Como delegado del Sínodo, el editor de Detroit Catholic en Español se sintió "cerca de la Iglesia"

Durante uno de los últimos días del Sínodo de los Obispos que se llevó a cabo en octubre en Roma, el Papa Francisco le entregó una bolsa de alfajores (el dulce típico argentino) a José Manuel De Urquidi, el editor de Detroit Catholic en Español y fundador de Juan Diego Network, como regalo para sus hijos. Urquidi fue uno de los 70 delegados laicos con derecho a voto elegidos en todo el mundo para participar en el Sínodo de la Sinodalidad, cuya primera sesión general tuvo lugar del 4 al 29 de octubre. La segunda y última sesión del Sínodo será en octubre de 2024. (Foto de Vatican Media, cortesía de José Manuel De Urquidi)

José Manuel De Urquidi reflexiona sobre el mes que pasó en Roma con motivo del Sínodo de la Sinodalidad: "Sentí que el Papa era como un abuelo para mis hijos"

DETROIT - "El Papa está preguntando por ti", le dijeron a José Manuel De Urquidi.

El editor de Detroit Catholic en Español, acababa de terminar una reunión con obispos y delegados de América Latina y Central en el Sínodo de los Obispos en Roma cuando recibió un mensaje.

Urquidi, de 39 años, fue rápidamente a la Sala de Audiencias Pablo VI del Vaticano. Allí, el secretario del Santo Padre lo recibió y lo condujo a una mesa al otro lado de la sala, donde el Papa Francisco lo estaba esperando con un regalo sorpresa.

Urquidi, esposo y papá de tres hijos pequeños, fue uno de los 70 miembros laicos con derecho a voto del Sínodo que se llevó a cabo del 4 al 29 de octubre, y el Sumo Pontífice sabía que llevaba semanas lejos de su familia.

"Me dijo: 'Tengo algo para tus hijos'", contó Urquidi. "Era una bolsa con dos cajas de dulces argentinos. Luego agregó: 'Por favor, dale esto a tus hijos. Sé que llevan un mes sin su papá y estamos muy contentos de que estés aquí'".

El originario de Monterey, México, quien vistió una gorra de JDW durante el Sínodo, es podcaster y fundador de Juan Diego Network. Explicó que el encuentro con el Papa Francisco fue apenas un "vistazo" de la cercanía espiritual que experimentó durante la primera sesión general del Sínodo de la Sinodalidad, donde delegados de todo el mundo se reunieron en oración para escuchar y discernir la voz del Espíritu Santo.

"Al final, sentí que el Papa era como un abuelo para mis hijos", aseguró Urquidi. "Me sentí muy cerca de la Iglesia a través de él. Le pregunté si podía abrazarlo y me dijo que sí. Es muy difícil estar fuera de tu casa por un mes cuando tienes hijos pequeños".

Fue la primera vez en la historia del Sínodo de los Obispos que católicos laicos fueron invitados a participar como miembros con derecho a voto: un cambio significativo y un sacrificio para los delegados que además son esposos, papás, esposas y mamás.

Mientras Urquidi estuvo en Roma, en su casa pasaron cosas importantes. Su hija mayor celebró su noveno cumpleaños y su abuelo falleció. Durante el Sínodo, Urquidi pudo hablar con el Papa Francisco en varias oportunidades, y en todas ellas se mostró cálido, sincero y afectuoso. Para el cumpleaños de su hija, Urquidi dijo que el Santo Padre incluso grabó un breve video para poder enviárselo.

Urquidi, de 39 años y papá de tres niños, le da un abrazo al Papa Francisco después de que este le regalara una bolsa de alfajores para sus hijos. Urquidi dijo que el Papa fue "como un abuelo para mis hijos" durante las cuatro semanas que duró el Sínodo. Preguntó por su familia frecuentemente e incluso grabó una breve saludo de cumpleaños para la hija de Urquidi. (Foto de Vatican Media, cortesía de José Manuel De Urquidi)
Urquidi, de 39 años y papá de tres niños, le da un abrazo al Papa Francisco después de que este le regalara una bolsa de alfajores para sus hijos. Urquidi dijo que el Papa fue "como un abuelo para mis hijos" durante las cuatro semanas que duró el Sínodo. Preguntó por su familia frecuentemente e incluso grabó una breve saludo de cumpleaños para la hija de Urquidi. (Foto de Vatican Media, cortesía de José Manuel De Urquidi)

"Cada vez que hablaba con él, me preguntaba por mi familia", dijo Urquidi. "Realmente sentí que se preocupaba por mí".

La fase actual del Sínodo, que concluyó el 29 de octubre con un informe de síntesis de 41 páginas y una “Carta al Pueblo de Dios”, servirá como precursora del trabajo que se llevará a cabo en la reunión final del Sínodo en octubre de 2024. Al igual que los otros delegados, quienes votaron en cada párrafo del informe, Urquidi pasará los próximos 11 meses rezando, discerniendo y escuchando mientras se prepara para la segunda fase.

El Sínodo es una institución permanente y consultiva que ayuda al Papa, quien publicará un documento apostólico al final del Sínodo.

Hubo mucha especulación entre los medios de comunicación sobre los temas que se iban a debatir. Urquidi explicó que los temas del Sínodo centrados en la comunión, la misión y la participación en la vida de la Iglesia, abordaron una amplia gama de ideas, pero dejaron mucho margen para la escucha, un elemento crucial del discernimiento.

