Los nuevos diáconos se esfuerzan por seguir la voluntad del Señor y servir a la Iglesia

De izquierda a derecha: el Diácono John Rybski, el Arzobispo Edward J. Weisenburger, el Diácono John Kovacik y el Diácono Joseph Jones posan frente a la Cathedral of the Most Blessed Sacrament el sábado 27 de septiembre, después de haber sido ordenados al diaconado permanente. (Fotos: Valaurian Waller | Detroit Catholic)

El 27 de septiembre, el Arzobispo Weisenburger ordenó como diáconos permanentes a Joseph Jones, John Kovacik y John Rybski

DETROIT — El sábado 27 de septiembre, tres hombres se postraron ante el altar en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament en Detroit para ser ordenados diáconos permanentes por el Arzobispo de Detroit, Edward J. Weisenburger.

Si bien sus historias de vida y los dones que cada uno aporta a su vocación son muy diferentes, su oración era la misma.

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“Señor, que se haga tu voluntad”, dijo el Diácono Joseph Jones a Detroit Catholic. Jones, de 57 años; el Diácono John Kovacik, de 51; y el Diácono John Rybski, de 64, son los tres nuevos diáconos permanentes ordenados para la Arquidiócesis de Detroit. Al final de la Misa, el Arzobispo Weisenburger dio a conocer sus primeras asignaciones: el Diácono Jones servirá en la St. Charles Borromeo Parish en Detroit; el Diácono Kovacik fue destinado a la St. John Vianney Parish en Shelby Township; y el Diácono Rybski a la Holy Family Parish en Novi.

“Lo que hemos logrado hoy es tan solo el comienzo de nuestro camino de servicio a nuestro Señor Jesucristo en su Iglesia. Nos alegramos, porque este es el momento, hermanos y hermanas: ha llegado la hora decisiva”, expresó el diácono Jones en nombre de los tres al final de la Misa. “Este es el momento en que alzamos nuestras voces junto a nuestros hermanos del clero para proclamar al Cuerpo de Cristo, todos los fieles cristianos, que Jesucristo viene por su Iglesia; una Iglesia sin mancha ni arruga, sin división alguna”.

El Diácono John Rybski y su esposa Judy se retiran de la catedral.
El Diácono John Rybski y su esposa Judy se retiran de la catedral.
El Diácono Joseph Jones y su esposa, Bianca, salen de la catedral tomados de la mano.
El Diácono Joseph Jones y su esposa, Bianca, salen de la catedral tomados de la mano.
El Diácono John Kovacik y su esposa, Bernadette, caminan tomados de la mano de su hijo de 3 años, Noah.
El Diácono John Kovacik y su esposa, Bernadette, caminan tomados de la mano de su hijo de 3 años, Noah.

“Hemos sido ordenados hoy, y estamos listos para servir a Jesucristo y a su Iglesia”, continuó el Diácono Jones. “Esperamos alegremente el día en que todos podamos ver a Jesús cara a cara, y reunirnos para decirle con una sola voz: ‘Gracias’”.

Mientras Judy Rybski era testigo de cómo su marido se convertía en diácono, se sintió conmovida por la vocación y llamado que el Señor tenía para ambos.

“Él ha sido llamado a ser un siervo humilde de Dios”, dijo Judy Rybski a Detroit Catholic. “No sabemos lo que el Señor tiene planeado para ninguno de los dos, pero queremos seguir Su guía; queremos hacer Su voluntad. Al verlo postrado, se entregó plenamente a la voluntad de Dios. Para mí se trata de una nueva aventura. Sentí la alegría de no saber cuáles son Sus planes para nosotros, pero de tener esta oportunidad increíble de guiar a la gente hacia Jesús”.

El Diácono Rybski expresó a su esposa que, en el momento de la ordenación, sintió una gran paz y tranquilidad.

“Pido al Señor poder seguir escuchando Su llamado y seguir Su camino”, dijo el Diácono Rybski. “Fue una experiencia abrumadora; pude sentir la presencia de la comunión de los santos, especialmente de mis padres, que nos han precedido. Sentí un amor y una alegría inmensos, y me preguntaba qué vendrá después. Pensé: ‘Sostén mi mano, Señor, no quiero perderte de vista’”.

En su nuevo ministerio, el Diácono Rybski y Judy esperan poder acercarse a los corazones quebrantados de la Iglesia, especialmente a los jóvenes, y guiarlos de nuevo hacia Sus brazos amorosos.

Bernadette Kovacik, esposa del Diácono Kovacik, siente algo similar respecto a su rol. Como la más joven de las tres parejas y la única con un hijo pequeño de 3 años, espera poder mostrar a otras parejas jóvenes que el diaconado también puede ser para ellos.

