Los católicos crecen en intimidad con Jesús durante el primer congreso eucarístico regional

"¿No es mejor pasar tiempo en persona?" preguntó el Diácono Harold Burke-Sivers a los 500 asistentes en St. Kieran

SHELBY TOWNSHIP – El sábado 6 de abril, alrededor de 500 católicos de la Región Noreste de la Arquidiócesis de Detroit se congregaron en la St. Kieran Catholic Church para participar en el primero de los cuatro congresos eucarísticos regionales como parte del Avivamiento Eucarístico Nacional. Esta iniciativa busca acercar a las personas a Cristo en el Santísimo Sacramento.

“La Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. inició el avivamiento nacional en la fiesta del Corpus Christi en 2022, con el objetivo de ayudar a los católicos a que profundicen su amor y devoción por el Señor presente en el Santísimo Sacramento”, dijo el P. Mario Amore, director de evangelización y discipulado misionero de la Arquidiócesis de Detroit al dirigirse a los presentes.

El avivamiento nacional culminará con el Congreso Eucarístico Nacional en julio en Indianápolis. Sin embargo, el P. Amore explicó que los congresos regionales representan una oportunidad única para que los católicos intensifiquen su vínculo con la Eucaristía, incluso si no tienen la posibilidad de asistir al evento en Indianápolis.

El encuentro del 6 de abril, llamado "Manantial de Amor", contó con la participación de oradores, música, un ministerio de oración, adoración eucarística y celebración de la Santa Misa en St. Kieran.

Al finalizar el congreso el Obispo Auxiliar de Detroit, Robert J. Fisher, subrayó en su homilía que el Avivamiento Eucarístico Nacional es un recordatorio de que Jesucristo está presente entre nosotros ahora, en cuerpo, sangre, alma y divinidad.

"Él anhela estar entre nosotros de manera íntima y personal", afirmó el Obispo Fisher. "Es por eso que nos reunimos para celebrar la Misa y adorarlo. La adoración surge de la Misa; nos brinda la oportunidad de sentirnos más próximos al Señor. Al hacerlo, nuestras vidas experimentan un cambio; se vuelven verdaderamente más alineadas con el bien y más en sintonía con la voluntad de Dios para nosotros, tanto en lo personal como en la comunidad en general. Mientras continuamos celebrando el avivamiento eucarístico, todo gira en torno a la proximidad con nuestro Señor".

Antes de pasar tiempo con el Santísimo Sacramento, que se encontraba resguardado en una custodia de metro y medio de altura, los asistentes se dividieron en dos grupos para escuchar a los oradores principales: el Diácono Harold Burke-Sivers en inglés y Antonio Guzmán-Díaz en español.

“Jesús es muy claro en su lenguaje: como católicos, estamos invitados a comer su carne y beber su sangre”, afirmó el Diácono Burke-Sivers. Y a través de su sangre derramada, se nos ofrece sanación.

"Es muy probable que muchos de nosotros aquí presentes hayamos sido heridos y sigamos cargando con la ira, el resentimiento y el dolor de experiencias pasadas", compartió el Diácono Burke-Sivers, conductor de "Beacon of Truth" en EWTN Radio y autor de varios libros católicos.

Debido a este dolor, el Diácono Burke-Sivers explicó que, "no podemos avanzar en nuestra vida espiritual, no podemos mejorar nuestro matrimonio, ni nuestra relación con nuestros hijos porque estamos estancados. Nos aferramos a lo que nos ocurrió en el pasado, a los recuerdos, al resentimiento y a la ira".

"Para que Dios pueda entrar en nuestras vidas y realizar ese cambio, primero debemos hacerle espacio. Él quiere intervenir, pero no nos obligará a amarlo", continuó.

"Hacer espacio para Dios implica dedicar tiempo a la adoración y soltar aquello que nos lastima y nos retiene”, explicó el Diácono Burke-Sivers. “Si bien Dios quiere aliviar nuestro sufrimiento, necesita que cooperemos”, añadió.

"Imagina esto: si entraras a tu cocina y vieras a tu nieta de 3 años sosteniendo un cuchillo grande y afilado por la hoja, ¿se lo arrancarías de las manos? Por supuesto que no, ya que podrías cortarle la mano", ilustró el Diácono Burke-Sivers.

"En cambio, en esa situación, lo mejor es pedirle a la niña tranquilamente que abra la mano para poder quitarle el cuchillo sin lastimarla", explicó el diácono.

"Esto es lo que el Señor quiere hacer por ti hoy durante la adoración", expresó el Diácono Burke-Sivers. "Puede que estés aferrándote al dolor de una violación, a los recuerdos del abuso que sufriste de niño. Tal vez te aferras al recuerdo de un esposo que te lastimaba, ya sea por estar ebrio o simplemente porque así lo quería. Puede que sientas resentimiento hacia tus hijos por haberse alejado de la Iglesia. Quizás guardes ira por haber sido discriminado en tu juventud debido a tu color de piel, el uso de lentes, ortodoncia o tener un acento diferente.

"Hoy, en su presencia real y verdadera, Él quiere acercarse a ti y preguntarte: '¿Qué tienes ahí? ¿Puedo verlo?' Dios quiere que te acerques a Él y le abras la mano", continuó. "Te dice: 'Ah, ya veo, eso es el alcohol, las drogas, el intento de suicidio, la depresión; ¿puedes dármelo?'

Si bien podemos rezar y abrirnos a Dios en cualquier lugar, el Diácono Burke-Sivers dijo que no hay nada más hermoso que pasar tiempo en persona con el Santísimo Sacramento.

"Viajo mucho, y cuando llamo a mi esposa, prefiero usar FaceTime o Skype para poder verla mientras hablamos. Pero preferiría estar con ella", dijo el Diácono Burke-Sivers. "¿No es siempre mejor estar con la persona que amas cuando hablas con ella? En eso consiste la adoración".

"El silencio de la adoración permite a una persona escuchar a Dios hablar a su corazón", añadió el Diácono Burke-Sivers. "Para escuchar Su voz, debemos permanecer callados: 'estar quietos y saber que Yo soy Dios'", explicó.

“En estos momentos de silencio, Dios hablará y nos llamará a cambiar nuestras vidas por Él, incluso de formas que pueden resultar incómodas”, agregó el diácono.

"Si deseas ver al Señor obrar en tu vida de maneras que nunca creíste posibles, pasa tiempo en adoración", dijo el Diácono Burke-Sivers. "No es una promesa mía; es una promesa de Dios".

El próximo congreso eucarístico regional tendrá lugar el sábado 27 de abril en la St. Frances Cabrini Parish en Allen Park. Los eventos son gratuitos y están abiertos a todos.