'Yo lo miro, Él me mira': Fieles encuentran paz durante las horas santas de Adviento

Cada noche de Adviento, una parroquia diferente a lo largo y ancho de la arquidiócesis tiene programada la organización de una hora santa, bajo la iniciativa de ESTOY AQUÍ, a las 7 p.m.

DETROIT — Durante Adviento de 2022, los fieles de la Arquidiócesis de Detroit pueden estar seguros de algo: todas las noches de Adviento, tendrán a las 7 p.m. una hora santa ante el Santísimo Sacramento.

Las horas santas, organizadas en una parroquia diferente cada noche, son una extensión de la campaña ESTOY AQUÍ, lanzada en junio como una asociación entre la Arquidiócesis de Detroit y la aplicación Hallow, como parte del Avivamiento Eucaristico Nacional de tres años de los obispos de EE.UU., El cual pretendía inspirar a la gente a encontrarse con Jesús en la Eucaristía.

En la parroquia Old St. Mary's en el barrio griego del centro de Detroit, el diácono Mike Van Dyke dirigió una hora santa después de la misa de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre. Muchos de los fieles que asistieron a la hora santa venían del trabajo cansados ​​y listos para cerrar el día, dijo el diácono Van Dyke.

“Después de un día completo de trabajo, estaba pensando en lo cansada que estaría esta noche, pero luego pienso en nuestra Santísima Madre y en el tiempo que pasó al pie de la cruz, y mi cansancio desaparece”. Dijo el diácono Van Dyke en su reflejo.

Cuando la gente mira la custodia, algunos pueden ver solo un trozo de pan, dijo el diácono. Sólo con los ojos de la fe se revelan a los fieles el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo, añadió.

Reflexionando sobre sus propios encuentros con Cristo a través de la adoración eucarística, el diácono Van Dyke compartió una historia sobre cómo se le pidió que dirigiera la adoración durante su último año antes de la ordenación al diaconado en su parroquia, St. Fabian en Farmington Hills.

Temeroso de estropear las cosas para los presentes para la adoración, el diácono Van Dyke estaba temblando y nervioso. Esa noche, cuando regresó a casa, el diácono se retiró a su sala de oración y reflexionó sobre los acontecimientos de la noche.

“Cuando llegué a la parte en la que había ido al tabernáculo a buscar la luna que tenía el cuerpo de Cristo (en ella), tuve una visión y no tengo visiones”, dijo el diácono Van Dyke. “No fue mi imaginación, pero la visión fue nuestra Santísima Madre entregándome al niño Jesús”.

El diácono Van Dyke dijo que sus ojos se abrieron con sorpresa: no se considera con la imaginación para asociar la recuperación de la Eucaristía con nuestra Santísima Madre ofreciéndole a Jesús.

“Cuando llegué a la parte donde terminamos la adoración y estaba devolviendo la Eucaristía al tabernáculo, (tuve) otra visión”, continuó el diácono Van Dyke. “Fui yo devolviendo el cuerpo de Cristo a su Santísima Madre. Puede que nunca vuelva a tener una visión, pero no importa. Esos dos están para siempre en mi corazón, y para siempre no tendré ninguna duda de que este es Jesús, este es nuestro Señor y Salvador, la palabra de Dios encarnada”.

Mientras los fieles en Old St. Mary's se sentaban ante el Santísimo Sacramento en adoración silenciosa, el diácono Van Dyke animó a los presentes a abrir sus corazones a Cristo.

“Esté abierto a lo que Cristo pueda decirle a su corazón”, dijo el diácono Van Dyke. “Llévale tus preocupaciones, tus necesidades, o simplemente guarda silencio y deja que su presencia sea parte de tu velada aquí esta noche y mientras te preparas para continuar tu Adviento en preparación para celebrar su nacimiento”.

Shelly Propson Tyshka manejó desde los suburbios para pasar una noche de adoración en Old St. Mary's, la parroquia donde se bautizó a su madre y se casaron sus abuelos.

Tyshka le dijo a Detroit Catholic que ya había ido a otra hora santa en Divine Child en Dearborn y se sintió obligada a asistir a otra.

“La adoración es una de esas cosas que siempre ha significado mucho para mí”, dijo Tyshka. “Aquellos momentos en que Jesús me ha tocado han sido durante la exposición del Santísimo Sacramento”.

La capacidad de pasar un momento de tranquilidad con Jesús y al mismo tiempo estar en comunión con otros miembros de la feligresía es algo único y especial de la Iglesia Católica, agregó Tyshka.

“Nunca te arrepentirás de haber tomado esa hora para pasarla con Jesús”, dijo Tyshka. “Pasar ese tiempo con Jesús es el tiempo más importante que vas a pasar”.

Las horas santas de Adviento también han sido una oportunidad para experimentar en otras iglesias fuera de su parroquia, la Capilla St. John Fisher en Auburn Hills, agregó Tyshka.

Para Tom Carson, feligrés de Old St. Mary's durante 40 años, el entorno y la belleza de la iglesia la convierten en el lugar perfecto para encontrar a Cristo en la adoración eucarística.

“Una experiencia en esta iglesia es realmente algo”, dijo Carson sobre la iglesia cavernosa, parecida a una basílica. “La belleza de la arquitectura acerca a las personas a Dios, siempre tiene algo; hay personas que dicen que conduce a la conversión. La gente viene y se siente atraída por la belleza, y eso los abre a la belleza de Dios”.

Carson alienta a todos a que den una oportunidad a la adoración eucarística, especialmente durante el Adviento, cuando está más disponible.

“Tiene un efecto tranquilo y silencioso: St. John Vianney solía tener un feligrés que simplemente se sentaba ante el Santísimo Sacramento un par de horas al día”, dijo Carson. “ St. John Vianney le preguntó una vez, '¿Qué haces?' y (el hombre) dijo: 'Yo lo miro y él me mira'.

“Hay una fuerza y ​​una paz, y en los días que no puedo pasar algún tiempo en la adoración eucarística, siento que hay una pérdida. Es algo intangible, pero está ahí”.