Sobre los orígenes y el significado actual del Día de Muertos 

Foto para Cathopic de Daniel Bizzo

Para saber más sobre el tradicional Día de Muertos, Detroit Catholic en español consultó al periodista Jaime Septién, fundador y director del semanario mexicano “El Observador”, un periódico católico con más de 25 años de trayectoria, quien comentó lo siguiente:

“El Día de Muertos es una de las costumbres que vienen, casi diría, impresas en el ADN de los mexicanos, sea que vivan en Pátzcuaro, sea que vivan en Chicago; sea que vivan en cualquier otro lugar de México, sea que vivan también en cualquier otro lugar de los Estados Unidos. 

Es una costumbre extraordinariamente vivida y, al mismo tiempo, extraordinariamente metida en el corazón  de los mexicanos porque, quizá como ninguna otra, amalgama las dos culturas. Por un lado, la cultura europea a través de la conquista española y después la evangelización, que ahora está siendo sometida a mi parecer a un juicio injusto porque finalmente la evangelización trató de hacer a los nativos mejores, y defenderlos siempre como lo que son: creaturas del Creador; es decir, creaturas del mismo Dios del cual procedían también los conquistadores europeos.  

Por otro lado, evidentemente está toda la raíz prehispánica en el culto a la muerte; sobre todo en las  culturas del altiplano mexicano, que no era todo el país, y eso hay que tenerlo muy claro, y que son representadas por los aztecas o nahuas. Este culto a la muerte, en muchos lugares de nuestro país y en muchos lugares de Estados Unidos, se representa con el altar de muertos. 

Pero este altar también tiene una raíz absoluta y completamente cristiana. Sin embargo, dentro de los elementos del altar hay muchas alegorías, comparaciones y analogías con el pasado prehispánico de México; ¿por qué?, porque no solamente se pone el altar y se ponen las flores de cempasúchil, sino también se ponen los elementos que de alguna forma prefiguran lo que se creía en la antigüedadque los muertos iban y venían; no eran cuerpos que se quedaban en la tierra, sino que había un tránsito entre la vida y la muerte, que por cierto recupera de manera fabulosa Juan Rulfo en su novela universal “Pedro Páramo”.  

No había, pues, un espacio definido entre lo que es la vida y lo que es la muerte; el espacio era más bien subjetivo. De ahí que, por ejemplo, en muchos altares de muertos se ponga la comida que le gustaba al difunto, porque se piensa (evidentemente de manera subjetiva) que esa noche del Día de Muertos regresa y de alguna manera contempla lo que le gustaba tomar o comer. 

Creo que se ha desvirtuado muchísimo, porque la fiesta ha tomado un sincretismo postmoderno que en ocasiones es verdaderamente grotesco; pero en el fondo lo que sí hay es no un gusto por la muerte, porque eso sería una tontería, sino una especie de respeto por la muerte, que muchas culturas occidentales han simplemente borrado.  

El respeto por la muerte quiere decir simplemente el respeto por el más allá, por lo sobrenatural,  por lo que no conocemos, y por lo que sabemos con certeza: que no nos vamos a salvar de ello. De tal suerte que podemos pensar que este aprecio por la muerte no es una cultura necrófila. Una necrofilia sería, por ejemplo, el culto a la mal llamada “Santa Muerte”.  

Lo que sí puede significar es un recuerdo constante, como ocurría con los césares en Roma, que tenían siempre alguien al lado que les decía: “Recuerda, César, que eres mortal”. Y yo creo que esa es la gran diferencia de los altares de muertos y la celebración mexicana del Día de Muertos: recordarnos a todos que somos mortales, y que pertenecemos a esta vida, pero que esta vida tiene una ligazón indisoluble con la vida perdurable.” 


A continuación presentamos ocho importantes símbolos que no pueden faltar en un altar de muertos, de acuerdo a Aciprensa:

1. Tener 3 niveles

Los tres niveles en el altar de muertos guardan relación con los “niveles” de la Iglesia: la Iglesia militante, quienes vivimos en la tierra; la Iglesia purgante, las almas de los fallecidos que se encuentran en el purgatorio para prepararse para la visión beatífica de Dios; y la Iglesia triunfante, que se encuentra en el Cielo.

2. Un arco

Sirve de alegoría a la puerta de entrada al Cielo.

3. La Cruz y una imagen de la Virgen

La Cruz nos recuerda la muerte de Cristo, que entregó su vida por nuestros pecados, pero que con su resurrección triunfó sobre la muerte y nos abrió las puertas del Cielo. La imagen de la Virgen María nos recuerda que es nuestra madre e intercesora.

4. Agua bendita

Nos recuerda el agua bendita usada en nuestro bautismo, que nos convierte en hijos de Dios, miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia.

5. Fotografías de nuestros seres queridos

Nos ayuda a recordarlos y a tenerlos presentes en nuestras oraciones.

6. Veladoras

Se coloca una por cada ser querido fallecido, y simbolizan la luz de Cristo, así como la fe y la esperanza.

7. Comida

En el altar de muertos se suele poner como recuerdo de nuestros seres queridos fallecidos sus platos de comida predilectos.

8. Flores de cempasúchil

Representa la luz del sol y es parte de las tradiciones precolombinas mexicanas, que creían que guiaba a los muertos hacia el altar. Habitualmente se colocan formando una cruz.

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