En medio del miedo que impera en este Viernes Santo, Jesús nos invita a esperar la Resurrección

El siguiente es un mensaje del Arzobispo Allen H. Vigneron al pueblo de la Arquidiócesis de Detroit:

Los católicos de la Arquidiócesis de Detroit y los cristianos de todo el mundo hoy viven un Viernes Santo muy diferente a lo acostumbrado a experimentar normalmente. Sí, Cristo fue crucificado y enterrado en la tumba el Viernes Santo, y sí, todavía esperamos su resurrección el domingo de Pascua.

Sin embargo, lo que es diferente este año son las ansiedades, los temores y las preocupaciones que han llenado nuestros corazones y comunidades como resultado de la pandemia a causa del coronavirus: temores sobre nuestra salud y la salud de nuestros seres queridos, preocupaciones por las dificultades económicas, ansiedad sobre cómo se verá nuestra sociedad cuando pase la pandemia.

Estos sentimientos no son diferentes a los que sintieron los apóstoles cuando vieron a Jesús golpeado y colgado de una cruz. ¿Qué les pasaría ahora? ¿Serían arrestados y crucificados también? ¿Qué sería de la comunidad naciente de creyentes que se estaba formando a raíz del ministerio de Jesús? ¿A dónde deberían dirigirse ahora que su maestro había sido llevado?

La resurrección lo cambió todo. Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, cumplió su promesa de vencer el pecado y la muerte. Luego se apareció a sus discípulos, confirmando a sus seguidores que no los había dejado y que siempre estaría con ellos.

Pero solo unos días después, en ese primer domingo de Pascua, Cristo salió victorioso de la tumba. No fue un truco de magía, fue el evento más extraordinario que el mundo haya visto jamás. La resurrección lo cambió todo. Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, cumplió su promesa de vencer el pecado y la muerte. Luego se apareció a sus discípulos, confirmando a sus seguidores que no los había dejado y que siempre estaría con ellos.

Somos como los discípulos después de la pasión y muerte de Cristo, tal vez tentados a la desesperación y preguntándonos qué será de nosotros y de nuestra sociedad. Al igual que los Apóstoles, debemos mirar al domingo y recordar que Jesús no está muerto; Él está vivo, Él ha resucitado y todavía está cerca de nosotros. Y, como sucedió en los días posteriores al primer domingo de Pascua, cuando el pan y el vino se consagran este fin de semana para convertirse en el cuerpo y la sangre de Nuestro Señor; Jesús, de una manera muy real, estará entre nosotros, donde sea que celebremos este día santo.

Si bien no podemos reunirnos para compartir la Eucaristía como quisiéramos, nosotros, como discípulos de Cristo, debemos abandonarnos a la voluntad de Dios, recordando que Él está a cargo y que esta ha sido la Cuaresma que Él ha querido que tengamos; quizás como una forma de fomentar entre el pueblo de Dios un mayor amor y aprecio por la Sagrada Liturgia y la Eucaristía. Creo que este difícil viaje ha ayudado a nuestra Iglesia en Detroit a unirse de manera más profunda a la pasión de Cristo y, por eso, podemos participar de una mayor manera en la gloria de la Resurrección.

Como discípulos de Jesús, estamos llamados a usar este tiempo para llevar la esperanza de Jesús a un mundo que necesita desesperadamente esperanza. Estamos llamados a ver el mundo con los ojos y el corazón de Jesús, compartiendo nuestro testimonio, nuestra esperanza y nuestra serenidad en el Señorío providencial de Dios, para que nuestros amigos y vecinos puedan mirarnos y decir: "Tienen algo que quiero, ´Y nosotros podemos decir:´ Sí, tenemos a Jesús, y Él quiere que tú también lo tengas´".

Seamos uno en oración por aquellos que están sufriendo los efectos del coronavirus y, en particular, confiemos al cuidado de Nuestro Señor a todos los que han muerto, para que los reciba con los brazos abiertos en su reino celestial. Invito a todos a que se unan para ofrecer oraciones de acción de gracias por los profesionales de la salud y los socorristas, quienes continúan haciendo sacrificios misericordiosos por la salud y el bienestar de todos.

Jesús no te ha abandonado.

Nuestra Señora de Lourdes, ruega por nosotros. Santa Ana, ruega por nosotros. Beato Solanus Casey, ruega por nosotros.

Sinceramente tuyo en Cristo,

El Reverendísimo Allen H. Vigneron
Arzobispo de Detroit

El Arzobispo Allen H. Vigneron celebrará la Liturgia de la Pasión del Señor a la 1 p.m. el viernes, el sábado celebrará la Vigilia Pascual a las 9 p.m. y el domingo de Pascua celebrará misa a las 11 a.m.. Todas las misas estarán cerradas al público, pero se transmitirán en vivo en línea. Para más detalles y un calendario de las misas que son transmitidas en vivo en varias parroquias, visita www.aod.org/holyweek y www.aod.org/livemasses. Para otros recursos para ayudar a mantenerse espiritualmente cerca en un momento de distanciamiento social, visitaa www.unleashthegospel.org/spiritual-closeness.

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