El 18 de mayo, cinco jóvenes recibirán su ordenación sacerdotal para la Arquidiócesis de Detroit

El 18 de mayo, el Arzobispo Allen H. Vigneron ordenará a cinco seminaristas al sacerdocio para la Arquidiócesis de Detroit en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament. De izquierda a derecha, los Diáconos Ryan Asher, (27 años), Nicholas Brown, (31 años), Matthew Kurt, (28 años), Stephen Moening, (27 años), y Phuc (Tommy) Ngo, (31 años) (Fotos de la Arquidiócesis de Detroit).

El Arzobispo Vigneron ordenará a los Diáconos transitorios Ryan Asher, Tommy Ngo, Nicholas Brown, Matthew Kurt y Stephen Moening

DETROIT – Cinco jóvenes de la Arquidiócesis de Detroit se convertirán en los nuevos sacerdotes de la Iglesia local cuando el Arzobispo Allen H. Vigneron los ordene durante una liturgia especial a las 10 a.m. el 18 de mayo en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament.

Los Diáconos Ryan Asher, de 27 años, Nicholas Brown, de 31 años, Matthew Kurt, de 28 años, Stephen Moening, de 27 años, y Phuc (Tommy) Ngo, de 31 años, han completado sus estudios en el seminario y están preparados para entrar al sacerdocio.

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Cuatro de los cinco diáconos transitorios terminaron sus estudios en el Sacred Heart Major Seminary en Detroit, mientras que el diácono Asher lo hizo en el Pontifical North American College en Roma. Los jóvenes, que pronto serán ordenados, comenzarán a realizar sus primeras actividades a partir del 1 de mayo, las cuales ya han sido asignadas.

La Misa de ordenación, que se celebrará en la vigilia de Pentecostés, se podrá ver en vivo desde la página de Facebook de la Arquidiócesis de Detroit, la página de Facebook de la catedral y en www.aod.org/livemasses.

Para que la gente de la Arquidiócesis de Detroit pueda conocerlos mejor, cada uno de ellos respondió a una serie de preguntas a Detroit Catholic.

Diácono Ryan Asher

Edad: 27 años

Padres: Roy y Judy Asher

Formación académica: University of Detroit Jesuit High School, Detroit; Hillsdale College, Hillsdale (B.A. en Matemáticas); Sacred Heart Major Seminary, Detroit, (Licenciatura en Filosofía); Pontifical Gregorian University, Roma (Licenciatura en Teología Sagrada)

Parroquia de origen: Our Lady of Good Counsel, Plymouth

Misas de acción de gracias: Our Lady of Good Counsel, Plymouth (domingo, 19 de mayo, 12 p.m.); Most Holy Trinity, Detroit (9 de junio); Basilica Ste. Anne, Detroit (16 de junio)

Primer nombramiento: a partir del 1 de julio de 2024, estaré brindando apoyo sacerdotal a tiempo completo en Our Lady of Refuge Parish, Orchard Lake; Our Lady of Sorrows Parish, Farmington; Prince of Peace Parish, West Bloomfield; St. Andrew Kim Parish, Northville; y St. Fabian Parish, Farmington Hills. Estas parroquias conforman la South Oakland Vicariate Family 7. Durante los meses de verano, estaré sirviendo principalmente en Our Lady of Sorrows, para luego regresar a Roma en otoño y completar mi último año de estudios.

Pasatiempos: Tocar instrumentos y escuchar música, leer, caminar, acampar, viajar en auto.

¿A qué te dedicabas antes de ingresar al seminario?

Empecé el seminario apenas terminé la licenciatura en Hillsdale College, donde estudié artes liberales y obtuve una licenciatura en matemáticas, pero dediqué la mayor parte de mi tiempo y energía a la pastoral universitaria. Durante los veranos trabajaba como mesero y bartender en el Box Bar de Plymouth, que ahora permanece cerrado.

¿Cuándo comenzaste a considerar el sacerdocio?

