DETROIT — La Biblia nos recuerda en Hebreos 13,8 que "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre".
Y aunque Cristo es la fuente permanente de la esperanza, la alegría y la salvación de la Iglesia, la vida de la Iglesia está marcada por un continuo proceso de renovación, guiado por el Espíritu Santo, a medida que nuevos papas, obispos e iniciativas pastorales anuncian el Evangelio a nuevas generaciones.
Indudablemente, el 2025 fue un tiempo de cambios, esperanza y renovación. El Año Jubilar de la Esperanza trajo consigo transformaciones significativas, especialmente en la Arquidiócesis de Detroit.
En febrero, la arquidiócesis recibió la noticia del nombramiento del arzobispo Edward J. Weisenburger —entonces obispo de Tucson, Arizona— como nuevo arzobispo de Detroit, en reemplazo del arzobispo Allen H. Vigneron, quien había pastoreado la Iglesia local desde 2009. Apenas dos meses más tarde, el arzobispo Weisenburger acompañó a la arquidiócesis en el dolor por la muerte del papa Francisco, quien lo había nombrado, y en la bienvenida a su sucesor, el papa León XIV, el primer pontífice estadounidense.
Durante el año, la Iglesia local también puso en marcha un proceso de reorganización, anunció una alianza histórica para el cuidado de su basílica fundacional y recibió a 977 personas en plena comunión con la Iglesia. Al mismo tiempo, despidió a uno de sus obispos auxiliares de larga trayectoria, el obispo Arturo Cepeda, quien fue destinado a una nueva misión en San Antonio.
El 2025 también estuvo marcado por una renovada atención a la doctrina social de la Iglesia, en particular frente a la crisis migratoria en Estados Unidos y en el mundo, así como por respuestas pastorales y humanitarias ante guerras, escasez de alimentos y situaciones de violencia que afectan a los más vulnerables, tanto fuera del país como en nuestras propias comunidades.
Mientras la Arquidiócesis de Detroit mira al futuro con esperanza, el Espíritu Santo continúa renovando la vida de la Iglesia. Estas son las 10 principales noticias de 2025 según Detroit Catholic.
El 24 de diciembre de 2024, el papa Francisco abrió la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, en Roma, dando inicio al Año Jubilar de la Esperanza e invitando a los católicos de todo el mundo a participar de las gracias extraordinarias que Dios ofrece. Celebrados habitualmente cada 25 años, los jubileos son momentos especiales para experimentar la misericordia de Dios, especialmente a través del sacramento de la confesión y la concesión de indulgencias, muchas veces vinculadas a la vivencia de una peregrinación.
Si bien no todos los católicos pudieron viajar a Roma durante el año jubilar, los fieles locales fueron invitados a vivir las gracias de este tiempo especial al visitar uno de los 12 sitios de peregrinación del área de Detroit, cada uno con su identidad, carisma e historia de fe propios. A lo largo de cada mes de 2025, Detroit Catholic presentó estos lugares santos, desde basílicas históricas hasta cementerios serenos, como una invitación a profundizar en la oración y a confiar en la abundante misericordia de Dios.
9. La canonización de san Carlo Acutis y san Pier Giorgio Frassati
Pocas canonizaciones recientes despertaron tanto entusiasmo en la Iglesia como la canonización conjunta de san Carlo Acutis y san Pier Giorgio Frassati, proclamados santos por el papa León XIV el 7 de septiembre. Ambos jóvenes italianos —laicos, con intereses cotidianos y una profunda pasión por la evangelización— se han convertido en referentes para una nueva generación de católicos jóvenes y en testimonios vivos de lo que significa seguir a Cristo en el mundo actual.
Estas canonizaciones, anunciadas por el papa Francisco antes de su muerte y culminadas por el papa León, tuvieron un fuerte impacto entre los jóvenes del área de Detroit, cuya creatividad se manifestó en expresiones artísticas, iconográficas y tecnológicas inspiradas en los nuevos santos. Incluso, un niño de Detroit de apenas 8 años, Isaac Roznowski, recibió una llamada de la madre de san Carlo, quien lo animó en su lucha contra la leucemia, un gesto inesperado y profundamente esperanzador. Otros jóvenes también viajaron a Roma para participar de las celebraciones en honor a los nuevos santos.
