Un "camino al cielo" para los hombres hispanos de Detroit

"Es una manera de no dejar a los hombres solos, de acompañarlos mientras se llega la próxima Conferencia. Es una forma de aprender juntos como hermanos, de ir creciendo como hombres católicos y de crear comunidad. Es lo que vemos como nuestro objetivo a través de estas sesiones de formación," comparte Antonio Guzmán sobre las reuniones mensuales en la parroquia de San Gabriel.

DETROIT- Varones se preparan para ir al cielo, es su deseo, y lo hacen participando en reuniones donde siguen la pedagogia de Randy Hain, el autor del libro Camino al Cielo. Antonio Guzman coordinador del Ministerio Hispano en la Arquidiocesis de Detroit, explica a los lectores de Detroit Catholic en español:

"La formación de hombres Camino al Cielo surge como un seguimiento de la Conferencia de Hombres Hispanos que tuvimos en el mes de junio. Se decidió que íbamos a dar un seguimiento a los hombres que participaran en la Conferencia.

Se llama Camino al Cielo porque es el título del libro que estamos usando, del autor Randy Hain, y decidimos hacer las sesiones una vez al mes porque sabemos que los hombres tienen un horario difícil por sus trabajos.

El esquema de la formación es muy simple: tenemos, primero, unos snacks que se les dan a los hombres, tomando en cuenta a aquellos que no tienen oportunidad de comer en casa porque llegan directamente de su trabajo a la sesión de formación. Luego abrimos con la oración de san José, que en realidad es el patrón oficial de las Conferencias de Hombres Hispanos.

Después nos adentramos en el material del libro, y lo hacemos por pautas; tomamos un tiempo para discutir el contenido en el grupo general y después nos dividimos en grupos pequeños para reflexionar en algunas preguntas que nos da el libro. A continuación hacemos una plenaria en la que se elabora un reporte de lo que se compartió en el grupo en general, para que todos nos podamos enriquecer de las conversaciones que se están llevando acabo.

Después regresamos a ver más contenido del libro para ir cubriendo los capítulos y, nuevamente, hacemos la misma dinámica: regresamos a nuestros grupos con los que estamos trabajando durante ese día para dialogar en algunas preguntas y después hacer un reporte con el grupo en general. Terminamos con una oración final, y prácticamente en eso consiste nuestra sesión.

A veces hacemos unas dinámicas, como rompe-hielos, cuando hay nuevos integrantes para ir creando comunidad; pero en realidad ése es el esquema que estamos utilizando. Tenemos aproximadamente 25 hombres que han estado participando en las dos reuniones que hemos tenido. La primera la tuvimos en el mes de julio, y el primero de agosto tuvimos la segunda sesión.

Esperamos que el libro nos sirva para prepararnos a fin de estar listos para la Conferencia del 2023. Entonces es una manera de no dejar a los hombres solos, de acompañarlos mientras se llega la próxima Conferencia. Es una forma de aprender juntos como hermanos, de ir creciendo como hombres católicos y de crear comunidad. Es lo que vemos como nuestro objetivo a través de estas sesiones de formación.

Todos los hombres, independientemente de si han participado en las Conferencias de Hombres Hispanos que organiza la Arquidiócesis o no, están invitados a participar en la formación. Les hacemos una invitación a todos los que quieran unirse a la tercera sesión: son más que bienvenidos. Será el 12 de septiembre en la parroquia de San Gabriel, a las 8 de la noche, en el salón Bologna; ahí tenemos las sesiones.

Hay misa a las 7 de la tarde en la parroquia, por si alguno de los hombres quiere llegar primero a la Eucaristía y después pasar a la formación. Se les da un pequeño refrigerio a los participantes, ya que algunos salen de su trabajo y se vienen directamente a la formación; entonces siempre hay algún pequeño aperitivo para darles.

Los hombres que van camino al cielo se congregan en la parroquia de San Gabriel, el próximo 12 de septiembre será la siguiente reunión.

Invitamos también a los jóvenes a participar; pero si son menores de 18 años deben estar acompañados por el papá o por el tutor para poder participar. Tenemos también a unos jovencitos que están participando y, pues, es siempre bueno poder ir creciendo juntos."

El 10%: De la conferencia anual a las reuniones mensuales

Salvador Aguiñaga Ríos participante de Camino al Cielo comparte lo que significa para el este grupo:

"Vengo de un pueblo que se llama San Ignacio Cerro Gordo, Jalisco, México; vivo actualmente en Detroit, Michigan, y participo, desde hace muchos años, en la parroquia de San Gabriel."

¿Cómo te enteraste de Camino al Cielo?

"Soy parte del equipo organizador de la Conferencia de Hombres, y tuvimos a bien realizar un seguimiento de la Conferencia. Parte de ese seguimiento fue precisamente este libro, ofrecer este libro para con los hombres que quisieran seguir compartiendo su fe, para no quedarnos solamente con un evento al año. Y, por medio de Antonio, decidimos estudiar todos juntos, los que quisieran; seguir caminando en la fe con este libro, con este material."

¿Qué significa para ti?

"Significa una nueva manera, compartiendo con puros hombres, de seguir nuestro Camino al Cielo. Y esa manera para mí es importante porque aprendemos a darnos cuenta de que somos la cabeza del hogar y, como cabeza del hogar, necesitamos aprender qué significa ser cabeza y, como cabeza, darnos cuenta de que si nosotros cambiamos, si nosotros nos transformamos, nosotros podemos transformar nuestros hogares. Es lo que hemos estado aprendiendo.