El Cardenal Jorge Bergoglio (ahora Papa Francisco) dijo una vez: 'Conocer a Jesús es el mayor regalo que hemos recibido, haberlo encontrado es lo mejor que nos ha pasado en la vida, y darlo a conocer con palabras y obras es nuestra mayor alegría'. Pienso que esta frase es la mejor manera de resumir el sentido de mi vocación. Mi amor por la Misa surgió en la escuela secundaria, cuando acompañaba a mi padre todos los días. Desde esa edad pude sentir que algo trascendental pasaba en la Eucaristía. Durante la secundaria, participé en el grupo LifeTeen en Our Lady of Good Counsel, donde viví experiencias profundas de fe, que incluyeron retiros de fin de semana con adoración eucarística y debates grupales. Estas vivencias me confirmaron que la vida sin Jesús es triste y oscura, pero con Él todo adquiere un nuevo significado. Él lo cambia todo al perdonar nuestros pecados y al llevar nuestras cargas. Sin embargo, fue en Hillsdale College donde, al involucrarme en la pastoral universitaria y al experimentar una alegría sin igual, sentí claramente el llamado al sacerdocio. Mis años en el seminario han reafirmado que esto es lo que Dios quiere para mí.

¿Cuáles fueron las experiencias pastorales que más te marcaron?

Mi participación en la pastoral universitaria, el Ministerio de Ancianos y las visitas para llevar la comunión durante mi tiempo en el seminario de Detroit, junto con tres semanas vividas con las Misioneras de la Caridad en Calcuta, India, y el Ministerio de la Cárcel. Mi tiempo en la India sigue siendo una de las experiencias más impactantes. Observar, aprender y encontrar inspiración en las Misioneras de la Caridad fue realmente conmovedor. Es increíble cómo llevaban a cabo su ministerio con compasión, entusiasmo y una fuerza de corazón inquebrantable.

¿Qué es lo que más deseas hacer después de tu ordenación?

Adorar a Cristo Señor, especialmente en los misterios de su Cuerpo y de su Sangre, que veneramos en la Misa. Rezo para que, a través de mi sacerdocio, Dios pueda llevar a otros a un amor más profundo por la Eucaristía. Dios ha sido increíblemente generoso conmigo al revelarme su amor, bondad y poder a través del ministerio de sus sacerdotes. Rezo para que Dios también pueda hacer lo mismo por otros a través del don del sacerdocio.

¿Cuál crees que sea el mayor reto al que se enfrenta la Iglesia hoy en día y cuál podría ser la solución?

Tal vez, en el ajetreo de nuestras vidas, hemos perdido la esencia de nuestra humanidad. San Ireneo enseñaba que la máxima expresión de la gloria de Dios reside en el hombre viviendo plenamente. Eso significa que ser santo es, en esencia, llevar una vida plena, ser auténticamente uno mismo en Cristo, tal como Él me creó. Tenemos que frenar un poco y reconocer la presencia de Dios a nuestro alrededor.

¿Qué clase de sacerdote te gustaría ser?

El tipo de sacerdote que aspiro a ser es aquel que refleja los sentimientos de San Juan Vianney: “Te amo, oh Dios mío, y mi único deseo es amarte hasta el último suspiro de mi vida. Te amo, oh mi Dios infinitamente amable, y prefiero morir amándote, que vivir sin amarte. Dios mío, si mi lengua no puede decir en cada momento que te amo, quiero que mi corazón te lo repita tantas veces como respire”.

Diácono Nicholas Brown

Edad: 31 años

Padres: Mark y Marla Brown

Formación académica: Salem High School, Canton; Saint Louis University (B.A. en Teología e Informática); Sacred Heart Major Seminary, Detroit (Licenciatura en Filosofía, con la esperanza de obtener una Maestría en Divinidad y una Licenciatura en Teología Sagrada en el futuro)

Parroquia de origen: St. John Neumann, Canton

Misas de acción de gracias: St. John Neumann, Canton (domingo, 19 de mayo, 10:30 a.m.); St. Patrick, White Lake (domingo, 2 de junio, 12 p.m.); St. Isaac Jogues, St. Clair Shores (domingo, 16 de junio, 9:30 a.m.)

Primer nombramiento: Sacerdote in solidum en la St. Damien of Molokai Parish, Pontiac; Sacred Heart Parish, Auburn Hills; St. Benedict Parish, Waterford; St. Hugo of the Hills Parish, Bloomfield Hills; y St. Thomas More Parish, Troy. Estas parroquias conforman la South Oakland Vicariate 3. Estaré sirviendo principalmente en St. Damien of Molokai Parish.

Pasatiempos: Leer, jugar ajedrez y hacer deporte.

¿A qué te dedicabas antes de ingresar al seminario?

Era ingeniero informático y voluntario del grupo juvenil de mi parroquia.