En marzo, la Basílica de Ste. Anne, la parroquia más antigua de la Arquidiócesis de Detroit y la segunda parroquia en funcionamiento continuo más antigua de Estados Unidos, anunció una iniciativa histórica destinada a preservar la iglesia fundacional de Detroit y todo su campus "para las generaciones futuras", gracias a una alianza innovadora con The Catholic Initiative, una organización sin fines de lucro creada por la Pulte Family Charitable Foundation.
En el marco de este acuerdo, que fue aprobado por el Vaticano como el primero de su tipo en Estados Unidos, The Catholic Initiative asumió la propiedad del complejo y llevará adelante una rehabilitación integral de varios años, con una inversión de 30 millones de dólares, de la basílica y el campus, con 139 años de historia. Además, se creará un fondo patrimonial de 20 millones de dólares destinado a cubrir los gastos operativos futuros de la parroquia fundacional de Detroit, garantizando su presencia estable y permanente como faro de fe, esperanza y caridad en la ciudad.
En medio de recortes en los fondos federales y disputas presupuestarias, la ayuda alimentaria destinada a familias de bajos recursos sufrió un fuerte impacto en 2025, lo que se tradujo en mayores costos para los bancos de alimentos, una reducción de los subsidios locales e incluso la suspensión temporal de los beneficios del programa SNAP (Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria) durante el prolongado cierre del gobierno federal en el otoño.
En un contexto en el que la inflación en los alimentos ya está presionando el presupuesto de muchas familias estadounidenses, los obispos del país y líderes católicos alzaron la voz para pedir a las autoridades federales que restablezcan los beneficios para los más vulnerables. Al mismo tiempo, impulsaron la respuesta de organizaciones como Catholic Charities y las despensas parroquiales mediante colectas de emergencia y un mayor apoyo, dando testimonio del cuidado constante de la Iglesia hacia quienes más lo necesitan.
6. 977 candidatos y catecúmenos ingresan a la Iglesia en Pascua, la cifra más alta desde 2017
Durante la Vigilia Pascual de este año, la Arquidiócesis de Detroit dio la bienvenida a 977 candidatos y catecúmenos en plena comunión con la Iglesia, el grupo más numeroso de nuevos católicos en casi una década. Tras años de descenso, especialmente desde la pandemia de COVID-19, este repunte fue una noticia alentadora y refleja un regreso gradual a los niveles previos a la pandemia, a medida que más personas descubren —o redescubren— la fe católica.
Y esta tendencia no se limita a Detroit. Si bien el número de nuevos conversos en Estados Unidos sigue siendo bajo en comparación con décadas anteriores, y continúa siendo superado por la cantidad de personas que se alejan de la fe, los investigadores han observado un leve aumento a nivel nacional, impulsado principalmente por jóvenes que buscan un mayor sentido y propósito en sus vidas.
Con la mirada puesta en el futuro y animada por la esperanza, la Arquidiócesis de Detroit anunció en 2025 un proceso de reestructuración de dos años para afrontar los desafíos que arrastra desde hace décadas, entre ellos la disminución en la participación sacramental, la baja en las ordenaciones sacerdotales y los cambios demográficos que han exigido cada vez más a la Iglesia local y a sus recursos. De una comunidad que llegó a contar con 1,5 millones de católicos, hoy la arquidiócesis reúne a unos 900.000, y menos de la mitad participa regularmente de la Misa.
En noviembre, el arzobispo Edward J. Weisenburger presentó los objetivos de este camino de reestructuración, orientado a crear parroquias vivas, acompañar a sacerdotes que puedan florecer en su ministerio y consolidar una Iglesia preparada para la misión en el siglo XXI. El proceso involucrará a todas las iglesias, parroquias y comunidades, y buscará escuchar la voz de los católicos del sudeste de Michigan, quienes podrán sumarse a través de encuentros de escucha previstos para la primavera de 2026.
Ante la rápida intensificación de la campaña federal de deportaciones, los obispos de todo el país —incluidos los de Michigan— alzaron la voz de manera conjunta y respondieron con rapidez, desde una mirada pastoral, para defender los derechos y la dignidad de los migrantes, en especial de quienes huyen de la violencia y la opresión.
En una declaración extraordinaria publicada el 12 de noviembre, los obispos de Estados Unidos pidieron poner fin a la «deportación masiva e indiscriminada», y manifestaron su profunda preocupación por la «estigmatización de los inmigrantes», los abusos en los operativos migratorios, las deficientes condiciones en los centros de detención, la falta de acceso a acompañamiento pastoral y asistencia legal, así como por el «clima de miedo y ansiedad» generado por la separación de familias.
