Indocumentados en Detroit son más vulnerables ante coronavirus

Los trabajadores de restaurantes, muchos de ellos indocumentados y por ende sin seguro, están siendo muy afectados por la pandemia del coronavirus en el aspecto económico (Fotografía de Pexels)

Los migrantes indocumentados son de las poblaciones más vulnerables a los efectos sanitarios y económicos de la pandemia del Covid-19, alertan especialistas

DETROIT- La aparición del coronavirus desnuda la vulnerabilidad de los indocumentados ya que algunos no tienen acceso a la más mínima defensa frente al COVID-19; carecen de agua y jabón, viven condiciones de hacinamiento, trabajan en sectores informales o están en centros de detención.

Joel Millman, portavoz de las Naciones Unidas preveé que los migrantes indocumentados sean quienes sufrán las peores consecuencias de la pandemia.

“Los Estados y las ciudades están alentando a quedarse en casa y no ir a bares y restaurantes ni congregarse en teatros. Esto tendrá un gran impacto en la capacidad de los trabajadores migrantes de enviar dinero a sus hogares, que es esencial para sus familias y para los mismos países donde se encuentran. Esta es una gran preocupación nuestra”, expresó Millman a Noticias ONU.

En Estados Unidos hay 50.7 millones de inmigrantes según los datos del portal de Datos Mundiales sobre la Migración del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas siendo Detroit una de las veinte urbes con más migrantes en el país.

Para comprender mejor la situación que enfrentan los indocumentados, Detroit Catholic en español consultó a Adam J. Moore, investigador de epidemiología del equipo de investigación de Enfermedades Respiratorias Emergentes en Yale, que fue creado para investigar el COVID-19.

Trabajadores migrantes en el sector agrícola frente a una clínica movil en Gregory, Michigan. (Foto de Great Lakes Bay Health Centers – Migrant Program)

“Los migrantes indocumentados pertenecen a los grupos vulnerables ante el coronavirus por una variedad de razones. Primero, es menos probable que tengan seguro médico y suficientes ingresos para pagar el tratamiento. Por otra parte, los indocumentados en realidad no califican para el seguro médico, la única forma en que pueden recibir atención médica sin temor a que se llame a ICE es a través de clínicas locales gratuitas”, continuó Moore.

Los empleos, un factor de riesgo para los migrantes

La mayoría de los migrantes en nuestro país trabajan en el sector agrícola, la construcción, la limpieza y en todo lo que tiene que ver con la industria de la hospitalidad (restaurantes, teatros, casinos, eventos masivos etc); estos empleos generan salarios bajos y no ofrecen cobertura de seguro médico.

En Michigan el sector agrícola tenía más de noventa y cinco mil trabajadores migrantes en junio del 2013 de acuerdo a cifras del del Comité de Servicios Migrantes Interagenciales de Michigan, esta cifra se cree es considerablemente mayor en el 2020.

Los trabajadores trabajan principalmente de abril a octubre, de acuerdo a Dale Freeman, director de asuntos de migrantes del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Michigan. Muchos trabajadores viven y trabajan juntos, con campamentos en el estado donde viven más de trecientos trabajadores, siendo especialmente vulnerables a contraer coronavirus.

Cuando la pandemia golpeó Detroit, algunos indocumentados perdieron su trabajo pero muchos otros continuaron trabajando porque no podían darse el lujo de tomarse el tiempo para quedarse en sus casas, día a día viven de lo que trabajan y no cuentan con seguro médico.

“El concepto de distanciamiento social entre los migrantes resulta ridículo. Viven hacinados. La mayoría no tiene cómo rentar una vivienda y además tratan de ahorrar lo más posible para enviar recursos a sus lugares de origen. Los apoyos que se anuncian nunca les llegarán. A los migrantes nadie, ningún programa gubernamental, les pagará si no van a trabajar. Pedir que se queden en casa y que practiquen el distanciamiento social es absurdo y no lo harán. Es tanto como pedirles que sobrevivan sin ingreso alguno”, explicó Jorge Santibáñez presidente del Mexa Institute en su columna de opinión en Los Angeles Times.

Un cocinero preparando unos tacos en el Caporal, restauranate mexicano ubicado en Junction Av. (Foto por Valaurian Walker / Detroit Catholic)

“Una medida que podría tomarse sería garantizar pruebas y tratamientos gratuitos para todos, independientemente de su ciudadanía y estado migratorio. Además, liberar a todos de la custodia de ICE”, dice Adam J. Moore, investigador de epidemiología la Universidad de Yale.

Aquellos detenidos en Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos no tienen sus propias camas ni baños privados, a menudo ni siquiera tienen cepillos de dientes o jabón para limpiarse. “Si una persona se enferma ya sea COVID-19 o de influenza, se propagará como un incendio forestal porque están amontonados todo el tiempo. Nadie tiene privacidad ni espacio suficiente”, expresa Moore.

Recomendaciones a seguir frente al coronavirus

Aún teniendo en cuenta las limitantes que tiene muchos indocumentados, el epidemiólogo Adam J. Moore recomienda:

  • Buscar clínicas locales gratuitas que sirven a las comunidades de migrantes e indocumentados.
  • Si son documentados y tienen seguro méxico, consultar a su médico habitual si creen que pueden estar enfermos.
  • Seguir las pautas de los CDC y la OMS para quedarse en casa en medida de lo posible y solo salir cuando sea absolutamente necesario (como comprar alimentos).
  • Mantener una distancia de seis a diez pies con otras personas cuando salgan de casa.
  • Lavarse las manos con frecuencia
  • Evitar tocarse los ojos, la boca y la nariz
  • Hacer una mascarilla en casa con pañoletas o demása materiales.
  • Si se sienten enfermos es necesario el aislamiento en un dormitorio o baño separados en su casa, si los síntomas se vuelven más severos, llame a un médico o a los servicios de emergencia si es una emergencia.

“La fe juega un papel importante en las contingencias sanitarias cuando los líderes religiosos dan el ejemplo, tal como ha sido con el Papa Francisco. Debemos tomar en serio esta crisis.”, concluye el experto.


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