¿Cuándo comenzaste a considerar el sacerdocio?

Pensé que Dios podría llamarme al sacerdocio después de la universidad, pero no tenía la confianza suficiente porque dudaba de mis habilidades para aconsejar a la gente. Fue en un momento de adoración cuando escuché claramente al Señor decirme: “Quiero que seas mi sacerdote”. Sentí una alegría inmensa al pensar en el privilegio de celebrar la Misa, perdonar pecados, y bautizar a otros, hasta que me di cuenta de todo a lo que tendría que renunciar. Comencé a dudar nuevamente y me costó mucho rezar o escuchar lo que Dios quería decirme. Mi director espiritual me sugirió asistir a un retiro de discernimiento, pero ya no me preguntaba si Dios me llamaba al sacerdocio o no. Eso me dio la paz suficiente para poder escuchar al Señor decirme: “No me has escuchado porque no querías oír lo que tenía que decirte”. En ese momento supe que quería ser sacerdote, y estoy feliz de haber tomado esa decisión. Si bien enfrenté muchos desafíos, nunca antes me había sentido tan bendecido.

¿Cuáles fueron las experiencias pastorales que más te marcaron?

Mi experiencia más impactante fue haber ido a St. Augustine-St. Monica mientras Mons. Daniel Trapp aún estaba vivo y era el párroco. Fue allí donde aprendí cómo evangelizar y que el Señor provee en todas las circunstancias.

¿Qué es lo que más deseas hacer después de tu ordenación?

Lo que más deseo es celebrar la Misa. La Eucaristía es la fuente y la culminación de nuestra fe, y ¡qué gran privilegio ser el ministro que haga presente la sustancia de Cristo en la Eucaristía!

¿Cuál crees que sea el mayor reto al que se enfrenta la Iglesia hoy en día y cuál podría ser la solución?

Creo que el mayor desafío que enfrenta la Iglesia es la gran cantidad de personas que están abandonando la fe. En términos generales, creo que la solución radica en vivir una vida de fe sólida y en recrear una cultura de evangelización en nuestras parroquias. Como nos recuerda el Arzobispo Vigneron, Dios siempre nos da lo que necesitamos. Si confiamos en Dios, todas esas cosas se resolverán con el tiempo.

¿Qué clase de sacerdote te gustaría ser?

Me gustaría que mi sacerdocio se basara en lo que dijo San Juan Bautista: "Es necesario que Él crezca y yo disminuya”. Quiero que las personas encuentren a Cristo y que yo simplemente cumpla mi parte como miembro del Cuerpo de Cristo.

Diácono Matthew Kurt

Edad: 28 años

Padres: Dan y Kris Kurt

Formación académica: Salem High School, Canton; Michigan State University (Licenciatura en Teología e Informática); Sacred Heart Major Seminary (Licenciatura en Filosofía, con la esperanza de obtener una Maestría en Divinidad y una Licenciatura en Teología Sagrada en el futuro).

Parroquia de origen: St. Thomas a'Becket, Canton

Misas de acción de gracias: St. Thomas a'Becket, Canton (domingo, 19 de mayo); St. Fabian, Farmington Hills (domingo, 26 de mayo)

Primer nombramiento: Sacerdote in solidum en la St. Fabian Parish, Farmington Hills; St. Andrew Kim Parish, Northville; Prince of Peace Parish, West Bloomfield; Our Lady of Sorrows Parish, Farmington; y Our Lady of Refuge Parish, Orchard Lake. Estas parroquias conforman el South Oakland Vicariate Family 7. Estaré sirviendo principalmente en St. Fabian.

Pasatiempos: Disc golf y descansar al aire libre en mi hamaca.

¿A qué te dedicabas antes de ingresar al seminario?

Entré al seminario después de graduarme en la Michigan State University.

¿Cuándo comenzaste a considerar el sacerdocio?

La primera vez que sentí el llamado a la vocación fue durante mi último año en la escuela secundaria y el primer año en la universidad. La Misa diaria, la adoración y el grupo de discernimiento sacerdotal fueron de gran ayuda. Los párrocos asociados del St. John's Center en East Lansing (especialmente el P. Dan Westermann y el P. Ryan Riley) me mostraron que los sacerdotes son personas (relativamente) normales y que el sacerdocio era una opción real para mí.

¿Cuáles fueron las experiencias pastorales que más te marcaron?

