El Papa señala el individualismo y el relativismo como desafíos pastorales

Papa Francisco. Crédito: Vatican Media

El Papa Francisco recibió este sábado a los participantes del 38º Capítulo General de los Misioneros Montfortianos (Compañía de María), antes quienes indicó que aún persisten los desafíos pastorales que afrontó en su tiempo su fundador San Luis María Grignion.

“También hoy los desafíos pastorales no faltan: por ejemplo, el individualismo que encierra a cada uno en su pequeño mundo, el relativismo y el hedonismo que hacen del placer o del beneficio personal el criterio de toda elección, el egoísmo consumista que marchita el corazón de los ricos y crea desigualdades injustas en detrimento de los pobres”, señaló.

En su discurso, el Santo Padre recordó que el fundador de la Compañía de María vivió también en una época marcada por retos exigentes para la Iglesia y la sociedad: la llamada "época de racionalistas y libertinos" y al mismo tiempo "cuna del jansenismo".

“Ante estas provocaciones, San Luis María se preguntó en primer lugar cuál era la raíz común de las mismas, y la identificó en una excesiva confianza de los hombres en la sabiduría del mundo en detrimento de la primacía de la Sabiduría de Dios”, señaló.

El Pontífice indicó que ante ello, el santo llevó adelante una intensa actividad de “predicación, con creatividad y sin miedo, encontrándose incluso con incomprensiones dentro y fuera de la Iglesia”.

Sin embargo, no se rindió, sino que continuó predicando “y promoviendo el amor por la verdadera Sabiduría, a través de la devoción a la Virgen María” hasta su muerte a la edad de 43 años.

Por ello, el Papa alentó a seguir el programa de vida y de acción dejado por San Luis María Grignion, de "buscar, contemplar, revelar la Sabiduría en el corazón del mundo y denunciar su falsa sabiduría", siguiendo el ejemplo y con la ayuda de María.

El Pontífice recordó que “el Evangelio nos muestra a María como aquella que, para acoger en sí a Jesús, Sabiduría del Padre, aceptó valientemente cambiar por completo su vida, sus costumbres, sus sueños y sus opciones”.

“Así conservó y entregó a sus hermanos el amor recibido, en Nazaret, en el Calvario y en el Cenáculo donde, a la luz de la Pascua, compartió humildemente la vida de la primera comunidad”, indicó.

En ese sentido, invitó a ejercitar la acogida siguiendo el ejemplo de la Madre de Dios, porque el mundo tiene necesidad de hospitalidad y de acercamiento, incluso en situaciones nuevas que requieren respuestas urgentes.

Finalmente, el Santo Padre también alentó a cultivar la ternura, la cual, si bien es dulzura, es también fuerte. “No olviden que la ternura es uno de los tres rasgos de Dios. Dios es cercano, tierno y compasivo”, afirmó.

Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.



Cuotas:
Print


Secciones
Inicio
Suscribir
Buscar