El Papa Francisco alentó a ser libres como Jesús, es decir vivir en la libertad de los hijos de Dios, y no ser esclavos del poder, el placer, el dinero o la fama; en sus palabras previas al rezo de la oración mariana del Ángelus este domingo 9 de junio.
En el marco de un mediodía soleado, en contraste al frío y la lluvia del domingo pasado, y ante miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Santo Padre ofreció su reflexión sobre el Evangelio de hoy (Mc 3,20-35).
El texto evangélico relata que Jesús se enfrenta a dos reacciones: “la de sus parientes, que estaban preocupados y temían que se hubiera vuelto loco; y la de las autoridades religiosas, que lo acusaban de actuar movido por un espíritu maligno”.
En realidad, precisó el Papa Francisco, “Jesús predicaba y sanaba a los enfermos con la fuerza del Espíritu Santo. El Espíritu Santo lo hacía divinamente libre, es decir, capaz de amar y de servir sin medida y sin condiciones”.
1. Jesús era libre respecto a las riquezas
“Por eso dejó la seguridad de su pueblo, Nazaret, para abrazar una vida pobre y llena de incertidumbres (cfr. Mt 6,25-34), curando gratuitamente a los enfermos y a cualquiera que viniese a solicitarle ayuda, sin pedir nunca nada a cambio (cfr. Mt 10,8)”, explicó el Pontífice.
2. Jesús era libre respecto al poder
Efectivamente, “llamó a muchos a seguirlo, pero nunca obligó a nadie a hacerlo; y jamás buscó el apoyo de los poderosos, sino que estuvo siempre de la parte de los últimos, y enseñó a sus discípulos a hacer lo mismo”, continuó el Papa Francisco.
3. Jesús era libre respecto a la búsqueda de la fama y de la aprobación
“Por eso nunca renunció a decir la verdad, aun a costa de no ser comprendido (cfr. Mt 3,21) y de hacerse impopular, hasta morir en la cruz; y no se dejó intimidar, ni comprar, ni corromper por nada ni por nadie (cfr. Mt 10,28)”.
Por todo eso, resaltó el Papa Francisco, se puede decir que “Jesús era un hombre libre. Libre ante las riquezas, libre ante el poder, libre ante la búsqueda de la fama. Y esto es importante también para nosotros”.
“De hecho, si nos dejamos condicionar por la búsqueda del placer, del poder, del dinero o de la aprobación, nos convertimos en esclavos de estas cosas”.
El Papa Francisco te cuestiona sobre la auténtica libertad
En sentido opuesto, continuó el Santo Padre, si “permitimos al amor gratuito de Dios que nos llene y nos dilate el corazón, y si dejamos que rebose espontáneamente donándolo a los demás, con todo nuestro ser, sin miedos, cálculos o condicionamientos, entonces crecemos en la libertad y difundimos su buen perfume a nuestro alrededor”.
Entonces, “podemos preguntarnos: ¿soy una persona libre? ¿O me dijo aprisionar por los mitos del dinero, del poder y del éxito, sacrificándoles mi serenidad, mi paz y las de los demás?”.
“¿Difundo, en los ambientes en los que vivo y trabajo, aire fresco de libertad, de sinceridad, de espontaneidad? Que la Virgen María nos ayude a vivir y a amar como Jesús nos enseñó, en la libertad de los hijos de Dios”, concluyó el Papa Francisco.
- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.