Pasar mis últimos dos años en St. Fabian ayudando en un asilo. Además, estuve en la Reserva del Ejército como candidato a capellán durante los últimos seis años.

¿Qué es lo que más deseas hacer después de tu ordenación?

Celebrar los sacramentos.

¿Cuál crees que sea el mayor reto al que se enfrenta la Iglesia hoy en día y cuál podría ser la solución?

La indiferencia. Que la gente vea el amor profundo que Jesús siente por ellos.

¿Qué clase de sacerdote te gustaría ser?

Uno que refleje el amor y el cuidado de nuestro Padre celestial.

Diácono Stephen Moening

Edad: 27 años

Padres: Mark Moening y Joanne Moening

Formación académica: Livonia Stevenson High School, Michigan State University (1 año), Sacred Heart Major Seminary (Licenciatura en Filosofía y Maestría en Divinidad)

Parroquia de origen: San Kenneth, Plymouth

Misas de acción de gracias: St. Kenneth Parish, Plymouth (domingo, 19 de mayo, a las 2 p.m.); St. Frances Cabrini Parish, Allen Park (sábado, 25 de mayo, a las 5 p.m.); St. John Vianney Parish, Shelby Township (domingo, 26 de mayo, 9:30 a.m. y 11:30 a.m.); Genevieve-St. Maurice, Livonia (sábado 8 de junio a las 5 p.m.); St. Cyprian Parish, Riverview (domingo 9 de junio a las 9 a.m.)

Primer nombramiento: Sacerdote in solidum en la Our Lady of the Lakes Parish, Waterford; St. Daniel Parish, Clarkston; St. Rita Parish, Holly. Estas parroquias conforman la Northwest Oakland Lakes Vicariate Family of Parishes. Estaré sirviendo principalmente en Our Lady of the Lakes

Pasatiempos: Practicar senderismo, acampar y andar en bicicleta.

¿A qué te dedicabas antes de ingresar al seminario?

Antes de entrar al seminario, estaba estudiando teoría política en la Michigan State University. Trabajé en un restaurante durante cinco años y participé en varias actividades en mi parroquia local. Me encantaba ayudar a los más necesitados, especialmente con PBJ Outreach. Poco a poco fui rezando más, reconociendo que necesitaba a Dios en mi vida y que disfrutaba pasar tiempo con Él.

¿Cuándo comenzaste a considerar el sacerdocio?

La primera vez que sentí un llamado al sacerdocio fue cuando era monaguillo en cuarto grado. Era testigo del increíble trabajo que podía hacer el sacerdote: bautizar, celebrar la Misa y perdonar los pecados, y yo también quería hacer eso. Sin embargo, ese pensamiento rápidamente quedó en segundo plano, y no fue hasta mi primer año en Michigan Stat que comencé a discernir realmente este llamado. En la universidad, sentía que algo me faltaba, que Dios me llamaba a algo diferente. Empecé a asistir a un grupo de jóvenes que estaban discerniendo el sacerdocio, y fue genial saber que no estaba solo en este camino. Fue mediante la adoración y la oración que escuché claramente la voz de Dios llamándome a explorar el seminario y a continuar mi discernimiento allí. También comencé a leer la vida de algunos santos, concretamente la del Beato Solanus Casey, y vi que ellos eran personas normales que simplemente hacían la voluntad de Dios. Después de que algunos sacerdotes me alentaran, ingresé al seminario, y ha sido un gran viaje con Jesús.

¿Cuáles fueron las experiencias pastorales que más te marcaron?

La experiencia pastoral que más influyó en mi vocación fue llevar la Sagrada Comunión a una feligresa que no podía salir de su casa, cerca del seminario, cuando estaba en mi segundo año como seminarista. La señora Lee era una mujer muy fiel y devota que rápidamente se convirtió en mi abuela adoptiva y amiga. Continué visitándola casi todas las semanas durante otros cinco años, hasta que falleció. Nos hicimos tan cercanos que incluso prediqué en su funeral como diácono. Poder llevar a nuestro Salvador Jesús a la Sra. Lee, que estaba completamente sola, fue un verdadero regalo.

¿Qué es lo que más deseas hacer después de tu ordenación?

Lo que más deseo es ofrecer el sacrificio de la Misa. Unir todas nuestras oraciones y llevarlas a Jesús en unión con Su sacrificio es algo único. Aún no logro entenderlo completamente, y probablemente nunca lo haga del todo. La Misa es la fuente y el momento más importante de nuestra vida, y poder presidirla es algo que me emociona mucho.

