Cada año, la Catholic High School League concede el premio de la preparatoria del año a la institución educativa de Detroit que se destaque por la excelencia con la que desempeña su labor. Este año el honor es para Detroit Cristo Rey Highschool, la cual desde su fundación en el 2008 ha logrado consolidarse como una comunidad educativa única. 

Ubicada en Mexicantown, al suroeste de Detroit, esta escuela católica acoge en su mayoría a estudiantes hispanos. El 80% de los estudiantes de la preparatoria pertenecen a familias latinas, especialmente de México. Este factor explica en gran medida por qué Detroit Cristo Rey es una escuela única. A diferencia de la mayoría de las escuelas privadas, cuyos costos ascienden en promedio a los $14,000 dólares, las familias del Cristo Rey solo pagan $500 dólares al año. De hecho, la escuela únicamente admite a estudiantes de bajos recursos, lo cual da cuenta de la importancia del componente social de su misión educativa.  

De acuerdo a Michael Khoury, presidente de Detroit Cristo Rey Higschool, el secreto de este modelo consiste en integrar a los estudiantes a la fuerza laboral. Empresas como DTE y General Motors vinculan a los estudiantes y aportan fondos a la escuela, lo que financia el 50% de sus operaciones. “En circunstancias normales”, afirma Khoury, “nuestros estudiantes habrían ganado este año $2.3 millones de dólares”.

La vinculación temprana al mercado laboral también les permite a los estudiantes ahorrar para su educación universitaria, que emprenden con mucho éxito. La sólida formación católica que imparte Detroit Cristo Rey ha hecho posible que ese éxito académico y profesional venga acompañado de un robusto sentido ético.

El camino para llegar a este punto ha estado lleno de obstáculos. Tal como lo recuerda Khoury, “al comienzo nadie sabía quiénes éramos, así que nos presentábamos en las oficinas de corporativos y preguntábamos, ´¿Por qué no vinculan a su equipo a estos jóvenes de catorce años?´ Las respuestas no era muy positivas porque nadie entendía el sentido de contratar a un grupo de adolescentes”.

Sin embargo, el apoyo de personas que creyeron en el modelo innovador, la labor extraordinaria de los profesores y la excelencia del trabajo de los estudiantes hizo posible que en muy poco tiempo Detroit Cristo Rey adquiriera la reputación que hoy tiene. A medida que consolidaba esa reputación, la escuela logró establecer más alianzas con el sector productivo para así asegurar la reproducción de su modelo. En palabras de Khoury, “no ha sido fácil, pero definitivamente ha valido la pena”. 

El sentido de comunidad es otro elemento que hace de esta escuela una institución única. Las familias de los estudiantes sienten que la escuela es también su casa. Esto se ha logrado en gran medida porque muchos de los profesores y trabajadores hablan español, lo cual permite una comunicación fluida entre los padres y la escuela. 

Para las familias que pertenecen a esta comunidad, Cristo Rey es una fuente de apoyo que trasciende el ámbito académico. Por ejemplo, la escuela ofrece a todos los estudiantes una vez al año exámenes de optometría gratuitos y cubre los costos de los lentes cuando es necesario formularlos. También ofrece vacunas contra la influenza. 

Así mismo, desde hace dos años los estudiantes no solo reciben el almuerzo, sino que además disfrutan todas las mañanas de un desayuno caliente, lo cual les permite empezar el día con la energía necesaria para aprender. “Trabajamos muy duro para brindar a nuestros estudiantes el apoyo que les permite tener éxito en su vida académica”, explica Khoury. El premio de la Catholic High School League ratifica el valor de ese trabajo arduo y reconoce los frutos que ha dejado en la comunidad. 

Síguenos en Facebook o Instagram como Detroit Catholic en español, suscríbete para recibir los boletines semanales vía correo electrónico o colabora con nosotros.