"Sé que puede parecer un cliché, pero el Sínodo realmente consistió en escuchar", dijo Urquidi. "Entiendo que eso puede sonar raro y que muchos se pregunten si solo hemos estado un mes en Roma escuchando. Pero todos los días rezamos alrededor de dos horas porque realmente estábamos tratando de escuchar al Espíritu Santo".

“Durante la mayor parte del tiempo, los delegados estuvieron reunidos en pequeños grupos, donde pudieron hablar con miembros de la Iglesia de diferentes lugares y ampliar sus perspectivas”, explicó Urquidi. “En el fondo, el Sínodo no se centró en un tema, ni siquiera en varios temas, sino en la construcción de una Iglesia en la que el Espíritu Santo pueda encontrarse con todas las personas”.

"Tuvimos la oportunidad de escuchar a personas de lugares donde la Iglesia está en pleno crecimiento", señaló Urquidi. "Por ejemplo, en occidente tenemos muchos sacerdotes mayores y jubilados, pero en África pasa lo contrario. No tienen suficientes sacerdotes mayores que orienten y enseñen a los más jóvenes, y tienen muchas vocaciones. Su realidad es muy diferente a la nuestra".

Miembros de la asamblea del Sínodo de los Obispos rezan antes de una sesión de trabajo en la Sala de Audiencias Pablo VI del Vaticano el 26 de octubre de 2023. (CNS photo/Lola Gomez)
Miembros de la asamblea del Sínodo de los Obispos rezan antes de una sesión de trabajo en la Sala de Audiencias Pablo VI del Vaticano el 26 de octubre de 2023. (CNS photo/Lola Gomez)

“Si bien durante el Sínodo se debatieron algunos temas polémicos, como el papel de la mujer en la Iglesia y cómo acompañar a los católicos que sienten atracción por personas del mismo sexo, el documento final del Sínodo no fue tan controvertido como muchos pensaban”, dijo Urquidi. “Por el contrario, el informe de síntesis fue el resultado de un diálogo franco y abierto”.

"Es posible que algunos grupos hayan debatido sobre estas cuestiones, pero el Sínodo no se trató de eso", dijo Urquidi. "Fue el Sínodo de la Sinodalidad, y ahora empiezo a entender mejor lo que eso significa".

Si bien es difícil definir el término "sinodalidad", Urquidi dijo que no se trata de convertir la Iglesia en una democracia o de empezar a cambiar la doctrina. Por el contrario, se trata de encontrar la unidad en una Iglesia fragmentada mediante conversaciones y encuentros auténticos guiados por el Espíritu Santo.

“El informe de síntesis aborda una amplia gama de temas, pero no hay nada en las propuestas que afecte la doctrina, los dogmas o incluso la disciplina” explicó Urquidi. “No se trata de un escenario sin restricciones, como en el ‘lejano oeste’. Es un documento muy sencillo. Es eclesiológico y pastoral, no teológico".

"Pudimos hablar abiertamente de muchos de los retos más importantes que enfrentamos hoy", señaló. "Se trató de aprender a 'sinodar', lo que implicó rezar mucho y escuchar mucho para ver hacia dónde quiere Dios que vayamos como Iglesia".

Por ejemplo, debido a su experiencia en medios de comunicación, uno de los debates en los que participó Urquidi fue sobre la misión digital de la Iglesia, que, según él, es "algo muy concreto" en el siglo XXI.

El Papa Francisco posa para una foto con los participantes en la asamblea del Sínodo de los Obispos antes de una sesión de trabajo en la Sala de Audiencias Pablo VI en el Vaticano el 23 de octubre de 2023. Urquidi, que pasó un mes en Roma con otros delegados sinodales de todo el mundo, aparece en primera fila, a la izquierda. (Vatican Media | CNS photo)
El Papa Francisco posa para una foto con los participantes en la asamblea del Sínodo de los Obispos antes de una sesión de trabajo en la Sala de Audiencias Pablo VI en el Vaticano el 23 de octubre de 2023. Urquidi, que pasó un mes en Roma con otros delegados sinodales de todo el mundo, aparece en primera fila, a la izquierda. (Vatican Media | CNS photo)

“Es ahí donde la gente pasa la mayor parte de su tiempo libre", afirmó Urquidi. "Es ahí donde la gente busca sentido a su vida, busca amor. Es ahí donde la gente busca la verdad, y si no estamos ahí, ¿quién se los va a dar?

"La Iglesia debe actuar ante esa realidad", añadió. "¿Cuál es la forma correcta de hacerlo? No lo sabemos, ya que las opciones son muchas".

Durante el próximo año, Urquidi dijo que rezará con el informe de síntesis mientras se prepara para volver a Roma para la segunda y última sesión, y anima a los católicos de todo el mundo a seguir sus pasos.

"Todavía se puede formar parte del sínodo", dijo. "Esto es para todos".

Urquidi, que fue uno de los elegidos para presentar las ofrendas durante la Misa de clausura del Sínodo el 29 de octubre, dijo que no sabe lo que va a ocurrir en la sesión del próximo año. Pero pasará los próximos 11 meses en oración y reflexión, buscando la guía de la Iglesia mientras se prepara para la próxima sesión del Sínodo.

“Al observar la realidad de la Iglesia en cada país y continente, pude realmente descubrir la riqueza y la universalidad de lo que significa ser católico, dijo Urquidi. "Cada comunidad y cada individuo enfrenta sus propios desafíos, y podemos aprender mucho de ellos. No se trata de batallas teológicas, intelectuales o litúrgicas. Se trata de vivir las enseñanzas de Jesús tal como se expresan en las Bienaventuranzas".



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