Al presidir el rezo del Regina Caeli este domingo, el Papa Francisco instó a los fieles a leer y meditar el Evangelio diariamente, señalando que esta práctica abre el corazón a la “voz del Espíritu Santo” y silencia toda “palabrería superficial”.
“La Palabra de Dios silencia nuestra palabrería superficial y nos hace decir palabras serias, palabras bellas, palabras alegres (…) He aquí cómo dar espacio en nosotros a la voz del Espíritu Santo”, señaló este domingo 19 de mayo, Solemnidad de Pentecostés, ante cientos de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
El Santo Padre destacó la importancia de nutrirse diariamente de la Palabra de Dios. “Son precisamente las palabras transformadoras del amor las que el Espíritu Santo repite en nuestro interior”, afirmó, añadiendo que estas palabras “hacen nacer y crecer en nuestro corazón los mismos sentimientos y los mismos propósitos”.
Para facilitar esta práctica, aconsejó a los fieles: “Tengamos un Evangelio pequeño, de bolsillo, llevémoslo con nosotros y leamos un pasaje del Evangelio aprovechando los momentos favorables”.
Asimismo, animó a los presentes a dar espacio en sus vidas a la voz del Espíritu Santo mediante la oración y la adoración silenciosa. “No olvidemos la oración de adoración en silencio”, agregó.
Enfatizando en la simplicidad y accesibilidad de estas prácticas, el Papa señaló: “Leer y meditar el Evangelio, rezar en silencio, decir palabras buenas, no son cosas difíciles, no, todos podemos hacerlo. Es más fácil que insultar, enfadarse…”. Por ello, invitó a los fieles a reflexionar: “¿Qué lugar tienen estas palabras en mi vida? ¿Cómo puedo cultivarlas, a fin de ponerme a escuchar mejor al Espíritu Santo y ser su eco para los demás?”.
Al concluir su mensaje, el Papa Francisco invocó la intercesión de María, presente en Pentecostés con los apóstoles, para que los creyentes sean dóciles a la voz del Espíritu Santo. “Que María nos haga dóciles a la voz del Espíritu Santo”, pidió.
- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.