Pero no es un camino fácil, porque no es fácil entender lo que pocas almas entienden: lo que Dios puede logar en ellos cuando nos abandonamos a Él, si permitimos, en consecuencia, que su gracia nos moldee, como decía san Ignacio de Loyola. Todos los seres humanos, especialmente los hombres, hemos aprendido a levantar barreras alrededor de nuestros corazones, que mantienen al mundo a cierta distancia emocional y, principalmente, esas barreras hacen que también mantengamos a Dios a cierta distancia y, precisamente, eso hace que tengamos cierta distancia con Dios.

Mediante el estudio de este libro hemos estado aprendiendo muchas cosas, entre ellas, a soltar esas barreras que son un impedimento grande que tenemos para llegar al Cielo. Entonces es importante para nosotros descubrir cuáles son esos obstáculos que hay y, una vez que los descubramos, darnos cuenta de que nos tenemos que entregar a ese plan que Dios tiene para nosotros, soltando todas nuestras ataduras para ser un verdadero hombre, para no seguir una brújula mundana, sino apoyarnos en Nuestro Señor Jesucristo.

¿Qué vemos? Vemos que, aunque en la Conferencia de Hombres aproximadamente fueron unos 200 hombres, al seguimiento estamos asistiendo aproximadamente unas 20 personas; pudiéramos decir el 10 por ciento de los que asistieron a la Conferencia. Entonces estamos viendo que tenemos que trabajar en difundir o en hacer más; ¿cómo te explico?, que los hombres se interesen más por su espiritualidad, pero hacer que sea más llamativo para ellos, para que deseen o tomen la decisión de asistir a este tipo de crecimientos y así podamos transformar nuestras familias.

Eso es en lo que estamos trabajando y estamos escuchando que tenemos que transformarnos nosotros, tenemos que cambiar nosotros y, con la ayuda de Antonio y de todos los que están participando, nos estamos dando cuenta de que no es un camino fácil, pero estamos en la lucha."

Algunos asistentes a la Conferencia de Hombres no quieren juntarse solamente una vez al año, quieren darle seguimiento a su vida espiritual y acompañarse juntos

Compartir con otros hombres, caminando juntos

Originario del estado de Pueblo en México, Mario Zárate de 33 años comparte lo que para él es asistir a las reuniones mensuales:

"Soy de la parroquia de San Gabriel y pertenezco al grupo Sagrada Familia Alfa para Matrimonios, y llegué a Camino al Cielo por medio de la Conferencia de Hombres que hubo el mes pasado en el Seminario Mayor. Ahí me hicieron la invitación y yo la acepté.

Estar participando en estos crecimientos del libro Camino al Cielo para mí es algo muy bueno por la forma en que nosotros podemos cambiar; podemos cambiar y ser buenos hombres, no hombres machos, que es en lo que a veces nos confundimos nosotros los hombres. Nosotros debemos ser buenos hombres y así poder llevar con nosotros y cargar en nuestros hombros a nuestra familia, nuestra esposa y nuestros hijos.

Estar en Camino al Cielo me ha ayudado a compartir con otros hombres mi testimonio y escuchar el testimonio de los demás. Yo creo que esto es algo muy bueno para que nosotros nos acerquemos a Dios; nosotros somos unas personas muy duras de corazón, hablo de los hombres que no muy fácilmente nos acercamos a la Iglesia, y estos temas que nos tocan aquí lo hacen a uno reflexionar en que, si queremos seguir a Dios, nosotros tenemos que dejar todas las cosas del mundo, seguirlo a Él y hacer todo lo que Él nos diga en su Palabra.

Camino al Cielo me ha ayudado un poco, porque apenas vamos en la segunda sesión, en cómo entender a mi esposa, a mis hijos y, en general, en cómo convivir con la demás gente. Espero que en las próximas sesiones se nos unan más hombres. Yo no sé a dónde llegue esta entrevista, pero los invito a que participen. Yo sé que todos estamos cansados, a veces por el trabajo; pero siembre es bueno darse un rato de oración y de escuchar la Palabra para que nosotros también nos instruyamos en su camino. Con mucho gusto ahí los vamos a estar esperando."

Buscando ser verdaderos hombres de Dios

Por su parte, Efraín Vargas, mexicano de Jalisco que pertenece a la Basílica de Santa Ana compartió tambien sentir y su experiencia al asistir a estas reuniones de seguimiento a su camino espiritual:

"¿Qué significa para mí estar en Camino al Cielo? Es una progresión de los que pertenecemos a la Conferencia de Hombres Hispanos. Nosotros lo que quisimos hacer es un seguimiento sobre qué es ser un verdadero hombre en la masculinidad.

¿Cuáles son los obstáculos que me hacen alejarme de Dios, de Cristo? Los obstáculos que tengo, que más o menos he aprendido, es que no aprecio la Eucaristía; la ausencia de una vida de oración y el mal entendido de una verdadera vocación; la falta de valentía, la falta de desprendimiento, la pornografía, la tibieza, la masculinidad. Pero también estoy aprendiendo cómo puedo quitarme estos obstáculos y cómo puedo saltarme los obstáculos fácilmente: es mediante una entrega a Cristo. ¿Pero cómo es esto? Pues, mira, es empezar y terminar el día con una oración, seguir el ejemplo de María, educándome, leyendo; convertirme en un apasionado de la Eucaristía y buscar el gozo y no la felicidad.

También lo que he aprendido aquí, lo que tengo muy en cuenta, es que yo soy líder de mi familia, el líder de mi casa para guiar a mi esposa, a tenerla en oración y en fe; yo soy el guía, entonces, eso es lo que me ha dejado el libro Camino al Cielo."

Próxima reunión

  • El 12 de septiembre a las 8pm en el salón Bologna de la parroquia de San Gabriel


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