Además de brindar oración y apoyo, St. Joseph’s Helpers construyó una rampa para una mujer de Detroit que quedó paralizada tras recibir un disparo
DETROIT ─ El 13 de julio de 2024, la vida de Manal Alyasseri cambió para siempre.
Ella viajaba en el asiento del copiloto mientras un amigo conducía. Otro amigo iba sentado atrás de Alyasseri, junto a su novia.
En un momento, la novia le pasó una pistola al amigo de Alyasseri y, por algún motivo, el arma se disparó y una bala alcanzó la vértebra de Alyasseri.
“Estaba en el asiento de delante, él en el de atrás, su novia le dio una pistola y me disparó”, contó Alyasseri, que ahora tiene 18 años, a Detroit Catholic. “No sé bien qué pasó exactamente, pero creo que fue un accidente”.
Alyasseri fue trasladada de urgencia al hospital, donde pasó un mes entrando y saliendo del quirófano y luego otro mes en un centro de rehabilitación.
La joven quedó paralizada de la cintura para abajo y confinada a una silla de ruedas. Su hermano y su madre la ayudaban a subir las escaleras de la entrada de su casa en el lado oeste de Detroit. Ahora su mundo se limitaba a una pequeña casa de dos plantas, con su dormitorio ubicado en el primer piso.
Fue entonces cuando la madre de Alyasseri, Michelle, se puso en contacto a través de Facebook con St. Joseph's Helpers, una organización católico-cristiana de voluntarios con sede en la segunda planta de la rectoría de la St. Mary Parish en Rockwood, para ver si podían ayudarla.
“En 2024 recibimos una llamada a nuestra oficina. Se trataba de la madre de una chica de 17 años que había recibido un disparo y estaba paralítica, y necesitaba una rampa en su casa para poder entrar y salir”, explicó Rayna Bennett, directora ejecutiva de St. Joseph's Helpers.
Joseph's Helpers ya había instalado rampas portátiles en el pasado, pero esta era la primera rampa permanente que el grupo iba a instalar. Joseph's Helpers se puso en contacto con una empresa de Wisconsin llamada Discount Ramps, y gracias a la financiación del Michigan Department of Health and Human Service's Children With Special Needs Funds, además de 2.000 dólares donados por los propios St. Joseph Helpers, el grupo logró conseguir una estructura que cubriera las necesidades de Alyasseri.
“Normalmente hacemos rampas que cuestan entre 800 y 1.000 dólares, pero esta costó cerca de 7.000 dólares”, explicó Tony Rosati, voluntario de St. Joseph Helper. “Tuvimos que buscar financiación extra, que encontramos a través del Estado. Luego, tuvimos que solicitar una licencia de obras a la ciudad de Detroit. Todo nos llevó tiempo, pero ahora la rampa está lista”.
Mientras un grupo de hombres construía la rampa, Bennett permaneció adentro con Alyasseri y su madre, conversando con ellas, ofreciéndoles oraciones y apoyo, y tratando de comprender la historia de Alyasseri y lo que esta rampa representaba para ella.
"Cuando comenzamos con los Joseph's Helpers, jamás pensé que haríamos rampas tan grandes, porque el estado solo nos permite hacer reparaciones pequeñas", dijo Bennett. "Pero gracias a la financiación de este programa, pudimos reunir a nuestros voluntarios para ayudar a Manal."
Desde el incidente, el mundo de Alyasseri se ha vuelto pequeño, ya que entrar y salir de su casa ha sido difícil.
La rampa es una ventana al mundo.
"Cuando me enteré de que estaban aquí para construir la rampa, me puse muy feliz porque realmente la necesito para poder salir de mi casa", dijo Alyasseri. "Estoy contenta de poder salir por mis propios medios otra vez, de salir e ir a otros lugares."
Rosati dijo que la valentía, perseverancia y paciencia de Alyasseri fueron lo que motivó a su equipo para completar este proyecto. Fueron tan solo unos pocos días de trabajo para un grupo pequeño de hombres, que le abrió un sinfín de posibilidades a una joven.
"Esta historia se trata de ella, de su paciencia, su perseverancia al atravesar todo esto", dijo Rosati. "Todavía tiene una lucha increíble por delante. Esto es solo una batalla. Pero cuando la conoces, te das cuenta de que está lista para dar pelea. Esta historia se trata de la resiliencia de una chica de 18 años. Nosotros solo somos los que la hemos ayudado en el camino."