Los Diáconos Pat Bruen, de 67 años, y Benjamin Schroder, de 26, se preparan con entusiasmo para servir al pueblo de Dios en el sureste de Michigan
DETROIT — Dos hombres que pronto se convertirán en los nuevos sacerdotes de la Arquidiócesis de Detroit siguieron caminos muy distintos hacia su vocación.
El sábado 7 de junio, el Arzobispo Edward J. Weisenburger ordenará a los diáconos transitorios Pat Bruen y Benjamin Schroder, quienes se han preparado durante años a través de sus estudios en el seminario y su servicio pastoral. La Misa comenzará a las 10 a.m. y será transmitida en vivo.
Ambos serán ordenados sacerdotes “para siempre”, pero cada uno vivió un recorrido único en su respuesta al llamado de Dios para servir como ministros de Cristo en la tierra.
Diácono Pat Bruen

El Diácono Pat Bruen, de 67 años, descubrió su vocación al sacerdocio en una etapa tardía de la vida. Estudió en el Pope St. John XXIII National Seminary, en Weston, Massachusetts.
Se graduó en el Sacred Heart High School, en Dearborn; luego cursó estudios en Spring Arbor College, donde obtuvo una licenciatura en gestión de servicios de salud, y más tarde realizó una maestría en gestión de bases de datos en la Central Michigan University.
“Estuve casado durante 40 años, así que no sentí el llamado cuando era joven”, contó el diácono Bruen a Detroit Catholic. “Pero un gran amigo mío, que ahora es también mi párroco, el P. Bob McCabe, me sugirió que lo llevara a la oración. Yo pensaba que ya era muy mayor, pero el Señor tenía otros planes”.
El Diácono Bruen, cuyo padre también fue diácono, solicitó ingresar al Pope St. John XXIII Seminary, que ofrece formación de nivel posgrado para hombres que descubren su vocación sacerdotal como una segunda carrera.
Durante sus estudios fue profundizando en lo que significa ser sacerdote en una sociedad cada vez más secularizada.
“El desafío es que vivimos en una cultura secular y, a menudo, contraria a la fe católica”, afirmó. “La clave es la oración y la vida de devoción. Eso nos permite amar como Jesús nos enseñó, y ese amor es lo que atrae a la gente. Puedes hablar sin parar, pero las personas no te escuchan hasta que sienten que realmente las amas. Hay una cita atribuida a Theodore Roosevelt que dice: ‘A la gente no le importa cuánto sabes, hasta que sabe cuánto te importa’”.
Ahora que regresa a Detroit para servir al pueblo de Dios en el sureste de Michigan, el Diácono Bruen espera ser instrumento de la presencia sanadora de Dios para los fieles de la arquidiócesis.
“Estoy muy entusiasmado con la labor misionera que podemos hacer como sacerdotes católicos y con el poder sanador que podemos llevar”, expresó. “En la Arquidiócesis de Detroit usamos una expresión, ‘desatar el Evangelio’, y realmente tiene fuerza. Eso puede transformar vidas en un mundo tan herido. Me emociona poder hacerlo en un entorno donde hay tantas almas necesitadas. Eso es lo que estamos buscando”.
Después de ser ordenado, el Diácono Bruen celebrará sus Misas de acción de gracias en su parroquia de origen, Divine Child, en Dearborn, el 8 de junio, y en St. Mary Parish, en Chelsea, el 15 de junio.
Diácono Benjamin Schroder

El Diácono Benjamin Schroder, de 26 años, trabajaba en una ferretería y había tomado algunas clases en el Sacred Heart Major Seminary de Detroit antes de considerar, por primera vez, que podría estar llamado al sacerdocio.
Después de graduarse del programa de Bachillerato Internacional de Utica Community Schools, no estaba del todo convencido de que el sacerdocio fuera su destino.
“Realmente no lo consideré hasta mi último año de secundaria, y ni siquiera era mi primera opción”, comentó el Diácono Schroder. “Asistí a una noche de vocaciones para monaguillos organizada por el seminario, y estaba bastante seguro de que no iba a ser sacerdote… hasta que algunos seminaristas compartieron su historia vocacional. El simple hecho de darme cuenta de que Dios sabe lo que me hará feliz, y que además quiere que yo sea feliz, me ayudó mucho a discernir lo que el Señor me pedía”.
A medida que avanzaba en las clases y compartía más tiempo con seminaristas, fue sintiendo con mayor claridad que el sacerdocio era el camino que Dios le proponía.
Poder ejercer un ministerio pastoral como diácono confirmó que, efectivamente, ese era el llamado de Dios para su vida.
“Disfruté mucho poder hacer tanto ministerio hospitalario como algo de evangelización callejera”, dijo el Diácono Schroder. “Pude encontrarme con personas en todas las etapas de la vida: recién ingresadas al hospital o a punto de recibir el alta, personas que no son cristianas y otras que van a Misa todos los domingos. Esos encuentros me recordaron que Cristo es para todos, en todo momento”.
Cuando se le preguntó qué es lo que más espera con entusiasmo de su vida como sacerdote, el Diácono Schroder respondió con lo que él mismo llamó “la respuesta esperada”: celebrar la Misa y los sacramentos. Pero añadió que también anhela poder acompañar a las personas en su camino con Cristo y con la Iglesia.
“Creo que Benedicto XVI lo expresó muy bien: ‘Los caminos del Señor no son fáciles, pero no hemos sido creados para una vida fácil, sino para cosas grandes, para la bondad’”, dijo el diácono Schroder. “El desafío es que muchas personas se conforman con una vida cómoda. La Iglesia hace lo que siempre ha hecho: les muestra algo más grande y mejor… de hecho, lo más grande: una vida centrada en Jesucristo”.
Una vez ordenado sacerdote, el Diácono Schroder celebrará Misas de acción de gracias en su parroquia de origen, St. Kieran Parish en Shelby Township, el 8 de junio, y en St. Mary Parish en Royal Oak, el 15 de junio.