Desde su llegada a la parroquia de St. Juan Diego, José Manuel y Esther Guerrero han desplegado un incansable compromiso pastoral, inspirando y fortaleciendo a la comunidad hispana mediante su testimonio de fe y dedicación
DETROIT — El compromiso pastoral de José Manuel y Esther ha sido un regalo para la comunidad latina de Detroit. Como coordinadores hispanos de la parroquia de St. Juan Diego, han trabajado incansablemente para crear un ambiente acogedor en su ministerio para las familias hispanas.
Desde su llegada a Detroit en 1999, la pareja ha enfrentado varios desafíos, tanto a nivel personal como en su ministerio. Como hispanos, han trabajado juntos para superar las barreras culturales y lingüísticas que a menudo impiden que las comunidades latinas se integren completamente en la sociedad estadounidense.
Con la sensibilidad hacia las necesidades de la comunidad que han desarrollado por su propia experiencia, José Manuel y Esther han establecido una sólida red de servicios y programas que satisfacen las necesidades de los hispanos de la parroquia.
Además de guiar a los matrimonios en temas de formación y crianza para fortalecer las relaciones interpersonales, la pareja ha creado un ambiente familiar en la parroquia donde las personas pueden sentirse cómodas y seguras mientras profundizan en la fe.
Uno de los principales retos para los católicos hispanos en Estados Unidos es el choque cultural. A menudo, los valores y las ideologías de la sociedad alejan a los jóvenes de la fe católica y de la comunidad. Ante estos desafíos, José Manuel y Esther han creado un espacio dentro de su ministerio para apoyar a los matrimonios y a las familias, con el objetivo de guiar a los padres en temas de formación y crianza para fortalecer las relaciones interpersonales.
"Creemos que los matrimonios sólidos y los padres de familia bien formados pueden ser un gran apoyo para los jóvenes en su camino hacia la fe y la vida espiritual", compartió José Manuel en entrevista con Detroit Catholic en español.
Ofreciendo temas de crianza basados en el Evangelio, la pareja busca ser un apoyo para las familias, brindándoles herramientas y estrategias para fortalecer su fe y su vida familiar.
Desde 2006, cuando se convirtieron en padres, José Manuel y Esther han educado a sus siete hijos en valores éticos y morales, los cuales también comparten en su programa de educación para adultos, destacando la importancia de una sólida formación.
La fe y la presencia de Dios son fundamentales para su vida y trabajo pastoral, por lo que buscan tener a Dios y a su familia siempre al centro, procurando ser instrumento de fe con las personas a las que sirven a través del ministerio. Es así como han sido testigos de la mano de Dios en la vida de otras personas, transformando matrimonios y familias enteras gracias a la labor que se lleva a cabo en la parroquia.
Un ejemplo de ello es la historia de una pareja que llegó desde Nueva York a la parroquia de St. Juan Diego buscando ayuda para superar problemas de pareja. Javier y Celeste, de nacionalidades mexicana y dominicana respectivamente, tomaron uno de los cursos y ayudaron en la organización de los cursos prematrimoniales destinados a las bodas comunitarias que se llevaron a cabo en la parroquia.
Durante las bodas comunitarias, ambos comenzaron a involucrarse en el servicio y más adelante se convirtieron en agentes pastorales de la parroquia. "Ahora son participantes activos en los cursos y representaciones teatrales que se realizan dentro de la comunidad. Son un maravilloso caso de éxito y un ejemplo de cómo una familia puede transformarse con las herramientas que se ofrecen en la parroquia", comentó el portavoz.
La labor pastoral del matrimonio Guerrero ha sido crucial en la creación de un espacio seguro y acogedor para la comunidad latina de Detroit, fomentando el crecimiento espiritual y comunitario. Su dedicación y compromiso han inspirado un modelo de cómo hacer vivo el evangelio, siguiendo el ejemplo de un Jesús cercano y atento a las necesidades de las personas.
Gracias a su arduo trabajo, muchas familias latinas han encontrado un hogar espiritual y comunitario en una ciudad nueva y desconocida, superando los desafíos y obstáculos que se presentan en el camino. Su labor pastoral continúa siendo un testimonio de fe y un ejemplo para transformar vidas, poniendo en práctica el amor y la compasión de Jesús en sus acciones diarias.
El matrimonio Guerrero ha dejado una huella imborrable en St. Juan Diego y en la comunidad hispana de Detroit.
