El Obispo Auxiliar de Detroit, quien asistió por primera vez a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en España en 1989, afirma que el encuentro mundial es "una experiencia maravillosa"
DETROIT - El Obispo Auxiliar de Detroit, Arturo Cepeda, todavía recuerda cómo se sintió al llegar a Santiago de Compostela, España, en 1989, para la cuarta JMJ.
El Papa San Juan Pablo II, fundador del evento que congrega a la mayor cantidad de jóvenes católicos del mundo entero, estaba allí, al igual que 600,000 de sus amigos más cercanos.
En aquel entonces todavía no era obispo -ni siquiera era seminarista-, pero este joven de 20 años que acababa de dejar su hogar en México para emigrar a Estados Unidos, dice que fue en ese momento cuando sintió con claridad el llamado del Señor.
"Yo era un hombre muy joven de Texas, que se encontraba volando por primera vez a España, a Santiago de Compostela en 1989", dijo el Obispo Cepeda a Detroit Catholic. "(El Papa Juan Pablo II) tuvo una gran influencia en mi vida, y eso fue lo que, sin duda, despertó mi deseo de servir a la Iglesia a través del sacerdocio. Entendí con claridad que eso era lo que Dios quería de mí".
Treinta y cuatro años más tarde, el Obispo Cepeda es la prueba viviente del impacto que la JMJ puede tener en una vocación joven - un hecho que queda reflejado en su récord de asistencia: Lisboa, Portugal, será su 10ª JMJ.

Puede nombrarlas a todas en un abrir y cerrar de ojos. Después de Santiago de Compostela...
"Fui a Czestochowa, Polonia, en 1991. Fui a la de Denver en 1993. Estuve en París en 1997. En Roma, durante el 2000. En Toronto, en 2002. En Colonia, Alemania, en 2005", dijo Monseñor Cepeda. "En 2011 fue Madrid, y para aquel entonces ya era obispo. Luego fui a Cracovia en 2016, a Panamá en 2019, y estoy ansioso por ir a Lisboa 2023".
Para aquellos que llevan la cuenta, el Obispo Cepeda solo ha faltado a tres Jornadas Mundiales de la Juventud desde que era adolescente: Manila en 1995, Sydney en 2008 y Río de Janeiro en 2013.
Durante los últimos cuatro años como obispo, ha acompañado a jóvenes peregrinos de la Arquidiócesis de Detroit que viajan alrededor del mundo para asistir a este encuentro trienal. Este año, unos 100 peregrinos de la Arquidiócesis viajan a Lisboa para asistir a la JMJ, que se lleva a cabo del 1 al 6 de agosto.
En todas las JMJ a las que ha asistido, el Obispo Cepeda procura visitar la catedral local o los lugares santos, y esta JMJ no será la excepción. Como parte de la experiencia de este año, los peregrinos de Detroit realizarán una pequeña peregrinación a Fátima, a solo una hora y media al norte de Lisboa.
Aunque la JMJ está dirigida principalmente a los jóvenes, el obispo de 54 años sostiene que la gracia de Dios es infinita y alcanza a las personas todas las edades.

"Cada vez que voy, siempre ha habido un momento especial de gracia, y, en lo personal, una profunda renovación espiritual", sostuvo el Obispo Cepeda. "Celebramos la reconciliación, la Eucaristía, tenemos sesiones de catequesis. Creo que lo más importante es que todos nos convertimos en testigos de nuestra fe, en testigos de Cristo vivo".
En cada viaje que ha realizado, el Obispo Cepeda explica que ha sido testigo de cómo los jóvenes que participan de la JMJ se convierten en evangelizadores, en algunos casos casi de inmediato, compartiendo su fe con valentía a desconocidos, transeúntes y a otros jóvenes en el país anfitrión.
Al igual que hace 34 años, el Obispo Cepeda dice que se alegra mucho de ver a los jóvenes descubrir por primera vez el alcance que tiene la Iglesia a nivel mundial.
"No son solo el futuro de nuestra Iglesia; son el presente de nuestra Iglesia", sostuvo el Obispo Cepeda. "Y eso me llena de esperanza. Mi anhelo es que nuestros jóvenes peregrinos puedan llevar de regreso a sus iglesias locales una comprensión global de lo que celebramos, quiénes somos y cuál es nuestra misión".
El punto culminante de la JMJ, además de la oportunidad de convivir y compartir la fe con católicos de todo el mundo, será la Misa presidida por el Papa Francisco, quien saludará a los peregrinos el 3 de agosto y pasará cuatro días en Portugal. La JMJ culminará con una "misa misionera" el 6 de agosto.

Mons. Cepeda, que dará dos charlas de catequesis para peregrinos en Lisboa, explicó que la JMJ es una oportunidad única para que la Iglesia presente a Cristo a aquellos que de otro modo no podrían experimentar un encuentro personal con el Señor.
"En 2011, en Madrid, muchos medios de comunicación locales realmente cuestionaban este encuentro con nuestro Papa como gente de fe. Pero una vez que la ciudad experimentó la JMJ empezaron a alabar a Dios y a decir: “Ha sido una experiencia increíble", recuerda Mons. Cepeda. "Fue un momento de profunda renovación para que la ciudad supiera quiénes éramos y por qué proclamamos la presencia de Cristo en medio de nosotros".
Al igual que en los Juegos Olímpicos, es difícil para la ciudad anfitriona ignorar a tantos católicos reunidos en un mismo lugar, afirmó.
"Tenemos aproximadamente 29,000 peregrinos de Estados Unidos que vienen a Lisboa. Tenemos más de 60 obispos de Estados Unidos que se unen a nosotros, y peregrinos de todo el mundo. Vamos a inundar la ciudad, y eso es maravilloso", dijo el Obispo Cepeda. "Para aquellos que son católicos y para aquellos que no lo son, e incluso para aquellos que cuestionan nuestra fe, eso es extremadamente importante. Todos los ojos estarán puestos en nosotros en Lisboa, y llevaremos el mensaje del Evangelio".