CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Las familias cristianas no deben permitir que los tiranos de hoy sofoquen su amor y su testimonio de los valores evangélicos, afirmó el Papa León XIV.
En nuestras familias, debemos proteger "los valores del Evangelio: la oración, la frecuencia a los sacramentos --especialmente la confesión y la comunión--, los afectos sanos, el diálogo sincero, la fidelidad, el realismo sencillo y hermoso de las palabras y los gestos buenos de cada día", afirmó.
"Esto las convertirá en luz de esperanza para los entornos en los que vivimos, escuela de amor e instrumento de salvación en las manos de Dios", dijo antes de dirigir el rezo del Ángelus con las personas reunidas en la plaza de San Pedro el 28 de diciembre.
Con motivo de la fiesta de la Sagrada Familia, el Papa León reflexionó sobre Jesús, María y José y su "momento de prueba" cuando "sobre el resplandeciente cuadro de la Navidad se proyecta, casi de improviso, la inquietante sombra de una amenaza mortal, que tiene su origen en la atormentada vida de Herodes".
Herodes, dijo, es "un hombre cruel y sanguinario, temido por su crueldad, pero precisamente por eso profundamente solo y obsesionado por el miedo a ser destronado".
"Cuando se entera por los magos de que ha nacido el ‘rey de los judíos’, sintiéndose amenazado en su poder, decreta la muerte de todos los niños de la edad de Jesús", dijo el Papa.
Como Herodes está "cegado por el miedo a perder el trono, sus riquezas, sus privilegios", no puede ver que "Dios está realizando el mayor milagro de la historia" con el nacimiento del niño Jesús, "sintiéndose amenazado en su poder, decreta la muerte de todos los niños de la edad de Jesús.", dijo el Papa León.
"En el mundo despótico y codicioso que representa el tirano, es el nido y la cuna de la única respuesta posible de salvación: la de Dios que, con total gratuidad, se entrega a los hombres sin reservas y sin pretensiones", dijo.
"Sin embargo, precisamente esta dureza de corazón resalta aún más el valor de la presencia y la misión de la Sagrada Familia", añadió.
San José escucha el mensaje de Dios y huye con su familia a Egipto para mantenerlos a salvo. Es allí, en el refugio, dijo el Papa, donde "la llama del amor doméstico a la que el Señor ha confiado su presencia en el mundo y cobra vigor para llevar la luz al mundo entero".
El Papa León pidió a los fieles que mientras "contemplamos con asombro y gratitud este misterio, pensemos en nuestras familias y en la luz que ellas también pueden aportar a la sociedad en la que vivimos".
"Lamentablemente, el mundo siempre tiene sus ‘Herodes’, sus mitos del éxito a cualquier precio, del poder sin escrúpulos, del bienestar vacío y superficial, y a menudo, sufre las consecuencias con la soledad, la desesperación, con las divisiones y conflictos", dijo el Papa.
"No dejemos que estos espejismos sofoquen la llama del amor en las familias cristianas. Al contrario, protejamos en ellas los valores del Evangelio", dijo.
El Santo Padre también rezó para que, por intercesión de María y José, Dios "bendiga a nuestras familias y a todas las familias del mundo, para que, siguiendo el modelo de la familia de su Hijo hecho hombre, sean para todos un signo eficaz de su presencia y de su amor sin fin".
Tras el Ángelus, el Papa León volvió a pedir que se siguiera rezando por la paz.
"Hoy, en particular, recemos por las familias que sufren a causa de la guerra, por los niños, los ancianos y las personas más frágiles. Confiémonos juntos a la intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret", dijo.