¿Cuál crees que sea el mayor reto al que se enfrenta la Iglesia hoy en día y cuál podría ser la solución?

Creo que el mayor desafío que enfrenta la Iglesia hoy en día es un concepto erróneo sobre la santidad. La santidad es vivir nuestra vocación con Dios. No se trata de recitar determinadas oraciones o hacer actos determinados devoción. La santidad consiste en aferrarse a Jesús, caminar junto a Él todos los días y en nuestro trabajo diario. Algo que podemos hacer es simplemente hablar de lo que nos pasa habitualmente con Dios. Si vemos a Dios como un amigo, vamos a comprender lo cerca que Él quiere estar de nosotros.

¿Qué clase de sacerdote te gustaría ser?

Quiero ser un sacerdote accesible, verdaderamente comprometido en servir a los demás, capaz de acompañarlos en las grandes alegrías y dificultades de la vida. Espero que mi propio amor por Jesús sea contagioso y les ayude a ver que ellos también desean tener una relación con nuestro Señor.

Diácono Phuc (Tommy) Ngo

Edad: 31 años

Padres: Thoi Ngo y Tinh Phan

Formación académica: Prospect High School, Saratoga, California; UCLA (Licenciatura en Bioquímica); Sacred Heart Major Seminary

Parroquia de origen: St. Anthony, Belleville

Misas de acción de gracias: Our Lady of Grace, Warren (sábado 18 de mayo a las 6 p.m.); St. Daniel, Clarkston (sábado 1 de junio a las 5 p.m.); St. Anne, Ortonville (domingo 2 de junio a las 10:30 a.m.); St. Anthony, Belleville (domingo 9 de junio a las 10:30 a.m.)

Primer destino: Párroco asociado de la Our Lady of Good Counsel Parish, Plymouth

Pasatiempos: Escuchar música, leer novelas cristianas.

¿A qué te dedicabas antes de ingresar al seminario?

Después de la universidad, me dediqué al comercio durante un tiempo, y luego trabajé como técnico de uñas durante un año.

¿Cuándo comenzaste a considerar el sacerdocio?

Cuando tenía 14 años, vivía en un internado católico. Una persona a cargo de nosotros me preguntó si quería ser sacerdote, y le dije que sí, pero sin ningún motivo en particular. Pensé que ser sacerdote sería genial y tendría muchos privilegios. Sin embargo, cuando vine a Estados Unidos, ya no pensaba en eso. Después de la universidad, no estaba feliz con mi vida. Me despertaba todos los días sintiéndome deprimido, sin un propósito. En resumen, un día un sacerdote sugirió que probara la vocación sacerdotal. Terminé yendo a un fin de semana de discernimiento, y arrodillado frente a la Eucaristía una noche allí, le pedí al Señor que me ayudara con mi vida de oración porque no me gustaba orar en absoluto. Me tocó el corazón inmediatamente, y seguí rezando porque me sentía bien. Después de un tiempo, me di cuenta de que lo que sentía era el amor que Jesús tenía por mí, así que decidí seguirlo a partir de ese día. Desde entonces, ya no me siento perdido porque tengo un propósito claro en mi vida.

¿Cuáles fueron las experiencias pastorales que más te marcaron?

Todas mis prácticas en las parroquias han sido muy buenas para mi formación sacerdotal. Eso demuestra cómo el Espíritu Santo nos pone donde más necesitamos estar y donde más nos necesitan.

¿Qué es lo que más deseas hacer después de tu ordenación?

Poder estar con la comunidad que Cristo me ha confiado.

¿Cuál crees que sea el mayor reto al que se enfrenta la Iglesia hoy en día y cuál podría ser la solución?

Una de las grandes dificultades es que muchas personas no reconocen lo que están enfrentando. Muchas veces no son conscientes de que están sufriendo y necesitan saber que hay alguien que los ama tal como son. Antes, problemas como la guerra y el hambre eran más evidentes, y la gente sentía la necesidad de aferrarse a Dios. Pero ahora, especialmente en Occidente, muchas personas no sienten esa necesidad de Dios. Están luchando contra algo que es en cierta medida invisible.

¿Qué clase de sacerdote te gustaría ser?

Quiero ser un sacerdote paternal, dispuesto a servir a las personas con mis fortalezas y también con mis debilidades, tal como Dios me ha creado.



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