En Michigan, los obispos y diversas organizaciones católicas acompañaron a las comunidades inmigrantes a través de iniciativas pastorales, celebraciones litúrgicas, cartas y programas que promueven un trato justo y humano para los migrantes. Entre estas acciones se incluyeron viajes misioneros organizados por estudiantes y conferencias educativas inspiradas en la doctrina social de la Iglesia. En julio, incluso, miembros del clero local y fieles participaron en una procesión de oración hasta las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Detroit, para reclamar políticas y prácticas más justas y humanas.
La guerra en Gaza, que ya lleva dos años, y la grave crisis humanitaria que provocó marcaron la agenda internacional en 2025. Las imágenes de niños con hambre, familias desplazadas y ciudades devastadas pusieron de manifiesto el sufrimiento que atraviesa Tierra Santa. Ante el clamor de cristianos y otras víctimas inocentes de la violencia y la guerra, la Iglesia en Estados Unidos respondió con gestos concretos de ayuda y solidaridad.
En ese contexto, la Arquidiócesis de Detroit se destacó por su fuerte compromiso humanitario. En agosto, una colecta especial permitió reunir más de 500.000 dólares para asistencia de emergencia, y en diciembre se sumaron otros 615.000 dólares durante una visita pastoral excepcional del cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén. La presencia del patriarca, a invitación del arzobispo Weisenburger, ofreció a los católicos del área de Detroit, donde vive una de las comunidades inmigrantes de Medio Oriente más grandes del país, la oportunidad de unirse en oración y solidaridad con quienes hoy sufren en la tierra donde nació la fe cristiana.
La muerte del papa Francisco, ocurrida el lunes de Pascua, provocó una profunda muestra de afecto y oración en todo el mundo, mientras los católicos despedían al Santo Padre, cuyo testimonio de compasión y misericordia acercó a innumerables personas a Cristo. Conocido por su sonrisa cercana, su sabiduría pastoral y su humilde sencillez, el papa Francisco abrió de par en par las puertas de la Iglesia a los más marginados, invitando a todos a experimentar la misericordia de Dios y repitiendo una y otra vez que "la Iglesia es para todos".
Si la elección del primer papa latinoamericano en 2013 había sido una sorpresa, aún mayor fue que su sucesor, el papa León XIV, resultara ser un estadounidense, nacido en Chicago. Poco después de su elección el 8 de mayo, los católicos del área de Detroit recibieron con asombro la noticia de que el nuevo pontífice había cursado la secundaria en el oeste de Michigan e incluso había sido ordenado diácono en la Arquidiócesis de Detroit. Si bien desarrolló su ministerio episcopal en Perú, las raíces estadounidenses del papa León ya se han manifestado como una bendición para la Iglesia, que encuentra en su nuevo pastor un corazón cercano, una escucha atenta y una voz de paz y reconciliación en un mundo marcado por los conflictos.
Para la Iglesia local, no hubo en 2025 una noticia más relevante que el nombramiento y la toma de posesión del nuevo líder de la Iglesia de Detroit, el arzobispo Edward J. Weisenburger, quien llegó a la ciudad desde la diócesis de Tucson, Arizona, en marzo. En un momento cargado de historia y simbolismo, el arzobispo Weisenburger recibió el báculo del arzobispo emérito Allen H. Vigneron, hijo de la Arquidiócesis de Detroit y quien había guiado a la Iglesia local desde 2009.
En su primera homilía, el arzobispo Weisenburger reflexionó sobre el mandato de Jesús a Pedro de "apacentar mis ovejas", y afirmó que haría todo lo posible por amar a Jesús y al pueblo de Dios al que fue llamado a servir en el sudeste de Michigan. Durante sus primeros nueve meses, recorrió la Arquidiócesis de Detroit para conocer de cerca a la Iglesia local, saludar a los fieles, visitar parroquias y escuelas, y encontrarse con sacerdotes, seminaristas, estudiantes, religiosos y líderes laicos. Al conducir a la arquidiócesis hacia 2026 y los años venideros, el arzobispo Weisenburger ha señalado que se inspira en el ejemplo de san Juan Bautista, de quien toma las palabras de su lema episcopal: Ecce Agnus Dei, "He aquí el Cordero de Dios".
Esperamos que hayan disfrutado de la cobertura de Detroit Catholic en 2024. Esperamos continuar sirviéndoles el próximo año. ¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!