Al final de la Misa, el Arzobispo Weisenburger dio a conocer sus primeras asignaciones como diáconos: el Diácono Jones servirá en la St. Charles Borromeo Parish en Detroit; el Diácono Kovacik fue destinado a la St. John Vianney Parish en Shelby Township; y el Diácono Rybski a la Holy Family Parish en Novi.
Al final de la Misa, el Arzobispo Weisenburger dio a conocer sus primeras asignaciones como diáconos: el Diácono Jones servirá en la St. Charles Borromeo Parish en Detroit; el Diácono Kovacik fue destinado a la St. John Vianney Parish en Shelby Township; y el Diácono Rybski a la Holy Family Parish en Novi.
En su homilía, el Arzobispo Weisenburger reflexionó sobre el mensaje del Evangelio: “Bienaventurados, en verdad, son esos siervos a quienes el amo encuentra vigilantes”.
En su homilía, el Arzobispo Weisenburger reflexionó sobre el mensaje del Evangelio: “Bienaventurados, en verdad, son esos siervos a quienes el amo encuentra vigilantes”.

“Los otros dos diáconos no tienen una familia joven ni hijos que estén en preescolar en este momento, así que, estadísticamente hablando, nosotros estamos en el otro extremo”, explicó Bernadette Kovacik. “Me encantaría mostrar a las personas dentro de nuestra Iglesia y en la comunidad: ‘Hagámoslo juntos; traigamos de nuevo a los jóvenes a la Iglesia, de vuelta a las bancas’”.

El Diácono Jones y su esposa Bianca, llegan al diaconado con casi 30 años de experiencia en el ministerio. Mucho antes de ser ordenado, el Diácono Jones se desempeñó como ministro protestante pentecostal antes de convertirse al catolicismo junto con su padre y gran parte de su familia en 2001.

El Diácono Jones explicó que su padre, el difunto Diácono Alex Jones Jr., condujo a la familia y a algunos de sus antiguos feligreses hacia la Iglesia Católica.

“El último mensaje de texto que me envió antes de morir fue: ‘No puedes servir a Dios y al hombre; tienes que elegir. ¿Qué vas a hacer?’”, contó el Diácono Jones a Detroit Catholic. “Me imagino que debe estar sonriendo al verme continuar con el ministerio que Cristo ha dado a toda su Iglesia: ir y proclamar el Evangelio y ser ejemplo para los demás de la luz de Jesucristo. Creo que se sentiría entusiasmado, aunque ese entusiasmo sería moderado porque es trabajo. No lo veo como un simple título o algo en lo que participamos de manera pasiva; esta es nuestra oportunidad de salir y trabajar como obreros en la viña del Señor”.

En su homilía, el Arzobispo Weisenburger reflexionó sobre el mensaje del Evangelio: “Bienaventurados, en verdad, son esos siervos a quienes el amo encuentra vigilantes”.

Los tres hombres se postraron ante el altar de la Cathedral of the Most Blessed Sacrament en Detroit para ser ordenados diáconos permanentes por el Arzobispo de Detroit, Edward J. Weisenburger.
Los tres hombres se postraron ante el altar de la Cathedral of the Most Blessed Sacrament en Detroit para ser ordenados diáconos permanentes por el Arzobispo de Detroit, Edward J. Weisenburger.
En su nuevo ministerio, el Diácono Rybski y Judy esperan poder acercarse a los corazones alejados de la Iglesia, especialmente a los jóvenes, y guiarlos de nuevo hacia Sus brazos amorosos.
En su nuevo ministerio, el Diácono Rybski y Judy esperan poder acercarse a los corazones alejados de la Iglesia, especialmente a los jóvenes, y guiarlos de nuevo hacia Sus brazos amorosos.
El Diácono Jones explicó que su padre, el difunto Diácono Alex Jones Jr., condujo a la familia y a algunos de sus antiguos feligreses hacia la Iglesia Católica.
El Diácono Jones explicó que su padre, el difunto Diácono Alex Jones Jr., condujo a la familia y a algunos de sus antiguos feligreses hacia la Iglesia Católica.

“No creo que sea exagerar el Evangelio decir, en cambio, ‘que se nos encuentre ocupados’”, dijo el Arzobispo Weisenburger. Explicó que el diaconado es una vocación de servicio ofrecido generosa y alegremente.

“Si viven plenamente su vocación, estos tres hombres, en comunión con sus hermanos del orden de los diáconos, nos ayudarán a cada uno de nosotros a reconocer mejor nuestro propio llamado al ‘diaconado’ (servicio)”, dijo el Arzobispo Weisenburger. “Hermanos, realmente es con gran alegría que en unos momentos voy a ordenar a estos tres hombres, consagrarlos y apartarlos. Por supuesto, la paradoja es que, incluso al apartarlos, al mismo tiempo se los estoy dando a ustedes.

“Al hacerlo, rezo para que las buenas obras iniciadas en ellos den abundante fruto, y que luego nos ayuden nuevamente a cada uno de nosotros, de maneras únicas, a profundizar en nuestro propio servicio al Señor”, continuó el Arzobispo Weisenburger.

“Porque las enseñanzas del Señor, Sus palabras, son tan serias como inspiradoras. Él nos ha llamado a ofrecer nuestras vidas como un regalo los unos a los otros, a ser tan generosos y amorosos en nuestro esfuerzo que imitemos al Señor mismo, quien es la fuente de todo diaconado, y a ocuparnos plenamente de ello”.



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