El Arzobispo Vigneron invita a los fieles a “predicar con el ejemplo” durante el Mes del Respeto a la Vida

El Arzobispo de Detroit, Allen H. Vigneron, y el Padre J.J. Mech (izquierda), rector de la Cathedral of the Most Blessed Sacrament, participaron en una “Cadena de Vida” en frente a la Cathedral of the Most Blessed Sacrament ubicada en Woodward Avenue, sosteniendo carteles que promovían una línea telefónica gratuita para mujeres embarazadas en situación de crisis. El domingo 1 de octubre, el arzobispo presidió la Misa por el Respeto a la Vida, dando inicio a la celebración arquidiocesana del Mes del Respeto a la Vida. (Fotos de Gabriella Patti | Detroit Catholic)

El Arzobispo agradece a los líderes provida y participa en la Cadena de Vida, animando a los católicos a defender "el plan de Dios para toda Su familia en la tierra"

DETROIT – El domingo 1 de octubre, en la Misa que se celebró durante el Domingo de Respeto a la Vida en la Catedral del Santísimo Sacramento, el Arzobispo Allen H. Vigneron invitó a los fieles a vivir según las enseñanzas del Evangelio a favor de la vida.

La Misa marcó el comienzo del Mes del Respeto a la Vida, y el Arzobispo Vigneron invitó a los fieles a cumplir una vez más la voluntad del Señor y a honrar la cultura de la vida, agradeciendo especialmente la presencia de los líderes provida en la Misa.

“Están aquí para reafirmar su compromiso con el Señor de la vida, como todos nosotros, y para renovarse en las gracias que se necesitan para defender el derecho a la vida”, dijo el arzobispo en su homilía, dirigiéndose a los líderes provida. “Aquí en Detroit, renovamos nuestro compromiso con el Evangelio de la Vida. Agradecemos a Dios de antemano, como siempre nos recordaba el P. Solanus (Casey). Agradecemos a Dios por lo que confiamos que Él hará”.

El arzobispo se centró en el Evangelio del día, Mateo 21, 28-32, como guía para el Mes del Respeto a la Vida. En el Evangelio, Jesús cuenta a los sumos sacerdotes y a los ancianos la parábola de los dos hijos. Uno dijo que trabajaría en la viña de su padre, pero no lo hizo, y el otro se negó, pero luego cambió de opinión y fue a trabajar.

Durante la Misa anual por la Vida de la arquidiócesis, celebrada el 1 de octubre en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament, monjas que pertenecen a las Hermanas de la Vida, una comunidad religiosa dedicada a la protección de la vida, entregan los regalos al Arzobispo Vigneron.
Durante la Misa anual por la Vida de la arquidiócesis, celebrada el 1 de octubre en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament, monjas que pertenecen a las Hermanas de la Vida, una comunidad religiosa dedicada a la protección de la vida, entregan los regalos al Arzobispo Vigneron.

“Esta parábola que Jesús nos cuenta es mi historia y la de ustedes”, dijo el Arzobispo Vigneron. “Es la historia de todas las personas y discípulos del Señor. Explica cómo nuestras voluntades están alejadas de Dios. Al ser hijos de Adán y Eva, tendemos al pecado. Aquello que no nos hace bien nos resulta atractivo”.

Sin embargo, el Arzobispo Vigneron explicó que el Señor nos llama a dejar a un lado esta rebeldía, como el hijo que al principio se negó a trabajar, pero que después cambió de opinión.

“En vez de decir que no serviremos, estamos llamados a abrazar la voluntad dadora de vida de nuestro Padre celestial”, dijo el arzobispo. “Esta dinámica de negarse a servir y luego volver a servir, decir que lo haremos y luego no, sucede a lo largo de nuestras vidas, no es solamente un momento. Más de una vez, somos cada uno de estos hijos, a veces solo hablamos, y otras veces logramos actuar conforme a la voluntad de Dios”.

“Lo importante en nuestra vida cristiana es alejarse del pecado, cumplir con la voluntad de Dios y dejar que el Espíritu Santo nos transforme por medio de su Gracia. El Evangelio de la Vida requiere que los cristianos inviten a la comunidad a cumplir también la voluntad de Dios”, añadió el Arzobispo Vigneron.

Un grupo de fieles sostiene carteles provida frente a la Cathedral of the Most Blessed Sacrament ubicada en Woodward Avenue, durante la "Cadena de Vida" del 1 de octubre.
Un grupo de fieles sostiene carteles provida frente a la Cathedral of the Most Blessed Sacrament ubicada en Woodward Avenue, durante la "Cadena de Vida" del 1 de octubre.

“Es la voluntad de Dios que se respete la vida, que se reconozca Su don y el derecho a la vida”, explicó el Arzobispo Vigneron. “Por eso, en nuestro compromiso con el Evangelio de la Vida, debemos confiar siempre y en todo lugar en el poder de la Gracia de Dios. Sólo con la Gracia del Espíritu Santo podremos superar nuestra rebelión y nuestro rechazo a la voluntad de Dios”.

“La parábola nos recuerda que la voluntad de Dios para la defensa de la vida debe ser un motivo fundamental para el trabajo provida. Es mucho el bien que se logra al trabajar para proteger el derecho a la vida; sin embargo, el objetivo final debe ser alinear nuestras acciones y la sociedad con lo que Dios quiere”, dijo el arzobispo.

“Este es el momento de renovar nuestro compromiso con la difusión del Evangelio y de trabajar para crear una cultura que valore, defienda y proteja la vida en todas sus etapas. Estamos llamados a ser misioneros y pioneros en esta causa", dijo el Arzobispo Vigneron. "¿Por qué? Porque es la voluntad de Dios, el plan que Él tiene para toda la humanidad”.

“En la Arquidiócesis de Detroit, una manera efectiva de lograr esto es mediante el compromiso de las parroquias con Walking With Moms in Need. Este programa fue creado para que las parroquias puedan acceder a los recursos disponibles en la comunidad local y así brindar ayuda y convertirse en un refugio seguro para las madres y sus familias”, explicó el arzobispo.

El Arzobispo Vigneron reza con una pareja después de la Misa en el vestíbulo de la Cathedral of the Most Blessed Sacrament.
El Arzobispo Vigneron reza con una pareja después de la Misa en el vestíbulo de la Cathedral of the Most Blessed Sacrament.

Además de Walking With Moms in Need, el Arzobispo Vigneron invitó a los presentes a participar después de la Misa en una cadena de vida frente a la catedral situada en Woodward Avenue. El propio arzobispo se unió a la gente que llevaba carteles con mensajes a favor de la vida, visibles para los conductores que pasaban frente a la iglesia.

”Como hijos de Dios dedicados a cumplir la voluntad de nuestro Padre, necesitamos fomentar una cultura en la que se asista a todos los pobres, se cure y cuide a los enfermos y se proteja a los vulnerables. Ser provida es estar a favor de apoyar la vida en todas sus dimensiones”, señaló el Arzobispo Vigneron. "Necesitamos una cultura en la que todos nuestros hermanos y hermanas sean tratados precisamente como tales, con respeto y dignidad, porque se lo merecen como criaturas amadas por Dios”.

”Cuando trabajamos al servicio del Evangelio de la Vida y realizamos obras de misericordia corporales y espirituales, lo hacemos poniendo nuestra confianza en Jesucristo, que ha resucitado y triunfado sobre la muerte, y nos invita a cumplir la santa voluntad de Dios en nuestro rincón de la viña en el sureste de Michigan”.



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