminó su homilía recordando a la congregación, mayoritariamente hispana, que el mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe no está limitado a una sola nacionalidad o etnia, sino que es un tesoro que debe compartirse con toda la Iglesia y el mundo entero.

“María es un ejemplo para nosotros, para poder decir: ‘Tengo un mensaje, y no me pertenece a mi sino a Dios’”, dijo el Obispo Cepeda. “Él es quien me envió a proclamar esta buena noticia, a difundir el Evangelio. Este mensaje es para todos nosotros. Es un mensaje para toda la Arquidiócesis de Detroit”.

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