Los fieles están invitados a la Misa de apertura del Jubileo Ordinario de la Esperanza el 29 de diciembre en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament
DETROIT - Durante más de 700 años, los jubileos de la Iglesia han marcado “el paso de los años y los siglos” y “han sido tiempos sagrados en la historia de la humanidad en los que hacemos una pausa, rezamos, buscamos el perdón del Señor y le agradecemos su gracia misericordiosa”, dijo el Arzobispo de Detroit Allen H. Vigneron.
El año 2025 será un Año Jubilar para la Iglesia católica universal.
El 24 de diciembre, el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro en Roma, e invitará a los peregrinos de todo el mundo a experimentar la misericordia de Dios. Este rito marcará el comienzo del Año Santo 2025 para celebrar un cuarto de siglo de gracia, perdón y renovación centrada en el tema, “Peregrinos de la Esperanza”.
El domingo 29 de diciembre a las 11 de la mañana, el Arzobispo Vigneron presidirá una Misa en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament para celebrar el inicio del Año Jubilar.
Los jubileos ordinarios ocurren cada 25 años, aunque a veces se celebran jubileos extraordinarios en el ínterin. El último jubileo extraordinario fue en 2016, cuando el Papa Francisco proclamó un “Año de la Misericordia”. El próximo probablemente sea en 2033, cuando la Iglesia conmemore el 2000 aniversario de la muerte y resurrección de Jesucristo.
El último jubileo ordinario, aunque de ordinario tuvo poco, se celebró en el año 2000, cuando el Papa San Juan Pablo II condujo a la Iglesia al nuevo milenio durante el Gran Jubileo.
La tradición de los años jubilares se remonta a la Biblia. En su nuevo mensaje titulado “Nuestra Peregrinación de Esperanza”, publicada el 30 de noviembre como preparación para el año jubilar, el arzobispo Vigneron explicó que “Dios instruyó a los hijos de Israel, por medio de Moisés, a considerar sagrado cada quincuagésimo año (Lev 25,10)”.
“El año jubilar bíblico era un tiempo sagrado en el que los israelitas, librados de la esclavitud, liberaban a los cautivos y perdonaban a los deudores; la personas regresaban con sus familias y a su tierra natal para recordar que los lazos más simples de la vida suelen ser los más esenciales; y renovaban su confianza en Dios dejando la tierra en barbecho y dependiendo únicamente de lo que Él proveía (ver Lev 25:11-13; 20-22)”, escribió el Arzobispo Vigneron.
En 1470, el Papa San Pablo II estableció la práctica de celebrar jubileos cada 25 años, en lugar de 50, para permitir que más personas pudieran experimentar un Año Santo a lo largo de su vida.
“Los años jubilares en la Iglesia son momentos especiales dedicados a resaltar la misericordia de Dios, con una mayor disponibilidad del sacramento de la confesión y la posibilidad de recibir indulgencias”, explicó el Arzobispo Vigneron.
“También suelen tener un fuerte sentido de peregrinación, ya sea física o espiritual, que ofrece a los fieles la oportunidad de emprender un viaje de fe”, añadió.
“Al abrirnos paso por el ajetreado mundo, las peregrinaciones nos invitan a apreciar la belleza de la creación, encontrar momentos de silencio y reflexión, a entablar amistad con compañeros de viaje y a buscar a Cristo, que es el camino (Juan 14:6) y la puerta (Juan 10:9) hacia la vida eterna, en cada encuentro y circunstancia”.
Generalmente, estas peregrinaciones incluyen cruzar una puerta especial conocida como Puerta Santa. El Papa o el obispo la abren en señal del jubileo, como ocurrió con la Puerta Santa de la Cathedral of the Most Blessed Sacrament durante el Año de la Misericordia en 2016.
“Aunque en el Jubileo 2025 la única Puerta Santa estará en la Basílica de San Pedro en Roma, los fieles de Detroit no tendrán que viajar hasta allá para recibir las gracias de este tiempo jubilar”, aseguró el Arzobispo Vigneron.
“En la Arquidiócesis de Detroit, durante el próximo Año Jubilar 2025, algunas iglesias serán sitios oficiales de peregrinación para los fieles del sureste de Michigan”, dijo el Arzobispo Vigneron. “En estos lugares de peregrinación arquidiocesanos, los fieles podrán rezar la oración oficial del Año Jubilar 2025 y unirse espiritualmente a todos aquellos que estén en Roma”.
“Por supuesto, si alguien de Detroit tiene previsto viajar a Roma durante el año jubilar, les sugiero visitar una de las cuatro basílicas mayores”, añadió el arzobispo.
Los 12 sitios de peregrinación en la Arquidiócesis de Detroit serán:
- Basilica of Ste. Anne, Detroit
- Blessed Solanus Casey Center, Detroit
- Cathedral of the Most Blessed Sacrament, Detroit
- Holy Sepulchre Cemetery, Southfield
- National Shrine of the Little Flower Basilica, Royal Oak
- Our Lady of Fatima Shrine, Riverview
- Our Lady of Hope Cemetery, Brownstown Township
- Presentation of the Blessed Virgin Mary Chapel (Madonna University), Livonia
- Shrine of Jesus the Divine Mercy, Clinton Township
- Shrine of St. John Paul II, Orchard Lake
- St. Joseph Shrine, Detroit
- Shrine of the Immaculate Heart of Mary, Pontiac
“Los peregrinos pueden recibir la indulgencia plenaria peregrinando a cualquiera de esos lugares durante el año jubilar, además de realizar ciertas obras de devoción, misericordia o penitencia”, explicó el Arzobispo Vigneron.
Las condiciones para recibir una indulgencia son estar libre de pecado, confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa.
Si bien en el Jubileo 2025 no se abrirá una Puerta Santa en la Arquidiócesis de Detroit, el Arzobispo Vigneron animó a los peregrinos a “buscar una puerta en su parroquia que pueda ser un umbral para una nueva esperanza”.
“Esa puerta, por supuesto, es la del confesionario”, señaló el arzobispo. “Como peregrinos de la esperanza en este próximo año jubilar, rezo para que todos los católicos encuentren esperanza al acercarse al sacramento de la reconciliación. ¡La confesión es uno de los mayores actos de esperanza que un católico puede vivir!”
“Dios siempre está dispuesto a perdonar”, prosiguió. “¡Pidan, busquen, llamen, y se les abrirá la puerta de su misericordia (cfr. Mt 7,7-8; Lc 11,9-10)! Como escribí en Unleash the Gospel, ‘la reconciliación es una puerta abierta para regresar. Ningún pecado es imperdonable, y a través del sacramento, el abrazo del Padre y un nuevo comienzo te esperan’”.
“Las indulgencias concedidas durante el año jubilar son otra expresión de misericordia y esperanza, brindan la oportunidad no solo de obtener el perdón, sino de quedar completamente limpio de pecado”, agregó el arzobispo.
“Porque el pecado es una preferencia por el amor propio, deja una atadura poco saludable a (o un amor desordenado por) las cosas terrenales, incluso después de haber sido perdonado. El Catecismo enseña que estos apegos terrenales pueden ser purificados aquí en la tierra o después de la muerte en el Purgatorio”, dijo el Arzobispo Vigneron. “La misericordia de Dios es tan grande que quiere reordenar nuestros deseos desordenados incluso ahora. Así, una indulgencia es la remisión de la pena temporal (los efectos del pecado que perduran en nosotros) causada por el pecado. Una indulgencia nos libera de los apegos terrenales por medio de remedios celestiales, como oraciones, peregrinaciones, devociones y obra de misericordia”.
Las indulgencias pueden obtenerse para la propia alma, después de recibir la confesión sacramental, o para las almas del purgatorio.
Según el Arzobispo Vigneron, es providencial que el Jubileo 2025 coincida con el año misionero del Avivamiento Eucarístico Nacional de la Iglesia de Estados Unidos, ya que la confesión y la penitencia nos llaman naturalmente a unirnos espiritual y sacramentalmente a Cristo en la Eucaristía.
“El énfasis en la penitencia y las indulgencias a lo largo del año debería ayudar a los fieles a comprender el carácter comunitario de nuestras celebraciones jubilares: la penitencia y las indulgencias sanan las heridas del pecado que afectan a todo el pueblo de Dios; recibir la Sagrada Eucaristía nos une Dios y entre nosotros, formando el Cuerpo de Cristo; incluso las oraciones que se ofrecen en Detroit por el Santo Padre en Roma nos unen espiritualmente a él y a la Iglesia peregrina en todo el mundo”, dijo el Arzobispo Vigneron.
También invitó a los católicos a unirse a él el 29 de diciembre en la Misa de apertura del jubileo en la catedral de Detroit. El Año Santo finalizará el 6 de enero de 2026, fiesta de la Epifanía.
Al reflexionar sobre el tema de la peregrinación y las puertas del Año Jubilar, el arzobispo destacó al santo local como un modelo poderoso e intercesor especial para este tiempo de gracias.
“A medida que nos acercamos al comienzo de este tiempo sagrado, pienso en el ejemplo del Beato Solanus Casey, el portero del monasterio de St. Bonaventure, que simplemente abrió la puerta a tantos que buscaban la misericordia de Dios con humildad y esperanza”, escribió el Arzobispo Vigneron. “Inspirado por el Beato Solanus, ‘doy gracias a Dios por anticipado’ por la misericordia que el Señor derramará, por la esperanza que este nuevo año despertará y por la alegría alegría que traerá este jubileo".
Jubileo de la Esperanza 2025
Para saber más sobre la celebración del Año Jubilar 2025: «Peregrinos de la Esperanza» en la Arquidiócesis de Detroit, incluida una lista de condiciones para recibir una indulgencia, visitar aod.org/jubilee.
Oración del Jubileo
Padre que estás en el cielo,
la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo,
nuestro hermano, y la llama de caridad infundida
en nuestros corazones por el Espíritu Santo,
despierten en nosotros la bienaventurada esperanza
en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme
en dedicados cultivadores de las semillas
del Evangelio
que fermenten la humanidad y el cosmos,
en espera confiada
de los cielos nuevos y de la tierra nueva,
cuando vencidas las fuerzas del mal,
se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros,
Peregrinos de Esperanza,
el anhelo de los bienes celestiales
y derrame en el mundo entero l
a alegría y la paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente,
sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén